Carta del Obispo Martínez: «Dar es vivir»

En su carta de este domingo monseñor, Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas nos indica: «En este tiempo Pascual el texto del Evangelio (Lc. 24, 13-35) nos narra un nuevo encuentro de Jesucristo, el Señor resucitado, con los discípulos de Emaús. Es llamativo como estos discípulos regresaban a su pueblo desde Jerusalén, conociendo todo lo que había pasado con Jesús el Nazareno: “Él que fue un profeta poderoso en obras y, palabras ante Dios y ante todo el pueblo…Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel” (Lc 24, 20-21)… “Pero sus ojos estaban cegados, no eran capaces de reconocerlo” (Lc 24,16)…

«Dar es vivir»

En este tiempo Pascual el texto del Evangelio (Lc. 24, 13-35) nos narra un nuevo encuentro de Jesucristo, el Señor resucitado, con los discípulos de Emaús. Es llamativo como estos discípulos regresaban a su pueblo desde Jerusalén, conociendo todo lo que había pasado con Jesús el Nazareno: “Él que fue un profeta poderoso en obras y, palabras ante Dios y ante todo el pueblo…Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel” (Lc 24, 20-21)… “Pero sus ojos estaban cegados, no eran capaces de reconocerlo” (Lc 24,16)… Después del encuentro con Jesús, cuando lo reconocieron, sus vidas cambiaron: “Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado; y se dijeron unos a otros: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?…”(Lc 24,32) Esta es la experiencia de fe Pascual que necesitamos realizar cada cristiano, y que lleva a la Iglesia a anunciar al mundo, que la vida, aún con sus dolores y dificultades, está cargada de sentido, porque la vida triunfa sobre la muerte, Jesucristo el que murió, Resucitó.

Este fin de semana realizamos en nuestra Diócesis la catequesis y campaña sobre el sostenimiento de la Iglesia Católica. Muchos desconocen cuáles son los ingresos y egresos que tiene la Iglesia Diocesana para realizar su acción evangelizadora. El comprender esto nos permitirá entender la necesidad de aportar nuestro “tiempo, talento y dinero”, para ayudar a anunciar el Reino de Dios. Gran parte del sostenimiento es con el esfuerzo de las comunidades y la comunión de bienes, colectas y ayudas de Diócesis y de Iglesias hermanas. Quiero resaltar fundamentalmente las ayudas de organizaciones católicas sobretodo europeas, y de “ADVENIAT” organización de la Conferencia Episcopal Alemana, que con su aporte nos permite renovar gran parte de las camionetas y autos, que utilizan los sacerdotes en su acción pastoral, así como un sin número de infraestructuras para la tarea pastoral.

La multiplicación de la población hace que las comunidades tengan que buscar terrenos, armar nuevos salones, capillas y generar recursos con beneficios, ventas de pollo, comidas…en varios casos hemos tenido la colaboración del Estado Provincial, y también de donaciones privadas, pero todo es escaso ante el crecimiento de nuevas comunidades y necesidades. El mismo sostenimiento del Seminario Mayor, Santo Cura de Ars, en gran proporción es con las colectas de Confirmación que en su totalidad son destinadas para el Seminario, una colecta anual en agosto, y los bonos de ayuda, así como donaciones particulares.

La mayor parte de la acción evangelizadora de la Iglesia que implica el tiempo de mucha gente, y el poner dones y talentos al servicio de los otros, forman parte de un gran voluntariado que es fruto de la gratuidad, de la entrega al servicio del anuncio del Reino. Claramente en toda la tarea evangelizadora de la Iglesia se percibe nítidamente que obra la “Providencia de Dios”.

La catequesis y colecta de este fin de semana dedicada a la tarea que realizan los laicos en sus distintos servicios, acompaña la formación de los mismos, la participación en encuentros diocesanos, regionales, nacionales y su forma de organización pastoral.

Es una oportunidad contar en esta reflexión las exigencias pastorales que tenemos para realizar el mandato del Señor de evangelizar, así también  necesidad de sacerdotes, consagrados y laicos comprometidos que pongan su esfuerzo, tiempo, dones… la necesidad de dinero para acompañar encuentros de capacitación de adultos y jóvenes… el sostenimiento de nuestro seminario… la formación específica de sacerdotes que estudian fuera del país… infraestructuras en salones multiusos para catequesis, caritas… vivienda y movilidad para las nuevas parroquias. Todo eso se sostiene con la comunión de bienes, de dones y trabajo voluntario de nuestra gente. También quiero agradecer los frutos d la colecta de cuaresma llamada del 1%, con la cual ayudamos a nuestros hermanos que necesitan el mejoramiento de sus viviendas, ranchos y letrinas. La ayuda a nuestros hermanos necesitados hace que nuestra tarea evangelizadora sea consistente.
Pido a Dios que todos nos sintamos responsables de la evangelización de la Iglesia.
Un saludo cercano y hasta el próximo domingo
                                                                           
Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo.

Mons. Juan R Martínez

 

 

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