La foresto-industria precisa recuperar su perfil exportador para sostener divisas y fuentes de trabajo

En una entrevista exclusiva con ArgentinaForestal.com el consultor Jorge Fahler analizó el escenario actual de la principal actividad económica de la provincia, que atraviesa «un estancamiento en inversiones, incumplimiento en la aplicación de la Ley de promoción forestal, altos costos de producción, una fuerte presión fiscal en la provincia, y una caída progresiva de las exportaciones en los dos últimos años». “La situación es preocupante, se necesitan de medidas urgentes y de largo plazo, seguridad jurídica y decisiones políticas que permitan sostener a esta industria, ya que es la mayor generadora de empleo y divisas de Misiones”, remarcó el especialista. 

El consultor foresto-industrial, Jorge Fahler, coordinó por el sector privado una jornada convocada por el Comité Provincia de la Unión Cívica Radical, denominado “Encuentro Forestal: aportes del sector para una mirada pública”, que tuvo lugar en la sede de la Cámara de Comercio e Industria de Eldorado (CACIEL), con la presencia de un centenar de personas representativas de las instituciones del sector privado, técnico y académico, además de profesionales independientes, empresarios y productores.

En una entrevista exclusiva con ArgentinaForestal.com el consultor analizó el escenario actual de la principal actividad económica de la provincia, que atraviesa un estancamiento en inversiones, incumplimiento en la aplicación de la Ley de promoción forestal, altos costos de producción, una fuerte presión fiscal en la provincia, y una caída progresiva de las exportaciones en los dos últimos años.

 

¿Cuáles son las principales conclusiones del encuentro?

Hay que rescatar todo lo heterogéneo del sector, lo diverso del sector que estuvo presente y se analizó en esta oportunidad, para tratar de encontrar una salida para una situación que realmente es preocupante.

 

Hubo coincidencia entre las distintas asociaciones, profesionales y empresarios del sector presentes en el Encuentro convocado por la UCR en que hay un estancamiento en la actividad y una preocupación actual producto de la coyuntura económica que se atraviesa y que afecta a toda la cadena productiva, y además, la falta de políticas de apoyo a la actividad…

Exacto. Se viene de algunos años donde se fue creciendo de forma adecuada, se fue ganando mercado y se exportaba mejor; pero de repente, por diversas circunstancias –como la crisis de 2008 de los mercados internacionales- se dejó de exportar cada vez más. Ahora, y desde el 2013, se mantiene un deterioro en la calidad de la exportación respecto a la rentabilidad de la misma (paridad cambiara, costos diferenciales, etcétera), con otros factores que fueron profundizando este escenario. Cada vez más el industrial fue absorbiendo la posibilidad de mantener sus ganancias.

La crisis de 2008 terminó con gran parte de la exportación, que fue una de las joyas del sector, ya que no siempre estuvo basado en la industria de primera línea, sino en aserraderos pequeños o de remanufacturas. Fueron unas 50 a 60 industrias que exportaban con buenos resultados, pero todo eso se fue perdiendo. Hoy no superan la decena de empresas las que están exportando en volúmenes mínimos.

Pero en algún momento, Misiones y Corrientes llegaron a exportar en un año más de 130 millones de dólares en productos remanufacturados, superando a la yerba mate, té, tabaco, entre otros productos tradicionales. Cuando la crisis internacional de EE. UU. genera la caída del mercado de la construcción, tuvimos un mercado interno potente, que fue quien absorbió la capacidad ociosa, esa producción exportadora, y así se logró trasladar los productos de aserrío y remanufacturas al mercado interno. En la actualidad esto cambió, el mercado interno esta cada vez más devaluado, y esto no afecta solo a la actividad forestal, afecta a la economía en general.

Además, desde hace dos años que el sector advierte que hay un deterioro en los niveles de producción debido a la caída de la demanda que se empezó a sentir.

