Techo: manos solidarias construyeron casas en barrio Manantiales de Posadas

Este fin de semana desde la asociación Techo, -y con las manos solidarias de estudiantes, empleados privados, familias que prefirieron ser anónimas y voluntarios de la misma asociación-, se materializó el trabajo de todo un año en Posadas: construyeron once viviendas en el barrio Manantiales, para familias de escasos recursos. Fue con lo recaudado en las jornadas de donaciones, por lo aportado por los socios, por las actividades que realizaron los estudiantes y también por las contribuciones de empresas privadas y familias.

 

Los beneficiarios no recibieron de manera gratuita sus nuevas casas, ya que además de aportar 675 pesos, abrieron sus corazones y hogares a la invasión solidaria que les construyó las viviendas.

Así entre desconocidos hasta el viernes, durante el fin de semana el esfuerzo y la solidaridad construyeron puentes de unión entre los beneficiarios y los “constructores”.

Escuchándolos, no hay dudas de que la experiencia les fue movilizadora a ambas partes. Los vecinos del Manantiales que tuvieron a los chicos trabajando en sus terrenos durante el fin de semana solo emitieron testimonios de agradeciendo. Los constructores, están encantados con la experiencia, y el trato recibido.

En esta etapa y exclusivamente en ese barrio, ubicado entre el arroyo Mártires y la avenida Vivanco, a la altura de Comandante Andresito, el fin de semana se levantaron once casas. Cuatro las hicieron alumnos del secundario. Las hicieron significa que en una primera etapa, lograron recaudar de la solidaridad de los posadeños la plata para la inversión. Pero también significa que esos jóvenes estudiantes pusieron la mano de obra el sábado y domingo, para transformar paneles, largueros, chapas, puertas y ventanas, en una casa.

Otras cinco fueron construidas con el aporte de empresas privadas. La firma Pomaco, de venta de materiales para la construcción pagó tres, y los banco Patagonia e Hipotecario, una cada uno. Hasta allí y de puro voluntariado, también fueron los empleados de las tres firmas a poner en pie las casas, sábado y domingo. Voluntariado y solidaridad también de parte de ellos.

Otras dos casas fueron aportadas por dos familias de Posadas. Pagaron el costo y bajaron hasta Manantiales para construirlas.

 

Constructores solidarios

Adriana Orlinsky, es vicedirectora de Techo en Misiones y con solo 25 años, un motor que empuja y guía a todos los comprometidos en la obra. Contó que en estos últimos años llevaban construidas más de 40 casas en el Manantiales, -barrio posadeño de vecinos con carencias-, que ella conoce en detalle por caminarlo, encuestarlo y vivirlo todas las semanas.

Contó que se sumó a Techo porque la convenció su hermano menor y desde entonces no paró. A elle le tocó sumar a su hermano mayor, que solo por voluntariado y servicio a los demás, el fin de semana se incorporó al grupo de empleados del Banco Hipotecario y levantaron su casa

“Ahora vinieron 40 alumnos porque llegaron a la recaudación para cuatro viviendas, y mantenemos un mínimo de diez chicos por casa a construir. Tres la hacen los alumnos del Instituto Madre de la Misericordia y una los de la Normal Mixta Estados Unidos del Brasil”, contó la joven.

Explicó que “por aportes de empresas privadas, se están haciendo otras cinco. Pomaco construyó tres, el banco Patagonia una, y el Hipotecario una. Además otras dos, con sendas familias de la ciudad que decidieron colaborar con la causa y donaron el importe para hacerlas. En estos casos, empleados de las empresas y miembros de las familias son los que construyeron las casas”.

Orlinsky se refirió al intercambio que se da en el lugar entre los voluntarios que van a levantar las casas y las familias beneficiarias. “Como se genera siempre con el trabajo voluntario en los barrios, las familias los reciben muy bien. La buena voluntad siempre está y eso genera buen clima, pese a las dificultades de construir, siempre reina la solidaridad, la ayuda entre vecinos y entre voluntarios”.

Contó que Techo tiene en cada localidad una estructura de roles que “sirve para hacer el trabajo y cumplir los objetivos. Cada grupo que tiene que levantar una vivienda tiene asignado dos voluntarios de Techo que ya tienen experiencia y van explicando la construcción y entre todos construimos. También varios de los integrantes de las familias a las que les construimos conocen de construcción y siempre dan una mano muy importante”.

  

Beneficiarios de la solidaridad

Ana Méndez hace 28 años que vive en el barrio Manantiales. Tiene cinco hijos y contó que hace 5 o 6 meses se anotó en Techo. “Después me dijeron q estaba en la lista y que espere hasta noviembre. Pude pagar los 675 pesos para recibir la casa”, contó.

Con respecto al intercambio que se dio el sábado y ayer entre su familia y los alumnos de la Normal, en este caso, dijo que “estos chicos son rebuena onda, buenitos, serviciales, reamigos entre ellos. Fue un placer a tenerlos acá, me ayudaron a cocinar, a lavar los platos y tomamos tereré. Estoy muy feliz con mi casita nueva”.

Con su vivienda nueva, a pocos metros de la de siempre, contó que se quedará “con las dos casas. Mis dos chicos grandes vivirán en la vieja, y yo voy con mi hija, su bebe y la más chica a nueva”.

Estelina Ruiz Díaz vive hace siete años en Manantiales y en su caso, fueron los alumnos de la Madre de la Misericordia quienes recaudaron las donaciones y construyeron su nueva vivienda. “Somos cinco. Tengo tres hijos y espero otro. Estoy muy emocionada con todos estos chicos que vinieron a mi casa para hacerla. Se portan perfectamente bien, me entraron a mi corazón desde que llegaron el sábado a la mañana”, dijo. Agregó que “pensaba antes, que ellos iban a decir que esto no me gusta, que aquello tampoco, pero no fue así. Son demasiado buenos Me emocionan ellos y cuando se vayan los voy a extrañar”. Contó que “vinieron a visitarme, me hicieron la encuesta, me dijeron que no me ilusione, pero después avisaron que salí adjudicada. Ahora estoy muy feliz. La casa nueva va a ser para dormir, y la vieja, cocina y sala”.

Otra de las beneficiarias es María Ledesma, que lleva 10 años en el lugar y tiene cuatro hijos.

“Ellos pasaron un día y les hablé. Me hicieron las encuestas, pude pagar y ahora tengo mi casa. Los chicos se llevan muy bien. Se los ve muy guapos, buenos, solidarios y compañeros entre si. La casa vamos a poner las piezas”, contó María.

 

Techo

Techo es una Organización no gubernamental actualmente  presente en 19 países de  Latinoamérica, que impulsa al desarrollo comunitario de los asentamientos y los barrios informales y lo hacen con fases de trabajo partiendo de la construcción de viviendas de emergencia y posteriormente impulsando  al crecimiento con planes de habilitación social  hasta en un momento buscar soluciones definitivas a problemáticas sociales.

 

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