Unos 100 mil hinchas de Argentina viajarán a Brasil para ver el Mundial

Es la estimación que manejan los organizadores del torneo. Para los medios es una “invasión celeste y blanca”.

Un dato permite comprobar que, a partir de hoy, habrá una nueva “invasión celeste y blanca” en las playas de Río, como llaman los medios brasileños a la ola turística argentina. Ayer sencillamente ya no había pasajes aéreos disponibles hacia la capital fluminense. Se espera que lleguen unos 100.000 compatriotas para ver el Mundial.

Es que Argentina, con 61.000 ingresos adquiridos, fue el tercer país comprador de entradas apenas atrás de Estados Unidos y, obviamente, de Brasil. Una breve consulta, entre aquellos que ya aterrizaron en territorio brasileño, revela que muchos se vinieron con la camiseta de la selección y el mate, pero sin entradas para ver los partidos de la selección.

“¿Dónde va a ser la fiesta?”, preguntaba, en el aeropuerto internacional del Galeao, un hincha jovencito con clara tonada porteña. El y su grupo quieren ir a la FanFest financiada por la FIFA en la capital fluminense para divertirse y seguir, desde una gran pantalla, el partido entre Argentina y Bosnia, el próximo domingo. Antes, sin embargo, tratarán de encontrar a “alguien” que les venda alguna entrada, sea en el Maracaná o en el Mineirao de Belo Horizonte, donde la selección nacional hará su segundo juego, esta vez con Irán. Conscientes de las animosidades que se pueden generar en una disputa final entre Brasil y Argentina, los “hermanos” (como suelen llamarnos los brasileños) saben que esa definición será una “pesadilla”, sin buena onda capaz de conjurarla.

“Llegué hace cuatro días y hasta ahora todo funcionó bien”, respondió un joven santafesino a una pregunta de una reportera del diario O Globo. “Pero no entendemos qué pasa con el humor de los brasileños. Hasta ahora no vimos mucho entusiasmo”. Admitió, sin embargo, que podía entender la decepción entre los brasileños por “los problemas de corrupción que quedaron expuestos”.

Un relevamiento de la secretaría de Turismo de Río mostró que entre el sábado y el domingo habrá una “explosión” de vuelos charter que deben arribar en el aeropuerto internacional de Galeao. Se esperan 18 aterrizajes de vuelos no regulares, que traerán unos 3.000 pasajeros. En su mayoría proceden de Argentina, Uruguay, Chile y México. Y eso en apenas dos días.

Para el embajador de Argentina en Brasilia, Luis María Kreckler, el ambiente de esta vigésima Copa de la FIFA será “tranquilo”. Ayer, en declaraciones radiales, el diplomático estimó: “Creemos que llegarán entre 80.000 y 100.000 argentinos”. Esa es la cifra que manejan en la Secretaría Especial de la Copa, que concluye que la mayor parte de ese afluente de hinchas tendrá como epicentro Porto Alegre, donde Argentina juega su último partido de la fase eliminatoria con Nigeria. Allí será más fácil llegar, con ómnibus o en auto, para participar de una fiesta futbolística tal vez no en el estadio pero sí en las pantallas que estarán emplazadas en las 12 ciudades sedes del Mundial.

De acuerdo con Kreckler, no habría que temer desórdenes durante los juegos. “Aquí se ha manejado que Brasil vive un momento de muchas protestas y quienes estamos aquí vemos que no es tan así”. Por las dudas, como suelen hacerlo otras representaciones diplomáticas, la embajada argentina aconsejó a los turistas del país tomar precauciones. Algunos consejos apuntan, por ejemplo, a la vestimenta y los objetos a la vista. Nada de celulares ni relojes caros. Tampoco se debe andar con excesiva cantidad de dinero el bolsillo; apenas lo suficiente como para conformar al eventual ladrón. Y no exhibir máquinas de fotos estilo profesional o cámaras de filmación. Y en lo posible, recomiendan desplazarse en grupos, de día y por lugares bien iluminados. Es verdad que desde ayer la seguridad se tornó ostensiva: hay grupos de policías en casi todas las cuadras céntricas. Y ni hablar de aquellas que están cerca de los estadios.

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