Ratifican condena por trata de la que fue víctima una misionera

La Cámara Federal de Casación Penal ratificó la condena por trata de personas de un hombre acusado de prostituir a una joven de 19 años que había sido captada en Misiones y era obligada a ejercer la prostitución en Entre Ríos.   La Cámara ratificó la condena al rechazar un recurso contra la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná que condenó a cuatro años de prisión a Carlos Darío Antonio Montiel, pese al supuesto consentimiento de la joven, que vivía en estado de «vulnerabilidad»   En la misma resolución los camaristas Pedro David, Alejandro Slokar y Angela Ledesma anularon la parte del fallo en la que los magistrados paranaenses absolvieron a Montiel por «administración y regencia de casa de tolerancia» y ordenaron que, por esa calificación, los jueces locales «dicten un nuevo pronunciamiento conforme a derecho».   Los camaristas consideraron que «si bien el delito no se configura en mayores de 18 años cuando existe consentimiento», en este caso «el imputado abusó de la situación de vulnerabilidad de la joven, quien se hallaba en situación de extrema pobreza, nunca fue a la escuela, no sabe leer ni escribir y trabaja en la cosecha de yerba mate».

La joven, que tiene tres hijos, dos de los cuales tienen 10 y 6 años, era obligada a prostituirse en el burdel «El Desafío», de la ciudad entrerriana de Concordia.

Los jueces también descalificaron la excusa de la defensa que aludía a la «autorización municipal» con que contaba el prostíbulo al sostener que ello «no determina la despenalización de la actividad». Los camaristas citaron párrafos de la sentencia dictada en la instancia anterior donde los jueces locales tuvieron «por acreditado que `El Desafío` era un prostíbulo, que Montiel era su dueño, patrón de las alternadoras que allí practican comercio sexual, del cual obtenía un provecho económico».

 

“Ellos me dijeron que era para cuidar bebés y era un cabaret; y yo me escapé”. Así comenzó la declaración de la víctima ante el tribunal que integran Noemí Berros, Roberto López Arango y Lilia Carnero. “Yo me di cuenta que era un cabaret porque las chicas tenían polleritas y remeras cortitas. Una mujer que le decían Polaca me dio la ropa y me dijo de trabajar, salir con hombres”, acotó.
P.R. hoy tiene 22 años. Es una joven menuda, bajita, morocha, de pelo oscuro que usa recogido y carga a su hija menor en brazos.

 

La joven no quería viajar. No conocía a las dos personas que un día llegaron a su casa ofreciéndole un trabajo como niñera a 800 kilómetros de allí. Se resistió cuanto pudo hasta que de buenas a primeras estuvo arriba de una camioneta Chevrolet S-10 y en viaje. Desde San Vicente, Misiones, hasta Concordia, Entre Ríos. No tuvo tiempo ni siquiera de armar un bolso. Apenas alcanzó a manotear su documento e inició un periplo terrible que la depositó esa madrugada en un prostíbulo.

La joven, que será identificada como P.R., fue reclutada en la localidad misionera de San Vicente el 5 de mayo de 2009, trasladada a Concordia y sometida en el prostíbulo El Desafío, a cambio de ropa, comida y alojamiento, pero escapó y pidió ayuda.

Un matrimonio que vivía en una casa vecina al local le dio cobijo, comida y el hombre la acompañó hasta la Terminal de ómnibus, ya que la voluntad de la joven era regresar a su pueblo. El caso se judicializó porque la boletería donde debía comprar el pasaje de regreso estaba cerrada y el hombre la dejó en custodia de un policía que hacía guardia y dio aviso a la Comisaría de la Mujer.

P.R. nunca fue a la escuela, fue madre a los 12 años y hoy cría tres hijos en condiciones de absoluta pobreza y precariedad. Eso, junto con un “bajo desarrollo psíquico”, la colocan “a merced de su cosificación y esclavitud”, según las conclusiones de una perito judicial que la entrevistó poco después de ocurrido el hecho.

Carlos Darío Antonio Montiel tiene 41 años y fue condenado por captación, traslado y acogimiento de la joven P.R. con fines de explotación mediante el abuso de una situación de vulnerabilidad, ya que fue quien conducía la camioneta que la trasladó desde Misiones hasta la provincia de Entre Ríos.
Ante el tribunal se jactó de no haber trabajado nunca en su vida y de vivir antes de su madre y ahora de la administración de dos remises. Sin embargo, llegó a juicio acusado como regente del prostíbulo El Desafío, que funcionaba en Concordia, por lo que también se le imputa una infracción a la Ley de Profilaxis de las Enfermedades Venéreas.

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