Ubaldina y la hermana María Virginia, dos mujeres que desde la enfermería brindaron contención y atención al prójimo

Han asistido partos, curado accidentados y cuidado niños a lo largo de su profesión. Ubaldina cumplió 50 años de servicio y trabaja en e en el Área de Esterilización del Hospital de San Antonio. La Hermana María Virginia se jubiló en el 2003 y trabajó en el Pediátrico, en el viejo Hospital Madariaga y en el Samic Iguazú. Mañana jueves el acto central será en el Hospital Favaloro en Villa Cabello, en Posadas a las 8:30.

 

 

 

Mañana es el Día Nacional de la Enfermería y en Misiones el acto central se realizará en el Hospital René Favaloro de Posadas,  a las 8.30 horas. Ya dieron a conocer la historia de dos enfermeras misioneras, Ubaldina Oviedo y la Hermana María Virginia.

Ubaldina Oviedo tiene 73 años y hace unos meses festejó sus 50 años de servicio como enfermera en el Hospital Nivel I de San Antonio. Es una mujer que con el correr de los años ha ido cosechando el cariño de sus compañeros y vecinos de San Antonio. En sus años de servicios atendió más de 3.000 partos y en una noche ayudó a traer al mundo a 8 bebes. Hoy Ubaldina trabaja en el Área de Esterilización del Hospital.

Nacida en Oberá Misiones, llego a San Antonio a los 11 años por un traslado de su papá Domingo Oviedo que era Gendarme y realizó sus estudios primarios en la escuela de Frontera Nº 612.  A los 22 años fue a una consulta con el doctor Mestanuñez, y éste le ofreció trabajar en la salita de primeros auxilios del pueblo como auxiliar de enfermería ya que en esos tiempos no habían muchas enfermeras. “La enfermera en esos tiempos tenia un rol muy importante en el lugar donde se encontrara, era la que brindaba contención y asistencia medica a los pacientes, ya que en esos tiempos la presencia del medico en las salitas era esporádica, no existían tantos hospitales y caps como ahora. A pesar de que no había universidades y las que existían estaban lejos, la capacitación y aprendizaje de la enfermera era el día a día, paciente a paciente, se aprendía a resolver los problemas y las emergencias con los recursos que se tenia y así se salvaban muchas vidas”, recordó Ubaldina.

Con la ayuda de doña Maruca, administradora de la salita del pueblo en ese tiempo y Don Bertoloti, Jefe de Tierra y Bosque convencieron a su padre para que la dejara trabajar como enfermera. “ Me ayudaron hacer los tramites para que me contrataran en el puesto de salud, en ese entonces había un médico en el vecino país Brasil que se llamaba Cari, es él quien me enseño como desenvolverme en el puesto de salud y muchas veces tuve que atender sola los partos con la ayuda de los parientes de la embarazada. Después tuve la ayuda de la hermanita Hilda Corral, que es la única que sigue en el pueblo todavía”,relató la enfermera.

Luego de trabajar como contratada de la Municipalidad de San Antonio, el 6 de agosto de 1963 la designan desde el Ministerio de Bienestar Social, Educación y Salud Pública de Misiones (en ese tiempo salud pública era una Subsecretaria, cerca de 20 años más tarde se conforma el Ministerio de Salud Pública) como personal de planta permanente y desde allí se desempeñó sola casi siempre, y fue así que salvo muchas vidas y atendió más de 3.000 partos a lo largo de su carrera.

Actualmente Ubaldina se desempeña en el Área de Esterilización del Hospital de San Antonio, hace poco tiempo celebró junto a sus compañeros de trabajo, amigos y parientes sus 50 años de entrega y servicio a la comunidad. Además comparte su vida con sus tres hijos Juanjo, Mirna y Miriam y sus cuatro nietos.

En el día de la enfermera quieren hacer llegar un saludo y un fuerte abrazo a sus colegas.  “Mi mensaje en este día es que las enfermeras que tengan más paciencia con los pacientes y que con pocas cosas se pueden lograr una buena calidad de atención”, finalizó Ubaldina.

 

Hermana María Virginia: estudie enfermería porque podía estar más cerca de los más olvidados

 

La enfermera Asunción Coronil, más conocida como la Hermana María Virginia, fue elegida por el Colegio de Enfermería como la profesional destacada 2013, en el evento que lleva adelante todos los años la Federación de Colegios y Consejos Profesionales de Misiones.  

Ella fue una de las  primeras enfermeras que vivió activamente los cambios edilicios del Hospital Dr. Ramón Madariaga y del hospital Pediátrico Dr. Fernando Barreyro, hasta donde ejerció como enfermera hasta el 2003 . Hoy pasas sus días colaborando en la Capilla María de Nazaret de Posadas.

Maria Asunción Coronil, hermana Maria Virginia como la bautizaron en su congregación es oriunda de Paraguay, vive en Posadas desde los 21 años es la hermana mayor de 9 hermanos. Ella y su hermana, la que le sigue en edad, eligieron la vida religiosa.

