Las actividades se distribuirán en cuatro jornadas de cuatro horas cada una. La primera será este sábado. Se trabajará sobre la inteligencia emocional aplicada a diferentes ámbitos, como la relación de pareja y la educación de los niños y la programación neurolingüística aplicada a las relaciones laborales. Organiza la fundación Itze.
La primera jornada, titulada “Inteligencia emocional en la vida personal” se realizará el próximo sábado de 9 a 13 horas en el salón mayor del Palacio del Mate (ingreso por Paseo Bosetti, calle Bolívar entre Buenos Aires y Rivadavia) y estará a cargo de la licenciada en Economía Empresarial y coach integral, Laura Sosa y el médico psiquiatra Sebastián Horrisberger; el segundo encuentro titulado “inteligencia emocional en la pareja”, a realizarse una semana después en el mismo escenario, será dictado por el psicólogo Juan José Lafata, quien tiene una amplia trayectoria en su profesión y particularmente en tratamientos de pareja; la tercera jornada, denominada “Inteligencia emocional en los niños” será dictado las psicólogas Cintia Prates y Luisella Lorenzo y la última jornada, “Progrmación neurolingúistica en la vida laboral” a realizarse el 28 de junio, será dictado por la contadora especialista en recursos humanos y practitioner en PNL, Tania Chucoff.
Las jornadas son organizadas por la fundación Itzé, formada por un equipo interdisciplinario de profesionales de áreas de salud mental, nutrición, trabajo social y administración de empresas y coaching integral. Trabaja en cuatro ejes principales: formación continua de profesionales, talleres generales de prevención, área clínica (atención a pacientes en las diferentes áreas de salud mental, nutrición, coaching integral y trabajo social) y área empresarial (ofrece servicios a medida para las organizaciones que quieran mejorar o desarrollar temas relacionados con sus recursos humanos).
Según indicó Sosa, quien dictará el primero de los talleres, la inteligencia emocional es la “capacidad de gestionar y conocer las emociones, no solo las propias sino las de los demás”. Ejemplificó que “todos nos enojamos, pero la capacidad de enojarse en el momento adecuado, por el motivo correcto, con la persona indicada y la intensidad exacta, es un ejemplo de inteligencia emocional”.
Indicó que una de las características fundamentales de la inteligencia emocional es la empatía, que es “la capacidad de notar qué sienten los demás sin que te lo digan, ponerse en el lugar del otro”.
