Ya se pagaron 210 millones de pesos a tabacaleros misioneros

A un mes del inicio del acopio, los productores ya entregaron más de 11 de los 35 millones de kilos que se estima recibir este año. El precio promedio es de 17,97 pesos, 43 centavos por debajo del valor previsto. Productores afirman que las empresas bajan la calidad sin razón, mientras que desde las industrias advierten que muchos fardos  llegaron con un  grado de humedad  superior al deseado, lo que –afirman- melló la calidad del producto.

 

El acopio 2014 avanza a buen ritmo, a un mes de iniciado el proceso los productores ya dejaron en los galpones de las empresas compradoras más de 11,6 millones de kilos de burley, lo que representa el 33 por ciento del total que las compañías prevén comprar esta temporada. Por el total acopiado hasta ahora, los colonos recibieron casi 210 millones de pesos, lo que arroja un  promedio de 17,97, valor levemente inferior al estimado durante la concertación de precios, que fue de 18,40 pesos. Aseguran que los pagos se están realizando en  término.

El precio pagado  por  las compañías generó descontento en algunas de las asociaciones de productores. Desde la Asociación Campesina de Tabacaleros Independientes de Misiones (ACTIM) no dudaron en acusar a las empresas de bajar  arbitrariamente la calidad del tabaco entregado por sus asociados para pagar menos. Afirmaron que en algunos casos se obtuvieron promedios de 14 pesos, muy inferiores a los esperados por los colonos.

Desde las empresas, en tanto, reconocieron que los valores efectivamente pagados están unos  centavos por debajo de lo esperado, pero desmintieron que ello responda a una maniobra  especulativa, lo atribuyeron en cambio a quela calidad de burley acercado por los productores fue efectivamente inferior a la esperada.

Desde la Cooperativa Tabacalera de Misiones (CTM) aseguraron que en la  mayoría de los casos se llega al precio promedio esperado, pero que también hubo productores que entregaron material con un nivel de humedad superior al exigible para que un tabaco pueda ser clasificado como de primera o incluso segunda calidad lo que tiró para abajo los precios. Afirmaron que incluso hubo fardos rechazados por esa razón.

Señalaron que incluso algunos  incluyeron las hojas bajeras de la planta –las más cercanas al suelo- material que por lo general se descarta para evitar que el fardo entero reciba una clasificación baja.

Afirmaron además que hubo intentos por vender tabaco obtenido a partir de semillas caseras, que los productores habían cultivado con la idea de vender a Brasil, material que invariablemente es rechazado por la imposibilidad de establecer la trazabilidad requerida para que el producto pueda ser exportado.

 

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