Esta tarde declaró en la comisaría Sexta. Contó que apenas pudo ver algunas facciones de los asaltantes, que actuaron con pasamontañas.
El hombre se llama Raúl (la Justicia pidió que se mantenga en reserva su identidad completa) y tiene 28 años. Reside en Dos de Mayo. Este miércoles vino a Posadas para cobrar una indemnización por un accidente laboral. Luego de retirar el dinero del banco, se dirigió a la casa de un abogado, con el que tenía que hacer un trámite personal. Pero no llegó a concretar la diligencia. Una dupla de ladrones lo interceptó cuando llegaba a la residencia del letrado y le robó el dinero. Aún no hay pistas acerca de los autores del golpe.
El juez Ricardo Balor analiza en estos momentos las actuaciones que le remitió la Policía. Trascendió que en breve dictará algunas medidas, entre ellas allanamientos para dar con los criminales.
Fuentes ligadas a la investigación creen que Raúl, que se encontraba con su pareja al momento del asalto, fue “marcado” probablemente a la salida de la entidad bancaria céntrica de donde retiró los billetes. Los ladrones habrían esperado que llegara a destino para intimidarlo. Solo querían la mochila donde estaba la plata.
Tienen pocos datos los detectives. Los damnificados apenas pudieron ver que se trataba de un coche Peugeot 406 oscuro, en el que movilizaban dos hombres. Ambos, dijeron los denunciantes, actuaron encapuchados y uno de ellos portaba una pistola.
Raúl y su mujer no se resistieron. Apenas vieron perderse a los ladrones avisaron a la Policía, que montó un operativo para dar con los ladrones, pero hasta ahora no tuvo resultados.
Las víctimas salieron del banco a media mañana y en un vehículo particular fueron hasta la residencia del abogado, cuya identidad no trascendió. Las fuentes solo precisaron que se trata de un joven profesional.
A eso de las 9.20, cuando arribaban a la casa del letrado, los interceptó el auto de los asaltantes. El resto de la historia es conocido.
Por la tarde, Raúl y su mujer declararon en la comisaría Sexta. Contaron en detalle el viaje que hicieron desde el microcentro hasta el escenario del atraco; también lo poco que pudieron ver del aspecto físico de los criminales.
Ahora, la palabra la tiene Balor, quien dispondrá los pasos a seguir.
