Estaba en Villa Gesell el joven Javier Fernando Acosta desaparecido hace un mes de San Vicente

Según datos aportados por su hermana Paola (25) ayer minutos antes de las 20 hs., habría tomado contacto telefónico y en una charla personal con su hermano le manifestó que estaba bien, que estaba trabajando en Villa Gesell y que se comunicaría con los familiares para tranquilizarlos, además destacó que “no había sido secuestrado ni nada por el estilo”. Aseguró que gracias a la investigación se pudo rescatar a 15 jóvenes que estaban trabajando en Villa Gesell en condiciones de esclavitud. 

La situación fue informada al juzgado Federal de Oberá y la Policía de Misiones profundiza la investigación para dar con la ubicación del joven. Javier  se  ausentó de su domicilio de la localidad de San Vicente para buscar trabajo y hasta el momento se desconocía su paradero. Javier salió de su casa el pasado 21 de diciembre para encontrarse presumiblemente con personas que le iban a ofrecer trabajo en Buenos Aires, precisamente en la Costa Atlántica.

 

Javier Acosta, estaba desaparecido desde el pasado 21 de diciembre. Le dijo a la familia que se iba a Santa Rita y de allí a Villa Gesell a trabajar en la Costa Atlántica, desde entonces desapareció. No había rastros, no habían huellas, su teléfono celular se activaba y se desactivaba, nunca más se comunicó. Intervinieron la Policía de Misiones, el Ministerio de Justicia de la Nación, la Red de Trata de Personas a nivel nacional, todos buscando al desaparecido. En el día de ayer, policías de la Dirección de Investigaciones de Misiones se estaban preparando para viajar a Villa Gesell a rastrear al chico.

 

 

Mientras se hacía la marcha, sorpresivamente Acosta llamó a la familia y les dijo “Estoy bien, vendo pulseritas en la playa. Conocí a una chica y estamos viviendo juntos.”

 

Andrea Acosta, su hermana fue la que recibió el llamado.

 

Fue una sorpresa muy grata recibir ese llamado. En éste momento con mi hermana Paola estamos yendo a la fiscalía a declarar, para que todo el peso de la ley caiga sobre la persona que tiene el teléfono de mi hermano, ese que generó todo esto.”

 

Cuando se le preguntó porque Javier a pesar de que le hayan robado el teléfono, no se comunicó con la familia, su hermana los justificó en que “hace poco hemos cambiado las líneas de teléfono de toda la familia, y como le pasa a cualquiera, muchas veces uno no recuerda los números nuevos. Y cómo mi hermano estaba sin teléfono, tampoco contaba con la agenda del celular.”

 

Nada fue en vano. Gracias a toda ésta movilización que se hizo con la intervención de la Red de Trata y el Ministerio de Justicia de la Nación, se rescataron a 15 chicos que fueron llevados a Villa Gesell a trabajar, allá los encerraron en una granja y les decían que ellos trabajaban para devolver el gasto del pasaje y por el plato de comida diario. Empezó con la historia de mi hermano y terminamos rescatando a 15 chicos de una red de trata, así que vamos a seguir trabajando.”

 

Nosotros dentro de un mes abriremos una fundación para ayudar a toda la gente que está en ésta situación. Porque hay muchas familias que están sufriendo situaciones iguales o parecidas y nadie los ayuda.”

 

Gracias a Dios lo de mi hermano no fue una situación de trata como lo habíamos pensado. Fue todo culpa de un incompetente que agarró el teléfono de mi hermano y nos decía barbaridades.”

 

La familia cuenta con información acerca de la persona que efectuó las llamadas desde el celular de Javier.

Es un misionero llamado Nicolás Díaz de la localidad de San Javier. Integrante del grupo de personas que eventualmente se va a trabajar a la costa atlántica en temporada. Él robó el celular de mi hermano y cuando él no estaba, llamaba a todos los contactos para extorsionarlos; ese fue el detonante de todo.”

 

Javier no sabía de todo el movimiento que habían generado para su búsqueda. La policía federal fue quien encontró a Javier, quienes luego de informarle lo sucedido generaron la comunicación entre la familia y el joven.

 

Cuando hablé con mi hermano, no podía creer lo que estaba pasando. Cuando le hicimos escuchar las grabaciones de las llamadas no podía creer porque esa persona estaba al lado de él.”

 

Estamos muy agradecidos con todos los que intervinieron en el caso, la fiscalía, jueces, la fuerza, el Ministro de Seguridad, Derechos Humanos; todos trabajaron como se debía dentro de los límites, porque ellos mismos nos decían, tienen un tiempo para todo. Gracias a todos ellos pudimos llegar rápido hasta donde estaba mi hermano”, finalizó.

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