El mundo celebró el 2014 con shows de fuegos artificiales

Millones de personas han celebrado la entrada del año 2014 en Asia, África, Europa y América con espectáculos luminosos y llamativos, en especial en Sidney y Dubái que brillaron por su magnificencia.

 

 

En Nueva York, cerca de un millón de personas recibieron al Año Nuevo con la tradicional caída de la bola de cristal gigante, en una noche de fiesta a pesar de la temperatura bajo cero.

 

La juez de la Corte Suprema estadounidense Sonia Sotomayor fue la invitada estelar para accionar el mecanismo que pone en marcha la bola de casi 5.500 kilos, que cuenta con 32.000 luces LED y 2.688 cristales de Waterford.

 

La multitud reunida bajo los famosos carteles publicitarios de neón del emblemático enclave de Manhattan coreó el conteo final, mientras la bola se deslizaba por un poste hasta marcar la entrada en 2014 y una lluvia de papeles multicolores cubría el cielo.

 

A pesar de una temperatura de tres grados bajo cero registrada desde las 23:00, la gente resistió estoicamente y celebró a lo grande, disfrutando de los conciertos programados, como el de las suecas de Icona Pop con su hit «I love it» o la leyenda Blondie.

 

«Hace realmente frío pero hay un montón de espectáculos. ¡Es divertido!», dijo Sara, que llegó con su novio desde Nueva Jersey a las siete de la mañana para estar en primera fila.

 

Además de la caída de la bola, el otro momento cumbre de la noche fue sin duda la presentación de Miley Cyrus, la chica ex Disney que se dio a conocer en 2013 por sus escándalos sobre el escenario.

 

Vestida con pantalones y un top dorados y un largo sacón de piel blanco, Cyrus salió a cantar su hit «Wrecking Ball» veinte minutos antes de medianoche, esta vez sin controversias.

 

Los espectáculos se cerraron con Melissa Etheridge, que interpretó una nueva canción de su autoría y versionó la célebre «Imagine» de John Lennon.

 

Como parte de la celebración, tres astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS), Rick Mastracchio, Mike Hopkins y Koichi Wakata, saludaron en directo a la multitud a través de una de las pantallas gigantes de Times Square.

 

«¡Feliz año nuevo!», dijeron los tres astronautas antes de dejarse llevar hacia arriba por la falta de gravedad y desaparecer de cámara.

 

En Río de Janeiro, unas 2,3 millones de personas, un tercio de los cuales son turistas, disfrutaron de los tradicionales fuegos artificiales y de los conciertos al aire libre en la playa de Copacabana.

 

Según el ayuntamiento de la capital carioca, el célebre espectáculo pirotécnico de Año Nuevo contó con el lanzamiento de 24.000 cohetes durante 16 minutos desde 11 barcos anclados a 400 metros de la playa, por motivos de seguridad.

 

Los habitantes de Río, vestidos en su mayoría de blanco, realizaron después una ofrenda de flores a Yemanjá, la diosa del mar del candomblé, un culto afrobrasileño.

 

En Londres, la noria conocida como ‘London eye’ se iluminó a media noche en medio de una muchedumbre eufórica. Unas 50.000 personas participaron en la explosión de los primeros fuegos artificiales «multisensoriales» del mundo, que incluían confetti comestible con sabor a banana y pompas con olor a naranja.

 

Moscú vivió una gran fiesta en su célebre Plaza Roja, y en Berlín cientos de miles de personas dieron la bienvenida al nuevo año frente a la puerta de Brandeburgo.

 

En París, más de 300.000 personas se reunieron en los Campos Elíseos, vigiladas por un fuerte dispositivo formado por 9.000 policías, gendarmes, bomberos y militares.

 

En Roma se celebró el martes por la noche un concierto en el Circo Máximo, con cantantes y DJs italianos, tras un discurso en el que el alcalde Ignazio Marino prometió que «2014 será el año de la recuperación» económica. En Venezia, la plaza de San Marcos se llenó de gente vestida de blanco, para festejar el año que entra con conciertos y fuegos artificiales.

 

En Madrid, miles de personas desafiaron el frío para congregarse en la Puerta del Sol y tomarse las tradicionales doce uvas, al ritmo de las doce campanadas de final de año.

 

En Kiev, unos 200.000 opositores ucranianos entonaron el himno nacional en la plaza de la Independencia, en el centro de la ciudad, escenario desde hace un mes de un pulso de la oposición proeuropea contra el gobierno, que ha decidido acercarse a Rusia y no a la UE.

