Masacre en Panambí: Cristian declaró que uno de los asesinos era el ex prefecturiano

Hay intensos rastrillajes en distintos puntos de la provincia para dar con otros dos sospechosos. Se iniciaron tras la declaración que brindó Cristian Knack, en la que detalló que la banda de asaltantes estaba integrada por cinco personas. Los peritos ya elevaron al juzgado el grueso de los informes. Haciendo un gran esfuerzo, el único sobreviviente del brutal asalto, detalló que fueron cinco los asaltantes, que su padre peleó como un león para defender a los suyos y que fueron 300 mil pesos los que le robaron a la familia. Este miércoles, en una entrevista con Radio Libertad, Carlos «Nano» Knack añadió que su hermano reconoció a Pablo Julio Paz (51) como uno de los homicidas. Luego de que el departamento de Salud Mental del Hospital Madariaga diera el visto bueno y con la respectiva autorización judicial, Cristian Knack (25), el único sobreviviente de la Masacre de Panambí, declaró el martes por la noche en la Unidad de Cuidados Críticas del Hospital Madariaga. Fue entre las 17.30 y las 20.30, aproximadamente. Uno de los datos más importantes de los muchos que aportó fue que entre los asaltantes estaba el ex prefecturiano Pablo Paz (51), hoy detenido e imputado por el hecho. También dijo que fueron cinco los ladrones que entraron a robar a su domicilio, que el botín con el se alzaron fue de 300 mil pesos y no 460 mil como se pensaba en un principio y que su padre se resistió al robo y alcanzó a quitarle la capucha a uno de los malvivientes.   La semana pasada, uno de los detectives que más horas le dedicó a la investigación de la Masacre de Panambí le había confiado a Misiones Online que creía firmemente que los responsables del triple crimen habían sido más de cuatro personas, por la logística que se necesitaba para la ejecución de ese tipo de golpe. Este miércoles cuando se conoció la declaración que prestó Cristian Knack (25), el único sobreviviente del brutal atraco, se confirmó tal hipótesis. Antes de contar cómo fue la secuencia de hechos en la dramática tarde-noche del 25 de mayo, Cristian se enteró de la peor de las noticias: que a raíz de las quemaduras habían fallecido su padre Carlos (43), su mamá Graciela (42) y su hermana Bianca (12). El joven incluso dijo que antes del robo alcanzó a ver un coche VW Bora gris merodeando la casa familiar del kilómetro 7 de la ruta 5. Un coche similar se le incautó a uno de los imputados que tiene el caso: Juan Ramón Godoy (44). Además de Godoy, están acusados por el triple crimen Marcial Alegre (45) y Pablo Julio Paz (51). Los tres tienen domicilio en San Javier. Carlos «Nano» Knack (20) es el hermano de Cristian. Él y su tío Néstor tuvieron la ingrata tarea de darle la noticia al joven internado de que sus padres y su hermana Bianca habían perdido la vida. En una entrevista con Radio Libertad, relató cómo fue ese difícil momento.

«Este martes fue un día importante y muy duro. Fue como tener otro velorio, porque tuvimos que contarle a mi hermano la verdad. No podíamos alimentar una mentira. El se shockeó demasiado. ‘Qué voy a ser en este mundo ahora que no están papi ni mami’, repetía», recordó Nano. Destacó la atención que le están dando a su hermano en el Madariaga: «Hay una contención muy grande en el hospital. Están todos encima queriendo que él salga adelante».

Con cautela, para no decir cosas que puedan entorpecer la investigación, Nano abordó el testimonio de Cristian sobre lo que sucedió el trágico 25 de mayo. «El recuerda todo lo que pasó. A mí me contó que los ladrones trajeron una importante cantidad de alcohol. Ellos vinieron para eso», remarcó y descartó que la banda tomó la decisión de quemar a la familia porque Carlos Knack le había quitado la capucha a uno de los malvivientes. «Él reconoció a uno, ese no va a salir, va a pagar lo que le hizo a mi familia», agregó y de inmediato aclaró que se refería al ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51), detenido en San Javier dos días después de la masacre. El propio Nano contó en su momento que Paz solía comprarle madera a la familia, hasta que tuvo un altercado con su padre y éste decidió dejar de hacer negocios con él. «Fue un asalto, querían la plata. Papá quería darle cheques. Y ellos le respondieron: ‘No somos pavos, queremos la plata’. Habían entrado a la casa media hora después de la llegada de Cristian. Mi hermano es el que se desató primero y ayudó a salir a los demás. También quien apagó el fuego del cuerpo de mi hermanita», detalló. Nano admite que Cristian sigue con riesgo de vida, pero que está mejor. «Hay que tener fe, que Dios lo va a sacar adelante», repite. Ahora, la Policía busca intensamente a otros dos sospechosos, porque el muchacho precisó que habían sido cinco los criminales que lo atacaron. La fuerza de seguridad tendría algunos nombres en carpeta. Fuentes de la fuerza se limitaron a informar que “hay rastrillajes en distintos puntos de la provincia y esperamos tener novedades en breve”. Quienes encabezan las pesquisas son los efectivos de la División Investigaciones de la Unidad Regional Dos y los funcionarios de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas, con la supervisión de la jueza de Instrucción Uno de la Capital del Monte, Alba Kunzmann de Gauchat. Aparte de esa búsqueda, otra novedad que trascendió en esta jornada es que los peritos de Criminalística de la UR II elevaron al juzgado interviniente todos los informes sobre los trabajos que llevaron a cabo desde que empezó su tarea en el caso: alrededor de 500 fojas, 300 fotos, 12 planos, sobres, actas, material precintado y armas. Solo faltan dos informes Para que la parte pericial, al menos en esta etapa, se cierre restan dos informes: uno tiene que ver con las comunicaciones entrantes y salientes de los teléfonos incautados a los imputados; y el otro con un ADN que se pidió del material hallado en la capucha que los asesinos dejaron en el escenario de la masacre. Ambos se realizan fuera de la provincia. En cuanto el informe telefónico, las fuentes precisaron que se trata de alrededor de 80 páginas, que los investigadores misioneros deben analizar para establecer si de ellas surgen contactos entre los sospechosos. El material también servirá para que se sepa sus respectivas ubicaciones al momento de esas comunicaciones. Sobre el ADN, se indicó que resulta determinante para saber si el patrón hallado corresponde a alguno de los tres detenidos que tiene la causa: Marcial Alegre (45), Juan Ramón Godoy (44) y el ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51). Hasta el momento ha sido clave en la marcha de la causa el trabajo de la División Criminalística de la Regional de Oberá. La Masacre de Panambí sucedió la tarde-noche del 25 de mayo pasado, cuando una banda de ladrones irrumpió en la casa del maderero Carlos Knack (43), en el kilómetro 7 de la ruta provincial 5. Lo redujo a él y a otros tres integrantes de la familia: su esposa Graciela (42) y sus hijos Cristian (25) y Bianca (12). Después de sacarle a las víctimas los 300 mil pesos que había cobrado por la venta de una carga de madera, los criminales prendieron fuego a los cuatro. Solo se salvó Cristian. Este miércoles Carlos “Nano” Knack, otro de los hijos del empresario, que se salvó porque no estaba en la casa al momento del atraco, sostuvo que la intención de la gavilla desde que llegó a la casa fue incendiar a la familia. “Por eso llegaron con una cantidad importante de alcohol”, afirmó.

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