Array

Reflexión del pastor Decena: pasos para recibir la sanidad del alma

En primer lugar debemos buscar un líder espiritual que pueda ministrar sanidad interior, este líder debe ser una persona espiritual y comprometida con el Señor, que haya recibido sanidad interior primeramente, porque es imposible ministrar sin ser ministrado.

Efesios 4:11  Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros,

(12) a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

Este pasaje echa por tierra el engaño maligno y el auto engaño que dice, no voy a la iglesia pero estoy bien… nadie puede en forma real auto enseñarse o ministrarse, y en el mundo espiritual los autodidactas absolutos, que no necesitan de líder alguno, son personas engañadas, y terminan siendo usadas para confusión en el pueblo de Dios. La persona se debe a la iglesia que Dios le ha puesto y a los líderes que Dios le ha otorgado para su crecimiento. No hay un evangelio personal distinto para cada uno o una visión propia para cada uno, la palabra de Dios es una sola.

 

En segundo lugar, debemos traer a memoria las experiencias que produjeron el trauma y los sentimientos negativos. Es recordar con el propósito de poner en las manos de Dios nuestro pasado, es enfrentar para vencer toda obra maligna que quiere atar su vida. Al recordar y contar a los que están ministrando, a estos  les da herramientas para poder orar y vencer a los demonios que están oprimiendo a la persona. Cuando la persona miente o oculta algo al ministro es imposible darle libertad, el demonio va a seguir atando e influyendo la vida de la persona.

Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.

 

 

En tercera instancia hay que renunciar al maligno, a esos demonios que causan esos resultados, ataques o sentimientos negativos nombrándolos por su nombre (Temor, odio, rencor, etc).

Cuando nos bautizamos hacemos un acto de renuncia voluntaria a la vieja vida, es por eso que bautizarse es tan importante y es la renuncia a los hábitos malos del pasado. Pero cuando se ministra sanidad se debe orar renunciando voluntariamente y con determinación a todo demonio involucrado en el pecado o acontecimiento que hirió su vida.

La voluntad es importantísima en la liberación. En Juan 5:6 dice: Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

¡Es increíble que le preguntara eso al enfermo! Y por algo lo hizo, para afirmar su voluntad débil. Hay gente que disfruta de ser un enfermo porque está lleno de auto compasión, imagínese una persona influenciada por demonios, tiene una altísima posibilidad de acostumbrarse a la obra diabólica y usar eso para llamar la atención.

Un ejemplo de esto es el espíritu de adivinación, la persona le gusta saber cosas de los demás y llama mucho la atención, así que se niega o duda en renunciar…

 

En cuarto lugar hay que perdonar de todo corazón, mencionando la persona por nombre y apellido y el daño que nos hizo.

Marcos 11:25: Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

O sea no hace falta que este la persona presente, le perdono en mi corazón y hago un acto de perdón bendiciéndole y dejando todo en las manos del Señor.

 

 

En quinto lugar, pídele perdón a Dios por todo sentimiento negativo y perdónate a ti mismo confesándolo con tu boca.

Romanos 10:10  Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.

 

En sexta instancia, hay que reconocer y confesar que Jesús sufrió todas las heridas de tu alma y murió en la cruz llevándolas por vos.

Isaías 53: 4-5 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

 

En séptimo lugar, cree en ese momento que el Espíritu Santo esta sanando tus heridas.

Marcos 11:24 «Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá »

 

Y en octavo lugar, dale gracias a Dios por tu sanidad y alábale.

La gratitud desata la bendición de Dios, la gratitud afirma el milagro en mi vida, por eso: alaba a Dios después de recibir la bendición, y Dios afirmará tu vida en victoria.

Filipenses 4:6  Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Dios te bendiga y sane todas tus heridas. Que tengas una excelente semana!

 

Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Predicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de www.centrofamiliarcristanoweb.org

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas