La inundación arrasó la construcción de una represa sobre el río Iguazú en Brasil


Hace poco el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco advirtió del riesgo de la construcción de la central hidroeléctrica Baixo Iguaçu a 70 kilómetros aguas arriba de las Cataratas -patrimonio de la Humanidad- y a tan solo 500 metros del inicio del parque brasileño, entre Capanema y Capitão Leônidas Marques. La preocupación quedó plenamente justificada: la creciente del río Iguazú arrasó con las obras y al menos una balsa y un remolcador fueron arrastradas por el río aguas abajo.

 

 

“Una balsa que llevaba a trabajadores de la usina se desprendió y se fue para abajo, junto a un remolcador”, confirmó Jorge Pegoraro, jefe del Parque Nacional Iguazú, lado brasileño.

 

 

La rede O Globo se hizo eco de la noticia e informó que “el diluvio inundó la construcción de la represa del Baixo Iguaçu, en la región de Capanema, y arrastró maquinarias dentro del Parque Nacional Iguazú”.

 

 

Las obras comenzaron en agosto del año pasado y el mes pasado el gobernador de Paraná, Beto Richa elogió las obras, pese a que la Unesco pide al gobierno brasileño su paralización y la realización de un profundo estudio de impacto ambiental. De lo contrario, la UNESCO amenaza con incluir el año que viene a las Cataratas en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

 

 

La represa es la sexta que Brasil construye sobre el río pero esta es la más próxima a las Cataratas. Población, operadores turísticos, grupos ecologistas y autoridades de Puerto Iguazú y Foz do Iguaçu, las localidades más cercanas al monumento natural y que viven prácticamente del turismo, están preocupadas porque temen que el caudal de agua se reduzca drásticamente. En los últimos años, y aparentemente producto de las otras cinco represas, la media del caudal ha pasado de los casi 1800 metros cúbicos por segundo a los 1500 metros cúbicos por segundo.

 

 

En el río Iguazú ya son operadas cinco hidroeléctricas de gran porte: Foz do Areia, Segredo, Salto Caxias – propiedad de Copel – más Salto Osório y Salto Santiago, de la empresa Tractebel. Juntas totalizan 6.674 megawatts de potencia instalada. La represa de Salto Caxias también fue noticia porque ante la crecida del río, abrió las compuertas e inundó a cientos de familias costeras.

 

 

“Baixo Iguaçu es el último emprendimiento energético previsto para el Iguazú,, principal río paranaense”, dijo el presidente de Copel, Lindolfo Zimmer. Pese a las quejas de ambientalistas, la usina tienen la anuencia del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio), organismo gestor del Parque Nacional do Iguaçu brasileño. “Se tomaron todas las medidas necesarias para la preservación del medio ambiente”, dijo Zimmer.

 

 

El grupo Neoenergia, de Río de Janeiro ganó la licitación de la obra en la que se espera una inversión de R$ 1,6 billones -unos cinco mil millones de dólares- que se esperaba terminar en 2016.

 

 

La usina tendrá una potencia de 350 megawatts, suficiente para atender el consumo de 1 millón de personas.

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