Especialistas internacionales analizaron mecanismos de producción sustentable

Con el objetivo de analizar tendencias globales y desarrollos locales orientados a lograr sistemas de producción sustentables, se realizó ayer la conferencia internacional titulada “Valoración de los Sistemas Forestales”, organizada por la Universidad Nacional de Misiones (UNAM) y la revista ArgentinaForestal.com. Disertaron Martha Xochitl, de México; Carlos Sanquetta, de Brasil y Edgar Maravi, de Costa Rica. Los expertos hablaron de Sistemas Silvopastoriles Intensivos con Pequeños Productores, Valoración de los Recursos Forestales de Brasil y Territorios Climáticamente Inteligentes. De la aperturta de la jornada participaron el rector de la Unam, Javier Gortari; el diputado nacional Alex Ziegler; Luis Mestres, director de Recursos Forestales de Corrientes y Miguel López, coordinador del Programa de Relaciones Internacionales de la Unam. 

 

La primera en exponer fue la mexicana, quien a modo de presentación de caso de éxito, explicó como funciona el modelo silvopastoril llevado adelante por pequeños productores, con asistencia de extensionistas y técnicos especializados, en la región de Michoacán. Indicó que el modelo se basa en un cambio de paradigma, que cambia una concepción economisista por otra más integral que toma en cuenta las dimensiones humana, ética y ambiental, además de la económica. Aseguró que gracias a ese nuevo modelo, los pequeños productores consiguieron mejorar sus rindes, conservar recursos naturales y ahorrar costos.

Indicó que uno de los componentes centrales es la generación de conocimiento en el contexto en el que se lo pretende aplicar. “Estamos convencidos que todas las recetas técnicas deben ser probadas en el campo y que el más indicado para transmitir esas técnicas, es alguien que ya las haya practicado”, señaló. Abogó además por equipos de trabajo transdisciplinarios para apoyar técnicamente a los productores.

Martha Xochitl indicó que el sistema productivo que llevan adelante es la respuesta a la necesidad de cambiar un modelo productivo de ganadería extensiva con bajos índices de productividad y agresivo con el medio ambiente, lo que llevó a los productores por un lado a enfrentar serios retos de competitividad en los mercados y, por otro, a comprometer seriamente la sustentabilidad ambiental en las tierras que trabajan. Se trata de un sistema que integra la producción animal con la de vegetales. “Los árboles y los arbustos forrajeros proporcionan follaje de alto valor nutritivo para complementar la dieta basada en gramíneas como pastos Taiwán, estrella o guinea en combinación con leguminosas para reducir la necesidad de aportes externos de fertilizantes, especialmente los nitrogenados.

Aseguró que las consecuencias de ese esquema llevaron a la infertilidad a grandes extensiones de terreno y a la pobreza a buena parte de la población rural, que pasó a engrosar las poblaciones urbanas.

Para revertir esa situación, la Fundación Produce Michoacán trabaja desde 2004 en una dinámica de desarrollo de conocimiento y transferencia efectiva a campo que tuvo como resultado el “Modelo de Consenso de Sistema Silvopastoril Intensivo para la Ganadería Sostenible en el Trópico Michoacano” o SSPI.

Comenzó a aplicarse en seis propiedades michoacanas, dos años después se convirtió en una estrategia regional y hoy es una alternativa aplicada a nivel nacional como práctica de ganadería en el trópico.

Uno de los ejes centrales del sistema es la reconversión ambiental de la ganadería para que los productores dejen de desmontar. “También se les explicó a los productores cómo funciona la fisiología del animal con el que trabajan para que se den cuenta cómo el animal puede usar con mayor eficiencia el alimento nativo, árboles y pastos y así valoren el sistema silvopastoril”, dijo.

Utilizando ese sistema amigable con el medio ambiente, los productores mexicanos lograron recuperar sus suelos y levantar los rindes. En producción de leche pasaron de 3 a 4 litros por vaca por día a 6 a 9 litros; en producción de ganado para carne pasaron de una ganancia diaria de 250 gramos por día por ternero a valores de hasta un kilo. Lo destacable es que la mejora en la productividad por animal se logró duplicando la carga de animales por unidad de terreno.

Otra mejora en el plano económico fue la reducción en los costos tanto de alimentación cuanto de fertilizantes y herbicidas.

A los beneficios económicos se sumaron beneficios ambientales, como la reducción de 4 grados en la temperatura promedio medida a nivel de suelo y un incremento sustancial en la eficiencia en el uso del agua.

Desafíos forestales

El segundo en exponer fue el brasileño Carlos Sanquetta, quien brindó un panorama de la producción forestal en ese país y planteó los desafíos para lograr una producción sostenible.

Argumentó que el crecimiento de la población mundial y de la economía generarán una suba en la demanda de productos de todo tipo y que con ellos también se incrementará la demanda por servicios ambientales que permitan la continuidad de todas las producciones.

Destacó que el sector forestal también deberá dar respuesta al desafío de satisfacer la creciente demanda, y planteó que lo podrá hacer a través de dos vías: el aumento de la superficie forestada o la mejora en la productividad de la superficie ya dedicada a esa actividad.

