Vendedores ambulantes y puesteros aseguran que atraviesan una situación crítica por la caída de las ventas

Algunos admitieron que ni siquiera pueden pagar su monotributo. Otros quieren una moratoria impositiva municipal. Esperan que el aguinaldo repunte la actividad.

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Los vendedores ambulantes y puesteros de Posadas están en alerta. Afirman que su situación pasó de alarmante a crítica, que muchos no han podido encarar ni siquiera los compromisos del monotributo social y que están pidiendo una moratoria impositiva a la Municipalidad.
La caída en las ventas es el principal problema que sufren, al igual que otros sectores de la economía. Pero a diferencias de estos, quienes trabajan en la calle o en puestos ofreciendo sus productos evidencian una situación financiera más deficitaria.
Los trabajadores del Mercado La Placita, de La Placita del Puente, los de la chacra 149, los del barrio Cristo Rey y los que están autorizados para encarar su labor en el microcentro posadeño están nucleados en el Sindicato de Vendedores Ambulantes (Sivara), cuyo referente es Alberto Fusté Padrós, quien también integra la CGT Andrés Guacurarí.
El gremialista explicó el escenario con los siguientes términos: “Le está costando sobrevivir al vendedor. A veces lo que recauda no le alcanza ni para comprar un kilo de carne, es una situación que preocupa mucho. Sabemos que no es exclusivo de nuestro sector, pero a nosotros nos golpea más porque se trata del eslabón más débil de la economía”.
Quienes comercializan prendas de vestir, gorras, guantes y bufandas, por ejemplo, esperan con ansias la llegada de la temporada invernal para repuntar sus ventas, que vienen por el piso. Sin embargo, notan dos fenómenos: Uno, que el frío cada vez tarda más en llegar y apenas dura unos pocos días. Y segundo, los compradores esperan hasta último momento para adquirir ropa de estación, lo hace cuando ya no le queda más remedio. “Esto se enmarca en lo que se vive hoy por hoy en toda la Argentina. “A la gente le está costando horrores llegar a fin de mes, le cuesta comer. Sube el agua, sube la luz y entonces recorta gastos”, consideró Fusté Padrós.
Los vendedores del rubro textil apuestan por estos días a sacar productos de la temporada anterior y venderlos al costo, así consiguen fondos frescos para adquirir más mercadería. “Ya venían en caída las ventas, pero desde octubre de 2013 hasta acá, se profundizó aún más el descenso. Encima notamos que los ciudadanos están endeudados y no tienen efectivo encima. Entonces apelan a las tarjetas de crédito para comprar todo. Y muchos de nuestros afiliados no tienen cómo cobrar cuando alguien saca un plástico. Esto les juega en contra”, admitió el dirigente.
Fusté Padrós añade otra arista para que se comprenda más lo delicada de la situación: “Cuando hablamos de los vendedores ambulantes y puesteros debemos tener en cuenta que se trata de personas que toda la vida hicieron esto y no saben hacer otra cosa. Es decir, no se van a dedicar a otra actividad. Hay muchos que son adultos mayores. Por eso, lo que fomentamos es que los hijos de nuestros afiliados estudien, para que el día de mañana tengan otras alternativas. Yo tengo más de 50 y vendo desde los 12, conozco bien esta realidad”.
Hay vendedores que no pudieron encarar el compromiso del monotributo social. Otros que están pidiéndole una moratoria impositiva a la Municipalidad. Ahora la esperanza no solo está puesta en el frío, sino también en el aguinaldo que se viene.

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