El gobernador Closs recorrió la zona y charló con los afectados el viernes.
La rápida asistencia del Gobierno y las enormes muestras de solidaridad de los misioneros aportaron para comenzar a reconstruir la devastación producida por el desborde del arroyo San Francisco, en Andresito, que afectó a más de mil personas y dejó a 56 familias apenas con lo puesto y sin sus hogares. Algunas decidieron levantar carpas y otras fueron alojadas en el salón parroquial y en el Polideportivo Municipal.
Ramón Quiróz perdió todo, inclusive su humilde casa que levantó con mucho sacrificio. “No pude hacer nada. Solo abracé a mis hijos y me fui porque si nos quedábamos el agua nos hubiera llevado también a nosotros”.
Ramón es viudo, tiene cinco hijos entre los tres y doce años. Trabaja como tarefero y vive en el barrio Selva dos de la localidad de Andresito. Su casa se encontraba a escasos metros del arroyo Doce, uno de los dos cauces de agua que desbordó. “Vivo aquí desde hace tres años, porque nuestro patrón no nos permite vivir en sus chacras”, cuenta.
El miércoles último cuando se inició la torrencial lluvia, este padre de familia recién había llegado de tarefear. “Me encontraba descansando cuando de repente el agua ya estaba dentro de mi casa”.
Desde que dejó obligado su domicilio se instaló en la casa Parroquial. “Me quedé sin nada. También perdí todos los documentos de mis hijos”.
La historia de Ramón puede ser la historia de las 56 familias del mencionado barrio que además de haberse quedado con lo puesto vieron como sus casas eran arrasadas por el agua. “Yo no me voy de aquí hasta que no nos den otro lugar. Prefiero quedarme en esta carpa porque las pequeñas cosas que me quedaron no quiero que me las roben”, dijo Martina Mistral mientras le daba de amamantar a su pequeña hija de tan sólo unos meses de edad.
Mistral tiene seis hijos. Su esposo es tarefero al igual que su suegro. “Nos acomodamos como podemos. Nada pudimos hacer cuando el agua se llevó todo, incluso nuestra casa”; dijo Saturnino Montiel.
De a poco quienes pudieron mantener sus casas en pie y algo de sus cosas, van reconstruyendo como pueden sus hogares. “Yo vivo en Andresito hace más de 20 años. Nunca vi algo similar. El agua cada vez subía más”; dijo Carlos Méndez quien reside junto a su hermano, cuñada y cuatro hijos en una de las viviendas que quedó en pie.
La gente confía en el compromiso que hizo el propio gobernador Maurice Closs. “Recorrió nuestro barrio y se comprometió a reubicarnos. Nosotros confiamos en que dentro de poco tendremos nuestras viviendas. No las queremos gratis, somos gente de trabajo y las pagaremos en pequeñas cuotas”; dijo Miguel Nuñez, otro padre de familia, tarefero que perdió todo y se instaló junto a su esposa Irma y seis hijos en una carpa.
Según el relevamiento oficial, 1.056 personas, entre grandes y chicos sufrieron los embates del agua. “Estamos desde el miércoles a la noche.
Desde el jueves a primera hora se constituyó también todo el equipo del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, el Ministerio de Gobierno y otras áreas del gobierno provincial, todos coordinados, por orden del gobernador Closs por el subsecretario de Gobierno, Ricardo Welbach.
Asimismo llegaron desde Buenos Aires funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para trabajar en terreno. “Desde el jueves se está trabajando sin descanso”; dijo el intendente Bruno Beck.
Compra o expropiación
El intendente de Andresito Bruno Beck dijo que “la gente será reubicada en terrenos que estarán ubicados en el casco urbano de la ciudad lejos de los arroyos”.
Beck dijo que “debemos darle una solución definitiva a la gente con un exhaustivo relevamiento”.
El intendente planteó su molestia con algunos empresarios que cuando fuimos a solicitarles que nos vendan las tierras nos pidieron unos 400 mil dólares la hectárea. Eso es imposible de pagar, por tal motivo yo planteé que, de seguir con esta postura los dueños de tierras que encima no las utilizan para nada, la Cámara de Diputados de la Provincia apruebe de inmediato un proyecto de ley de expropiación”.
El intendente está muy molesto con los propietarios de esas tierras. “Necesitamos siete hectáreas por lo menos, no puede ser que quieran hacer grandes negocios con el dolor de la gente. Yo no digo que pierdan, pero tampoco que lucren en forma desmedida”.
En horas de la mañana de este sábado arribó al lugar el ministro de Gobierno, Jorge Franco. “Venimos a ponernos a disposición de la gente”, dijo.
En la charla que mantuvo con un grupo de personas que se encontraban alojadas en el Polideportivo Municipal les dijo que “el Gobierno provincial adquirirá tierras lo antes posible y se construirán las viviendas en forma inmediata”.
Ante la consulta si ante la intransigencia de los dueños de tierras el gobierno expropiará dijo que “se hablará con los dueños de tierras. Tenemos que darle a la gente una solución definitiva”.
