Desde la Amayadap consideraron que con la devaluación, los mercados externos volvieron a ser atractivos para los empresarios forestales misioneros. Advirtieron sin embargo, que hay otras variables que habrá que tener en cuenta, especialmente aquellas que tienen alta incidencia en la estructura de costos, como los salarios y los fletes.
El gerente de la Asociación Maderera de Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap) Diego Eskiviski, consideró positivo para el sector el cambio que se produjo en la cotización del dólar. “Un dólar a 8 pesos nos permitirá acercarnos más a la posibilidad de generar exportaciones”, señaló.
Explicó que la devaluación “empieza a hacer atractivos algunos negocios para salir afuera”, pero aclaró que si no viene acompañada de otras medidas, el resultado no va a ser el esperado.
Indicó que el tipo de cambio es una variable importante en la ecuación económica de los exportadores, pero no es la única y aclaró que los costos internos son igualmente importantes. “Si la suba del dólar viene acompañada de inflación, no sirve. Lo ideal sería una devaluación fuerte y que todas las otras variables quedaran fijadas, pero eso es difícil por la incertidumbre reinante”, dijo.
Anticipó que uno de los factores a seguir de cerca, será la discusión salarial. “En febrero se pagará aumento de 10 por ciento que ya estaba previsto en últimas paritarias, en mayo habrá nuevas paritarias”.
Otro elemento a tener en cuenta para Eskiviski tiene que ver con la instrumentación de reintegros a las exportaciones y que no se apliquen impuestos a la exportación.
Explicó que aún si el panorama se mantiene favorable, la recuperación de las exportaciones no será inmediata, ya que habrá que volver a poner en marcha maquinaria que lleva años parada y volver a preparar al personal.
“Son muy pocas las empresas que en todo este período siguieron exportando, son alrededor de 10 por ciento de las que habitualmente lo hacían, en total no son más de 10 las firmas que siguieron vendiendo afuera”, dijo.
Aseguró que con toda la oferta volcada a atender al mercado interno, las líneas de segunda transformación de la madera –las que hacen la remanufactura- están todas paradas, ya que dentro del país lo que más se vende es machimbre y solo algo de molduras. “Hay que volver a establecer los contactos con los importadores, desempolvar las líneas de remanufactura, tomar personal y entrenarlo”, detalló.