 

Misiones tiene cerca de 700 industrias y Corrientes otras 300, por lo tanto, estamos en un territorio reducido con 1000 industrias generadoras de puestos de trabajos, de demanda de servicios, etcétera; pero también son 1000 industrias ofreciendo en el mercado, por lo tanto, si no se hace expansivo el mercado, enfrentamos un cuello de botella.

El agravante es que desde inicio de 2014 hay un ajuste que se siente, la sociedad reacciona de la manera que puede, y uno de las primeras consecuencias de los aumentos de precios de los productos derivados de aumentos de costos, es que se planchó totalmente la economía para la venta de productos de base forestal.

Y aquí hay que alertar en forma inmediata que esto genera un riesgo por la pérdida de las fuentes de trabajo si la situación se prolonga en el tiempo.

Nuestras industrias, por las características de poca inversión en los últimos años en tecnología, son muy dependientes de la mano de obra. Hay procesos de automatización que podrían derivar a tecnologías de aserrado que triplican la producción, reduciendo en forma drástica la mano de obra con la incorporación de tecnología. Pero en este momento no se están haciendo inversiones, lo que nos indica que, si hay falta de ventas, realmente lo que afectará es la mano de obra directa en todos estos procesos.

 

Hace tiempo que fundamentan en sector la necesidad de atraer inversores extranjeros a la Argentina; el recurso forestal está, tenemos la materia prima, pero qué pasa en esta actividad que no logra que inviertan en el negocio forestal los empresarios o accionistas argentinos? ¿No es valorado como negocio forestal? ¿Por qué la oportunidad de desarrollo se presenta solo con un inversor extranjero para instalar la tan necesaria industria celulósico- papelera en el país, por ejemplo?

La respuesta no es lineal ni fácil. Primero, son capitales muy grandes los que se necesitan para instalar en una industria con la capacidad y la tecnología que requiere una planta de producción de pasta de celulosa o papel. Además, el negocio no es puntual, es de tipo internacional, de gran escala, de empresas que comercializan en todo el mundo.

Un dato, el negocio de productos de la madera tiene un movimiento superior o similar al de granos. Hoy están cerca de los 400 mil millones de dólares. Por ejemplo, en Uruguay las inversiones como UPM-Botnia son de 1.500 millones de dólares, la nueva planta de Montes de Plata (Stora Enzo-Arauco) son de 2.000 millones de dólares. Por lo tanto, son capitales intensivos que requieren seguridad jurídica, por ser inversiones de largo plazo. O se necesita de forestadores locales como socios.

 

¿Cuál es la idea de un Plan de Desarrollo Forestal, por ejemplo, o qué  factores toman de Uruguay que permitieron en estos últimos años el despegue forestal?

Uruguay, el que conoce sabe que es lo más parecido a Corrientes desde el punto de vista geográfico, una llanura donde básicamente fue de producción de cereales y ganadería, hasta que instrumentaron una ley forestal. Muy ordenada, atractiva para inversiones Pymes y grandes, con fideicomisos, muy práctica desde lo ecológico con un mapa de aptitud de suelo. Así lo hicieron. En 20 años lograron un millón de hectáreas, que es lo que hoy tiene la Argentina. Pero además, pasaron a ser un país celulósico. El principal producto de exportación de Uruguay hoy es forestal. Una cosa impensada hace 20 años atrás, ya que no tenían la cultura del árbol como sí lo tenemos en el NEA. Quiere decir que se puede.

En la actualidad hay proyectos que se analizan para radicarse en este país oriental. Incluso, entre las 10 principales productoras de celulosa del mundo, ya son cinco las que están radicadas en Uruguay, y las otras viendo si se radican. Esto es fuente de trabajo para el país, y saber posicionarse a futuro en un mercado mundial que esta demandando estos productos.

Por lo tanto, son industrias de capital intensivo, pero estará en cada país dar respuesta legal para que estas industrias sean ambientalmente compatibles con las leyes. Y ninguna de estas empresas puede venir a hacer lo que quiera, si no la dejamos.

