Convento macabro: hallan 800 esqueletos de bebés en una fosa

Los cuerpos estaban en un hogar para madres solteras y sus hijos «ilegítimos». Conocido como «La Casa», funcionó entre 1925 y 1961.

 

El macabro hallazgo desnuda el oscuro pasado de Irlanda. Una sociedad que a pesar de sus progresos, 50 años atrás aún discriminaba a los hijos extramatrimoniales y los encerraba en asilos.

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La St. Mary’s Mother and Baby Home, apodada «La Casa», era administrada por monjas y es uno de los máximos exponentes de esa ignominia. Ubicada en la ciudad de Galway, albergó a miles de mujeres y niños irlandeses en pésimas condiciones sanitarias y alimentarias.

Eso explica el descomunal número de cadáveres hallados. Según el Irish Mail on Sunday, entre los 796 niños descubiertos, la mayoría había muerto de males como desnutrición, sarampión, tuberculosis, gastroenteritis y neumonía.

Los cuerpos eran directamente arrojados en una fosa común que no tenía ningún tipo de lápida o inscripción.

Una inspección realizada por el Estado en 1944 registró el estado de situación en el lugar. En ese momento vivían 333 mujeres junto a sus hijos, cuando la capacidad máxima de la institución era 243.

La mayoría de los niños eran bebés y tenían entre 3 semanas y 13 meses. Según el reporte, eran «frágiles y estaban consumidos».

Las condiciones de vida deplorables no eran exclusivas de «La Casa», Recientemente se conoció la historia de otro asilo, el Sean Ross Mother and Baby, ubicado en la ciudad irlandesa de Roscrea. En su año inaugural, 1930, murieron 60 de los 120 niños que alojaba.

Todavía peor les fue a los que tuvieron la desgracia de terminar en el Bessborough Mother and Baby, del condado de Cork, donde de 180 bebés murieron 100.

La mayor parte de los que lograban sobrevivir a su estadía eran entregados en adopción de manera forzosa, contra la voluntad de las madres. Se calcula que entre 1945 y 1965 hubo 2.200 adopciones de este tipo.

Representantes de la Iglesia fueron acusados de recibir dinero a cambio, pero siempre lo negaron.

Además de ser obligadas a entregar a sus hijos y a renunciar a todo derecho sobre ellos, las madres eran sometidas a trabajos forzosos no remunerados durante tres años. Sus identidades eran revocadas y sólo podían vestir el uniforme que les daban.

Fuente: Infobae

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