Rafecas: “Estamos en un período en el que decidimos mirar el pasado de manera honesta”

Pasó por Posadas para disertar el juez Federal que investigó y analizó la matanza de judíos europeos durante el régimen nazi. Habló de los puntos de contacto entre los seguidores de Hitler y los jerarcas de la última dictadura militar argentina.

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El juez Federal Daniel Rafecas visitó Posadas invitado por la Comunidad Israelita de Misiones y presentó su libro “Historia de la Solución Final. Una indagación de las etapas que llevaron al exterminio de los judíos europeos” (Siglo veintiuno, 2012). Ante un interesante marco de público que se acercó al auditorio Juan “El Negro” Figueredo de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales comparó las prácticas comunes de los regímenes genocidas otomano, nazi y del llamado Proceso de Reorganización nacional de la Argentina. Instó a mantener la memoria mirando al pasado de manera honesta y a fortalecer los valores democráticos desde la educación.
En la lluviosa tarde de viernes, en la sala se vio a funcionarios del Inadi local, a jueces, ministros del Superior Tribunal de Justicia, militantes por los derechos humanos y estudiantes.
En el panel, además de Rafecas estuvo la prestigiosa historiadora Yolanda Urquiza, que ha buceado de manera exhaustiva en temáticas vinculadas a lo que sucedió durante la última dictadura militar en la provincia de Misiones y cuyo último libro en coautoría con la politóloga María Elena Martin es “Del Partido Agrario Misionero al Partido Agrario y Social”; y la subsecretaria de Derechos Humanos Amelia Báez.
La primera en tomar la palabra fue Báez, quien habló sobre la figura del Juan Bautista Figueredo, docente y diputado del Partido Auténtico, quien fue secuestrado en diciembre de 1976 en la zona de Campo Viera y hasta el día de hoy se desconoce cómo fue su final.
También destacó el libro “Misiones Historias con Nombres Propios”, como el principal compendio de las voces de las víctimas de la represión. Pidió que se analice cada uno de esos dolorosos relatos para que el Nunca Más misionero se consolide en las generaciones venideras.
Después fue el turno de Urquiza, quien con su habitual claridad conceptual, mencionó las tres características que tuvo el accionar genocida de la última dictadura en la Tierra Colorada: “Apuntó contra dirigentes agrarios y pequeños y medianos campesinos; a quienes aplicaron los métodos más brutales de tortura; entre las víctimas hay numerosos exiliados paraguayos, que desde Misiones llevaban adelante acciones de resistencia y oposición a lo que sucedía en su país; y apuntó a aniquilar a partidos como el Auténtico, cuyos adherentes fueron los más perseguidos y en muchos casos asesinados por los militares. Uno de ellos, que incluso llegó a ser diputado, fue precisamente Juan Figueredo”.
Finalmente, expuso Rafecas. “Se ha abierto un periodo en el que los argentinos nos estamos dando un tiempo para mirar nuestro pasado de una manera honesta, nuestro pasado de terrorismo de estado. Es algo absolutamente inusual, extraordinario.
Es algo excepcional que en el ámbito regional no se ha replicado. Es un proceso que se está siguiendo con mucha atención de parte de la comunidad internacional y esto me consta personalmente”.
Reconoció que este proceso empezó cuando el entonces presidente Néstor Kirchner promovió la conformación de una nueva e irreprochable Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“Las prácticas autoritarias siguen vigentes en nuestro país, en muchas instituciones, en muchas corporaciones, en muchas prácticas. Son la larga mano del estado totalitario que formalmente terminó en diciembre de 1983, pero que materialmente persiste, en estructuras del sistema penal, en las cárceles, en las comisarías y en los ámbitos militares. Hay mucho por hacer”, sostuvo.
El juez, nombrado por Kirchner en octubre de 2004, afirmó que la misión verdadera del historiador es la de rescatar las historias, los procesos y las comunidades que fueron arrasadas y suprimidas por los vencedores. “No hace falta que los historiadores recreen la historia de los vencedores, porque esa historia es el presente”, conceptualizó.

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Ya hablando del libro que presentaba, indicó que la persecución del régimen nazi empezó en 1933 contra los partidos políticos opositores (que eran la social democracia y el comunismo), asociaciones gremiales y los medios de prensa. En seis meses fueron arrasados, fueron desaparecidos, censuraron sus publicaciones y clausuraron sus comités”, enumeró.
“En pocos meses llevó el inaudito reemplazo de un estado de derecho por otro totalitario. De una democracia a una dictadura”, afirmó.
Sobre el título de la obra, explicó: “Todos sabemos que cuando se habla de ‘Solución Final, es a la decisión que toman Hittler y su gabinete, allá por diciembre de 1941, sobre la solución final de la cuestión judía, que es el estereotipo del enemigo que construye el régimen nazi para cohesionar ese enorme imperio. Consistió en decidir el exterminio físico de todos los judíos europeos. Se decide eliminar a los 11 millones de judíos en campos de concentración de Polonia utilizando cámaras de gas”.
Precisó que los nazis decidieron el exterminio porque habían fracasado otras estrategias. Admitió que esa “Solución Final” tuvo su antecedente en el genocidio armenio, practicado por el Imperio otomano. Dijo que en este caso, los perpetradores tuvieron éxito, lamentablemente, porque hasta el día de hoy no han condenado a los culpables.
Después de repasar ambos casos, se detuvo en la dictadura argentina. Y concluyó: “Acá hubo una decisión de decidir una solución final: eliminar a los subversivos”.
Detalló que además de moldear un enemigo y buscar su eliminación física, los autoritarismos necesitan procurarse la impunidad. Y que en Argentina, a diferencia de los otros casos, se le añadió que todo se hacía de manera clandestina.
Finalizó diciendo que el análisis de este pasado reciente permitirá fortalecer los valores democráticos y detectar cualquier síntoma de regresión al autoritarismo. Apostó por fomentar en la educación el análisis de lo nefasto del legado de los regímenes dictatoriales. Y, en este sentido, abogó porque se aborde de manera seria en la Argentina el genocidio de los pueblos originarios.
Rafecas cerró su paso por la capital misionera con una conferencia en la sede de la Comunidad Israelita de Misiones (San Martín 479).

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