Su bebé murió al nacer, pero ella pidió sostenerlo y escuchó un suspiro

Kate Ogg dio a luz mellizos prematuramente, y su bebé Jaime, no sobrevivió al parto. Le preguntó a los doctores si podía sostenerlo para despedirse de él, y lo abrazó por dos horas. Lo que pasó después prueba que existe magia en el tacto de una madre.


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