En 1972 comenzó a trabajar en el viejo Hospital Dr. Ramón  Madariaga “donde todos los servicios funcionaban en el pabellón central. Al poco tiempo me ponen de supervisora de las enfermeras y cuando se crea el Hospital Pediátrico mis superiores me preguntaron a donde quería trabajar y como mi debilidad era el pediátrico pedí para irme a ese hospital. Ahí con una mucama nos tocó organizar todo desde las camas hasta el equipamiento y cuando se inauguró la terapia del pediátrico lo mismo, yo recibí al primer niño en la terapia que hoy ya esta grande”, relató la Hermana.

Luego de 6 años de estar trabajando en el Pediátrico, por pedido del Dr. Telmo Albrech “me fui a trabajar al Hospital Samic de Iguazú. El doctor Albrech pidió por una monja para que vaya a organizar el hospital sobre todo en la contención de los pacientes y la familia, cuando el doctor Telmo Albrech asume como Ministro de Salud me trae de vuelta para Posadas”, explicó.

Una enfermera o enfermero es un profesional de la salud al servicio de la comunidad. Está capacitado para prestar servicios en la prevención de las enfermedades, promoción, protección, y recuperación de la salud, así como en la rehabilitación ya sea individual, familiar y comunitaria. Es decir su capacitación es orientada en lo asistencial, administrativa, docente y de investigación.

“Estudie enfermería primero en la Cruz Roja de Asunción – Paraguay, pero como acá no me servia estudie un año y seis meses en la Cruz Roja de acá (Posadas). Después, cuando se abre la escuela de enfermería hice la carrera universitaria, me hice religiosa y estudie enfermería porque son dos vocaciones que tienen el mismo fin: el amor y el servicio al prójimo. Cuando los superiores de la Congregación de las Siervas del Espíritu Santo me preguntaron que quería estudiar me decidí por la enfermería, porque podía estar más cerca de los más olvidados, de los más vulnerables, de los niños, de sus familiares trate de acompañarlos siempre”, contó.

 “Siempre le agradecí a mis jefes que me dieron el cargo de supervisora porque gracias a eso podía llegar a todos los sectores y ayudar a los más necesitados, ver como las mamás y los padres o familiares de los chicos internados ponían de almohada sus zapatos y dormían en el piso o de bajo de los árboles del hospital me causaba mucho dolor. Pensaba yo duermo tan bien en mi cama y estas personas están acá sufriendo, tal así, que un día comente con la señora Blanca Aclerey lo que pasaba y que no sabia como ayudar a estas personas y ella me dijo -hermana vamos a rezar porque Dios todo lo puede- y unos días después donó un terreno para crear el hogar Maria Teresa de Calcuta, para que la gente del interior pueda quedarse allí”.

Entonces, con ella y el capellán del hospital el padre Jaime Bogel y otras personas más “armamos una comisión para obtener la personería jurídica y conseguir materiales para edificar en el terreno donado y es así, que conseguimos una ñanderoga para que los pacientes o las personas que venían del interior y no tenían donde quedarse pudieran ir a descansar”, explicó la hermana.

“La fe, la confianza en Dios y el amor al prójimo para ser una buena enfermera”

Cuando trabajó en el sector de emergencias del viejo hospital recordó que “llegaba cada paciente y yo lo bañaba y lo limpiaba. Todo lo que hice y  hago siempre dije es para gloria de Dios. El amor al prójimo principalmente porque sino nunca vas hacer una buena enfermera, si sólo pensas en la remuneración, que es importante claro, pero también es importante el buen trato a los pacientes y a los familiares. En el 2003 me jubile a pesar de que no quería retirarme todavía, pero me fui a mi congregación a cuidar a otras monjitas que necesitaban mi ayuda, ahora estoy descansando en la quinta del Santa Maria y colaboro en la Capilla Maria de Nazaret”.

Y agregó: “ a lo largo de mi trabajo como enfermera me he encontrado con cada cosa, cuando estaba en el Hospital Madariaga viejo  traían a los presos que te veían y te escupían y con paciencia y amor te terminaban pidiendo que le traigas al cura para que le dé una bendición o un beso del sacerdote. Así también bautice a muchísimos niños, recuerdo que una vez una partera me dijo tirele mucho agua a ese que no va vivir mucho tiempo, por un bebe prematuro que había nacido con 5 meses, y el bebe salió adelante. Así también hay bebes que llevan mi nombre y a otros les ponía nombre de santos, algunas ya están grande y me saludan por la calle, algunos bebes parecían que se iban a morir y hoy están vivos”, contó.

La hermana María  Virginia es una de las tantas enfermeras que se siente orgullosa de su profesión y agradece la posibilidad de poder haber ayudado a muchas personas.  “Yo me siento muy realizada por el trabajo que hice como enfermera. Aún hoy sigo ayudando al prójimo y mi mensaje para las enfermeras más jóvenes es que lo importante es la humanidad, pensar en el otro, en el ser humano como persona, no como un objeto, si uno se brinda al otro se siente feliz y lo hace feliz al otro”.

 

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