Advirtió que la primera de esas opciones enfrentará trabas, la más importante de las cuales es la competencia de otras actividades, como la producción de alimentos, por ocupar el mismo espacio, a la que se suman la presión de grupos ecologistas y regulaciones cada vez más restrictivas.

En cuanto a la posibilidad de incrementar la productividad, consideró que también enfrenta desafíos serios, ya que los porcentajes de incremento de producción volumétrica de madera por unidad de terreno se vienen reduciendo en los últimos años.

En ese sentido destacó la necesidad de planificar adecuadamente, hacer un uso eficiente de los recursos disponibles, mejorar la precisión del manejo e invertir en investigación y tecnología.

Enfatizó además la importancia de darle el valor que merecen los servicios ambientales que prestan los bosques, tanto en conservación de biodiversidad, protección de suelos y recursos hídricos, regulación climática y de los ciclos del agua y aporte de un hábitat para la fauna, entre otros.

Finalmente consideró que asignar valores a los bosques resulta crucial para la gestión sostenible y para evitar su sustitución por otros usos.

Territorios inteligentes

El cierre de la intensa jornada de trabajo corrió por cuenta del costarricense Edgar Maravi, quien habló de Territorios Climáticamente Inteligentes, modelo al que definió como “un intento de contribuir a mejorar la forma en que nos conectamos con nuestro entorno”. Indicó que la acción colectiva es uno de sus pilares principales y entre sus objetivos se cuentan aumentar la productividad, reducir las emisiones de gases responsables del cambio climático y aumentar la capacidad de adaptación del territorio, tanto los ecosistemas como los sistemas productivos, a los cambios que genera el calentamiento global.

Este modelo de TCI es bastante novedoso, ya que involucra a todas las personas que tienen impactos en la forma como se administran los recursos ambientales, sociales y productivos. Su escala es a nivel de territorios, que son la unidad mínima para lograr un impacto real y van más allá de solo consideraciones ambientales, sociales o productivas.

Los territorios climáticamente inteligentes implican el uso óptimo de los recursos, sistemas de producción agrícola inteligentes, la adaptación al cambio y variabilidad climática y una estrategia de desarrollo baja en emisiones, es decir, buscan que de manera armonizada los habitantes y los tomadores de decisión dentro de su territorio y a través de sus acciones modifiquen positivamente su entorno, asegurando que en un futuro inmediato el alimento y el agua no se ausenten y la energía limpia mueva la producción.

A la hora de analizar posibles soluciones al cambio climático Maravi, quien trabajó durante siete años en el Banco Mundial, se mostró escéptico respecto a la posibilidad de desarrollar un mercado internacional de bonos de carbono. Argumentó que mientras las grandes potencias, especialmente Estados Unidos, no acepten poner en marcha un esquema que obligue a las empresas generadoras de emisiones, a pagar por el daño que producen al medioambiente, el pretendido mercado de bonos de carbono no se producirá.

Consideró improbable que Estados Unidos cambie su política al respecto porque quien pretenda hacerlo, deberá enfrentar intereses muy grandes. 

Los disertantes

Martha Xochilt Flores Estrada, presidenta de la Fundación Produce Michoacán,  lidera desde hace tres años la Red Nacional de Productores Innovadores en Sistemas Silvopastoriles Intensivos y compartirá la experiencia de trabajo con Pequeños Productores. La fortaleza de especialista son las Alianzas Estratégicas, una muestra de ello, es la alianza que tiene con la Fundación CIPAV de Colombia para sumar esfuerzos en investigación y extensionismo en Latinoamérica, de la estrategia modelo de consenso Silvopastoril intensivo para la ganadería sostenible, que está operando en México desde el año 2006. Además, logró innovar en la administración de los recursos públicos de investigación y transferencia de proyectos fragmentados y disciplinarios a proyectos orientados a resultados, válidos para el contexto de su aplicación que integran la visión de sistemas, la administración del caos donde dan respuesta las diferentes multidisciplinas de temas transversales a regiones productivas y territorios determinados. 

Sanquetta es graduado en Ingeniería Forestal por la UFPR, concluyó su Maestría en Silvicultura y en Silvicultura y Ecología de la Universidad de Ehime, Japón. Tiene un doctorado en Ecología y Manejo de Recursos Forestales por la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Ehime, Japón y tuvo una beca postdoctoral de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia en Manejo de Ecosistemas. En la actualidad es profesor asociado II de la UFPR en el Departamento de Ciencias Forestales, investigador del Ministerio de Ciencia y Tecnología (CNPq) y miembro del Panel Intergubernamental sobre  Cambios Climáticos – IPCC y especialista de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos – UNFCCC. 

Maravi es coordinador Regional para Centroamérica  del Proyecto Finnfor II (Bosque y Manejo Forestal) en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), quien compartirá la propuesta que desde la prestigiosa institución promueven relacionada a “Territorios Climáticamente Inteligentes”, una herramienta para conciliar producción, adaptación y reducción de emisiones. Se trata de una alternativa de gestión efectiva de acción colectiva para confrontar los desafíos del desarrollo local y los impactos de las los procesos económicos, políticos y sociales a nivel sub-nacional, nacional y global

 

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