 

Desde el punto de vista sectorial, en Argentina la llegada del grupo chileno Arauco con la compra de Alto Paraná fue el motor que traccionó el desarrollo de la actividad forestal, pero también es muy cuestionada esta empresa desde lo social y económico, por impactos generados en los últimos 10 años, después de la compra de la ex Pecom Forestal. En la sociedad pesa la experiencia de Alto Paraná y la relación es directa a la  imagen de la actividad  cuando se habla de atraer inversores. ¿Cómo analiza el caso de Argentina, con la experiencia de la llegada de Arauco en Misiones?

Cuando el grupo es grande y se mueve en una sociedad no preparada para trabajar con grupos grandes, se podría decir que es como un elefante en el bazar. Es indudable que el impacto que tiene una fábrica de este tipo, por el ámbito geográfico que ocupa, o la forma en que interactúa con la sociedad,  es muy fuerte. Pero es justo también donde los mecanismos sociales que hacen a las relaciones entre empresas y sociedad tienen que funcionar. No necesariamente tienen que funcionar bien, pero cuando funcionan mal, de alguna manera hay que revisar eso.

Por otra parte, cuando mencionas la absorción del Grupo sobre esta otra empresa (ex Pecom), en aquel momento de la operación de la venta la sociedad se había expresado opinando que dada la relación que existe en Misiones entre propietarios, negocios, tamaño de propiedades y demás, se podía estar creando algo mucho más grande de lo era solo compra; es decir, el sentimiento estaba en el ambiente de que se estaba consolidando un mega grupo donde había centenas de industrias que estaban trabajando en el mismo sentido. Daba la impresión que se iba a producir un cambio importante en el mercado, que era la concentración. Y eso no se quiso ver desde el Estado.

La sociedad lo vio, pero las autoridades que aprobaron y avalaron la compra de la ex Pecom por Arauco, no. Todos los diagnóstico que hay sobre este tema en los archivos indicaban que no era lo mejor que le podía pasar al sector.

La operación impidió el concepto de la competencia en el sector, crearon en ese contexto una empresa muy grande.

Por otra parte, también podemos analizar que la empresa podría tener hoy una visión diferente. Ver en que afecta y decir “podría pagar mejor los raleos”, por ejemplo. Capaz que podría solucionar algunas preocupaciones que se plantearon desde el sector en este encuentro. Podría ser menos agresiva en el sector aserrado, permitir que las otras 700 industrias trabajen más cómodas. Pero son todas hipótesis en realidad, porque estamos en un mercado libre y abierto, donde las partes hacen lo que pueden o hasta donde no hay niveles de regulación.

En todo esto, es justo aquí también donde podría aparecer el sentido común de la otra parte, de decir: «esto es para mí un negocio eventual, no el más importante, así que podría colaborar con parte de mi negocio, dejando libre para los otros».

 

Y en esta visión de volver a reconstruir el sector, no harán un “correctivo” en el Plan a elaborar para presentar a los gestores de políticas públicas y  que tengan en cuenta  al momento de aportar mejoras en la actividad frente a este escenario de inversores?

 

Sí, un correctivo sería necesario. O dar las pautas para que la inversión extranjera llegue, porque es fundamental que se concreten, pero que sean sustentables.

En Argentina hay anuncios de inversión “cero” para los próximos años. Y lo más grave de todo esto, es que en estos 10 años no solo no hubo inversión externa, sino que el propio industrial argentino no renovó las tecnologías. Por lo tanto, si hubiera un repunte, tampoco vamos a tener las condiciones para dar una respuesta eficiente. Los estándares de años atrás ya no se podrán sostener, porque las máquinas están 10 años más viejas y golpeadas.

El mercado sigue siendo el mismo. En Brasil visité una industria que se esta duplicando con productos que se elaboran en Misiones: sócalos, molduras, etc.

Es decir, en la provincia las empresas no están exportando, y en Brasil están evolucionando en capacidad y en un mercado que se esta recuperando. Esto es capital, inversión en tecnología de punta. Este movimiento ya esta sucediendo en America Latina, pero nosotros estamos estancados.

 

¿Y cuál es el escenario para la actividad foresto-industrial en el corto plazo, si no se toman medidas de cambio?

