Con un acto mañana se recordarán los 399 años de la primera fundación de Posadas

Simbólica piedra fundacional de Posadas, en la Bajada Vieja y avenida Costanera.

Simbólica piedra fundacional de Posadas, en la Bajada Vieja y avenida Costanera.

Con un acto a realizarse mañana a las 8:30, en la Bajada Vieja y avenida Costanera, se va a conmemorar el 399º aniversario de la fundación de Anunciación de Itapúa, primer antecedente fundación de la ciudad de Posadas. Organizan la Municipalidad local y la asociación Flor del Desierto. En el lugar está ubicada la piedra fundacional de la ciudad capital, en la plazoleta que lleva el nombre “Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa” e indica el sitio aproximado donde un 25 de marzo de 1615, el Padre Roque González de Santa Cruz fundó la Reducción Jesuítica del mismo nombre y que años más tarde sería trasladada a la margen derecha del río Paraná, hoy Encarnación. También en la ciudad de la vecina orilla están programados actos similares.

El programa del acto prevé una invocación del padre Alberto Barros, por jurisdicción parroquial, luego dirán algunas palabras el presidente de Flor del Desierto, Juan Manuel Sureda; un representante de la Municipalidad y Nancy Tognola, de la fundación Reservas de las Misiones, organizadora de la jornada de la UCA, a llevarse a cabo mañana a las 17:30 en la sede ubicada en Rademacher 3943, en el marco de estas celebraciones municipales.

Estarán presentes delegaciones con Banderas de cinco escuelas de la orden jesuítica de Posadas; la Escuela Nº 269 “Anunciación de Itapúa”, ubicada en la avenida Perón de Villa Lanús; la Escuela San Ignacio de Loyola del barrio San Jorge; Escuela Madre de la Misericordia; instituto Virgen de Iratí, Escuela Nº 43 “Reino de España” y Escuela Stella Maris, ubicada en Villa Blosset.

También participarán representaciones de la Escuela de Policía “General Manuel Belgrano y del Infotec. Todos los festejos y actos tanto en Posadas como en Encarnación fueron declarados de interés municipal por el Concejo Deliberante de Posadas.

 

Obra de arte de casi 400 años

Sureda dijo que desde el arte hay una obra de Kabiyú o Habiyú que pintó a la Virgen María en la Reducción de Anunciación de Itapúa, fundada el 25 de marzo de 1615 por el padre Jesuita Roque González de Santa Cruz (hoy Santo), a instancias del padre Verger, en base a una estampa del cuadro de Doménico Theotocópulis, más conocido como El Greco.

Al respecto, indicó que hace dos años Flor del Desierto pidió por nota a la Municipalidad de Posadas, que se gestione la repatriación a Posadas, del cuadro que actualmente se halla en un museo privado, el “Udaondo” de Luján, Provincia de Buenos Aires.

Destacó que la contribución de esa obra de arte es el único elemento histórico que certifica que Posadas primero fue Anunciación, en los tiempos de su fundación como asentamiento jesuítico hace casi 400 años.

La fundación de Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa es tomada como el antecedente más importante de lo que más adelante sería la Ciudad de Posadas.

 

Lo que dice la historia

El padre Jesuita Nicolás del Techo sostiene que “el provincial Marcial de Lorenzana proveyó al Padre Roque González los vasos sagrados que serían necesarios, como también la herramientas para la construcción de nuevas poblaciones. Partió llevando todo esto por el mismo camino que antes y expuesto a iguales insultos.

 

 El día 24 de marzo de 1615 llegó a Itapuá, lugar que dista por igual sesenta leguas de la desembocadura del río Paraguay en el Paraná y de los confines del Guayrá; su puerto es una laguna que desagua en el río …”. 

 El testimonio del Padre Del Techo es decisivo en referencia al lugar de la fundación porque no hay otro lugar en las inmediaciones que reúna tales condiciones.  «Evidentemente se refiere a la laguna San José hoy desparecida más que por las aguas del embalse de Yacyretá, por la desidia de las autoridades que tuvieron la oportunidad de hacerlo y no quisieron trabajar el relleno de la península conocida por entonces como “Heller”, para su reinstalación a cota mayor que la 85, garantizando de esa manera su conservación para las generaciones futuras, con los beneficios de tener aguas tranquilas libres de fuertes corrientes agua y de vientos que encrespan en demasía el nuevo espejo de agua del ahora más caudaloso río Paraná y además una península preciosa», dice el historiador Juan Manuel Sureda, de la asociación Flor del Desierto.

 

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