Montecarlo: Cumple 50 años de trabajo como gomero

En la actualidad

En la actualidad

En sus inicios

En sus inicios

Desde los 14 años Julio Antúnez realiza su actividad en la gomería. El conocido “gomero de Cachamay”, festeja este aniversario de oro diciendo: “estoy contento, porque aunque es un oficio duro, me sirvió para mantener a mi familia y hacer estudiar a mis hijos. No hay nada como el trabajo, no importa cuál sea, porque eso te da dignidad” indicó.

Desde un oficio sin mucho protagonismo pero a la vez tan necesario en cada parte del mundo, “la gomería” sin dudas es un trabajo duro para quien lo realice. Y aunque muchas veces pasa desapercibido para gran parte de la sociedad, esconde detrás a personajes encantadores que disfrutan de su labor y se sienten orgullosos de la tarea que realizan cotidianamente.

Es el caso de Julio Antúnez, el gomero de 64 años, que realiza su actividad en la ciudad de Montecarlo desde 1969, porque antes trabajó en Eldorado, desde 1964.

El conocido “Cachamay”, festeja este 2 de mayo su 50° aniversario en la profesión y al respecto expresó que “estoy contento, porque aunque es un oficio duro, me sirvió para mantener a mi familia y hacer estudiar a mis hijos. No hay nada como el trabajo, no importa cuál sea porque eso te da dignidad”.

Ante la pregunta de qué soñaba ser cuando era niño, respondió “cuando era chico solo quería trabajar para salir adelante. No me importaba qué iba a hacer, solo quería hacer algo con lo que pudiera mantener a mi familia, porque sabía que un día iba a tener una familia”.

En referencia a si le gusta su trabajo, Julio Antúnez manifestó “es un lindo oficio, yo con esto mantuve a mi familia y crié mis hijos. Gracias a Dios nunca nos faltó nada, mis hijos fueron a estudiar a Posadas, aunque todavía no se recibieron estudiaron: Administración de empresas y Contador Público. Yo siento que cumplí con ellos también”.

Y añadió “y mi esposa siempre estuvo a mi lado, antes ella trabajaba como empleada doméstica y ahora ya no, se queda conmigo nomás. Siempre quise que a ella tampoco le falte nada”.

 

El oficio de ser gomero

Con respecto a cómo se inició en este trabajo, Julio relató que “yo vivía en Eldorado con mi papá y mi hermana, él era invalido así es que desde muy chicos con mi hermana tuvimos que trabajar con él para poder mantenernos. Hasta que a los 9 años comencé a trabajar por mi cuenta, cosechando té entre otras cosas, pero no ganaba mucho con eso, así es que a los 14 años me puse a trabajar con Máximo Kreiss en el kilómetro 10, ahí comencé a trabajar como gomero”.

Julio Antúnez continuó “estuve 5 años trabajando ahí hasta que me fui a Montecarlo por ofrecimiento de trabajo con otro gomero, estuve en varios lugares de Montecarlo hasta que finalmente me pude comprar mi terreno en la ruta, y acá estoy desde 1989”.

En cuanto a quienes son sus clientes manifestó “tengo desde empresarios y funcionarios hasta gente humilde, hay de todo, es un rango amplio y a todos los atiendo por igual. La gente sabe que desde las 7 me encuentra y que yo nunca cierro, salvo por alguna enfermedad, pero sino siempre estoy a disposición porque yo vivo de mis clientes”.

Y en referencia a brindar un mensaje por este día del trabajador, señaló “creo que por más sencilla que sea la tarea que uno hace, se pueden lograr grandes cosas, si uno lo hace con esfuerzo. Yo siempre quise tener bien a mi familia y que mis hijos estudien, logré eso con mi trabajo, así es que le doy gracias a Dios y le animo a la gente a trabajar, como dije antes, no hay nada como ganarse las cosas uno mismo, porque eso nos da dignidad”.  

 

Su esposa

Susana Nilda Giménez, esposa de Julio, sostuvo “hace 32 años estoy casada con Julio y cuando lo conocí él ya era gomero, siempre me gustó que era muy trabajador y honesto”.

Y agregó “tuvimos dos hijos: Julio y Patricia. Y ahora ya tenemos dos nietos: Julián Alejo de dos años y Luciana Nahir de tres años”.

Además Susana destacó “nosotros siempre soñamos poder darles la posibilidad a nuestros hijos de que estudien y sean alguien en la vida, y mi esposo siempre se esforzó mucho para cumplir con esa meta, porque no era fácil muchas veces. Pero lo logró porque los dos fueron a estudiar a Posadas. Yo estoy muy orgullosa de mi marido”.

Con respecto a dejar un mensaje por este día del trabajador remarcó que “para el que tiene ganas de trabajar siempre hay algo para hacer, y es mucho más lindo ganarse las cosas uno mismo. Es algo que el que trabaja y se gana las cosas con su esfuerzo lo sabe muy bien. Nada como el trabajo, como dice mi marido, el trabajo nos da dignidad”.  

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas