Perro suelto y público desatado en Jardín América

Jesse & Joy brindaron un show soberbio que hizo delirar a los miles de fans que abarrotaron el predio de las Colectividades de la Fiesta Raíces. Fueron 90 minutos a pura emoción de la mano del dúo mexicano que se encuentra en el tope de su popularidad. 

Un comienzo a pura fanfarria con unos bronces feroces fueron el anuncio de que los hermanos Huerta estaban al llegar, y miles de gargantas poniendo a prueba la capacidad de sus cuerdas vocales fueron el comité de recepción de los mexicanos más famosos (claro, después del Chavo del 8). Con un público mayoritaria y lógicamente joven, entre los que se vislumbraba también a muchas familias, la catarata de hits delicados y prolijos de J & J era, por momentos, saturada con picos de alta tensión pop que levantaba, aún más, a la nutrida concurrencia.


Definitivamente, Jesse & Joy conectan con el público, su aspecto juvenil (aunque no lo son tanto), sencillez y dulzura en el trato con los fans, han logrado un alto grado de veneración entre sus seguidores. Su clave parece estar en la humildad, y tal vez algo de eso es lo que quisieron demostrar convirtiendo al enorme escenario en un cálido living de hogar (con continuo servicio de café para Joy incluido). Otro punto que colaboró en el altísimo nivel de adrenalina vivido en la templada noche en la ciudad Jardín fue la confirmación, después de tantos rumores, de que el show más esperado por tantos sí era una realidad.


Cómodos arriba y debajo del escenario

Así como los hermanos Huerta demostraron sentirse bien a gusto en el living ambientado para su actuación, el público pudo disfrutar del show en unas instalaciones perfectamente preparadas para recibir a un espectáculo de esta magnitud. La Fiesta Raíces, después de peregrinar por varios clubes y salones de la ciudad, finalmente tiene su predio propio, y el escenario montado en el playón debajo de la explanada del Predio de las Colectividades lució soberbio y bien visible desde todos lados, incluidos los cientos de mirones que observaron el show desde la vera de la ruta.

Al César lo que es del César, y al fan, un sillón

Como toda banda de magnitud internacional y multipremiada, Jessy & Joy cuenta con un nutrido y organizado club de fans, y son éstos los que, además de hacer el aguante con esperas interminables en lobbies de hoteles y aeropuertos, a veces logran una gran recompensa. Como una información casi secreta, los fans se pasaron la información de que cerca del final del show, Jesse & Joy suelen invitar a alguien del público a “compartir el living”, y la clave para lograrlo es gritar “ quiero sillón”. Así, dos de ellos, sumamente aplicados, armaron un cartel con esa frase, el cual mostraron durante todo el show (también fue esta pareja la que los esperó durante horas en el aeropuerto la llegada de los artistas). Y lo lograron, así fue como pudieron subir al escenario y compartir una canción con sus ídolos ante la mirada atónita de todo el público presente.

 

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