 

Y en Letonia, los habitantes de este país báltico celebraron el año nuevo con la entrada en el euro.

 

Ya en África, el presidente maliense Ibrahim Boubacar Keita deseó a sus compatriotas «la paz» en 2014, en un país que sigue sacudido por una grave crisis política y militar iniciada con un golpe en 2012.

 

La primera gran ciudad en festejar el nuevo año fue Sídney, con un esplendoroso espectáculo de fuegos artificiales en su espectacular bahía.

 

Por primera vez desde hace diez años, la ópera de Sídney fue el punto de lanzamiento de toneladas de pólvora como parte de las fiestas del 31 de diciembre.

 

Estos festejos costaron 6 millones de dólares australianos (3,8 millones de euros), según su alcalde, Clover Moore. Es el precio «de la fiesta de Año Nuevo más bonita del mundo, en el puerto más bonito del mundo», Harbour Bridge, destacó.

 

Por su parte Dubái, que acaba de obtener la organización de la exposición universal de 2020, ofreció un gigantesco espectáculo pirotécnico.

 

Burj Khalifa, la torre más alta del mundo, que culmina a 828 metros, se iluminó a la media noche, con un espectáculo de seis minutos de duración.

 

Al mismo tiempo, Burj al-Arab, un hotel presentado como el más lujoso del mundo, contribuía al espectáculo que encendió con colores el cielo del Emirato.

 

Con este espectáculo, con 400 sitios de lanzamiento, y 200 técnicos encargados del mismo, Dubái aspira a entrar en el Libro Guinness de los récords.

 

 

 

La llegada del Año Nuevo en Australia

 

La Antártida fue una de las primeras regiones en recibir 2014. Los pasajeros de un buque científico ruso varado desde hace una semana en los hielos celebraron la llegada del nuevo año con un himno improvisado.

 

Un video subido a YouTube muestra a los miembros de la expedición cantando en el puente de mando del Akademik Chokalski un himno que dice «es divertido hacer ciencia en la Antártida», pero también «es una gran pena continuar bloqueados aquí».

 

 

 

Las ciudades de todo Asia fueron las siguientes en recibir el Año Nuevo

 

En Japón la celebración fue calma y discreta, con algunos fuegos artificiales y visitas masivas a templos. La población también se regaló con gambas, sashimi de atún rojo y otras delicias como noodles, que en el país se consideran un símbolo para desear una larga vida.

 

En Filipinas, las celebraciones previstas estuvieron atenuadas por el recuerdo del paso del tifón Haiyán. En Taclobán, que se llevó la peor parte de esta tormenta el 8 de noviembre, no obstante, se lanzaron fuegos artificiales para animar a la población, a pesar de las casi 8.000 personas que murieron o están desaparecidas en la zona.

 

Seúl, por su parte, recibió al nuevo año con 33 tañidos de una tradicional campana del siglo XV.

 

En Singapur, mucha gente se apiñó en el barrio financiero para disfrutar de los fuegos artificiales, al tiempo que miles de esferas blancas que guardaban los deseos y aspiraciones de muchos de sus habitantes fueron lanzadas en Marina Bay.

 

En Yakarta se instalaron 12 escenarios para actuaciones que mostraron el amplio caleidoscopio cultural del archipiélago. Aunque también se desplegaron 6.500 agentes de policía por la ciudad para garantizar la seguridad ante el riesgo de ataques por parte de extremistas en este país, de mayoría musulmana.

 

En la ciudad indonesia de Banda Acech, que aplica la ley islámica, la policía religiosa decomisó miles de petardos tras prohibir, por primera vez, las celebraciones del Año Nuevo, consideradas imposturas.

 

Los ciudadanos con ganas de festejar en Bombay podían celebrar una decisión judicial que pospone la hora de cierre de bares y restaurantes hasta las 05:00, en lugar de la 01:30.

 

En Árabia Saudita, sin embargo, la policía religiosa se mostró en contra de cualquier tipo de celebración en este reino ultraonservador que aplica una versión rigurosa del islám y sigue el calendario de la hégira. 

 

En Hong Kong, los rascacielos de la ciudad fueron iluminados por fuegos artificiales lanzados desde barcas alineadas a lo largo de un kilómetro en el estrecho de Victoria Harbour, entre la isla de Hong Kong y Kowloon.

 

 

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