 Y si no hay reacción, el escenario no es bueno. Las empresas tienen que llegar a fin de mes, pagar los impuestos, la energía, esto es un negocio y, como cualquier negocio, debe ser rentable.

 

Hoy estamos en un encuentro forestal convocado por la UCR. ¿Cuál es su análisis político de la situación forestal en la provincia?

Es obvio que no se ha atendido al sector, no se ha escuchado las consideraciones  y recomendaciones que se han presentado. Estamos respondiendo en esta reunión convocada por la UCR, pero solo estamos repitiendo lo que hemos dicho en varios ámbitos desde hace 10 años atrás. Hay aspectos que necesitan decisiones e interpretaciones políticas.

Brasil no es ajeno a las crisis, pero en el gobierno hay más pragmatismo. Si la energía eléctrica sube mucho, ven la forma que no afecte drásticamente los costos industriales; adoptan conceptos para y disminuir las cargas sociales durante 6 meses a determinados hasta que se vayan acomodando, buscan analizar una solución a los diferentes problemas.  En Misiones hay una falta de sensibilidad política, no se toman los mensajes.

Como sector no tenemos una mesa de diálogo permanente, pero estamos dispuestos a seguir abriendo canales de diálogo con todo aquel que nos quiera escuchar; pero creo que no pueden desconocer que este es el sector que genera más recursos para la provincia. Y más allá de eso, es un sector que reclama algunas soluciones para seguir funcionando.

Hoy estamos mal, pero tampoco veo porqué vamos a estar mejor en los próximos meses. Además, estamos en un proceso inflacionario, hay incertidumbre en la economía del país, la gente tiene miedo de perder su trabajo, son síndromes sociales; y cuando esto ocurre el primer impacto del mercado es sobre los productos que no son básicos. Ojalá me equivoque, pero yo no veo soluciones de corto plazo.

 

La percepción es que hay un retroceso en los espacios políticos ganados por la actividad forestal en los últimos años. ¿Hacen una autocrítica sobre por qué están hoy perdiendo el poco peso político logrado en algún momento? ¿hay unión sectorial para pelear por un interés común en estos espacios? ¿O hay un trabajo en conjunto como sector, pero no logran resultados?

El hecho de que existan cámaras como Apicofom por un lado, Amayadap por otro, y otras en Corrientes, muestra que hay un esbozo de agrupación. No sabría decir por qué específicamente, pero nunca se oyó de un piquete forestal en reclamo de tal medida o en protesta de tal cosa, que los empresarios corten rutas o que los trabajadores que están por perder sus fuentes de trabajo corten rutas; ya sea porque no se resuelve el tema de los caminos, los problemas de logística en el puerto, el tema del gasoil, etcétera. Creo que no. Eso es porque todavía se cree que los resortes son institucionales. Se va con un petitorio a una reunión, muchas veces con alegría –comos se ha dado- donde nos ponemos contentos que un gobernador nos reciba después de cinco años. Bueno, así nos va.

Estamos parcializando las cosas porque no estamos encontrando soluciones, aunque también hay que analizar si todas las soluciones tienen que partir de nosotros (sector) y no es la otra parte (Estado) la que también tiene que ayudar.

¿Cómo vas a poner retenciones sistemáticas a todas las exportaciones, si lo que necesitas es generar divisas y fuentes de trabajo?. El sector foresto-industrial en Misiones fue castigado en ese sentido. Y hoy necesita recuperar las exportaciones.

Pero hay un momento que ya es tan bajo el nivel o la diferencia en los mercados, que el hecho de que saquen o no las retenciones, da lo mismo. Te cansa y uno deja de exportar.

Esa miopía creo que es lo que ha generado la falta de acción de los gobiernos para interpretar esto.

Otra incongruencia: se subsidia las plantaciones forestales por un lado, y por otro espantan a todos los inversores. Resultado: te pagan para plantar y te pagan para hacer raleo perdido, para que se pudra, no para que se destine a generar valor.

 

 

Por Patricia Escobar

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