Ramón Ayala publica una antología de su música del litoral

Ramón Ayala, referencia singular y plebeya de la música del litoral, condensa el valor de su obra en un álbum, un documental y un proyecto editorial que serán presentados en noviembre en Posadas, Misiones. 

El disco «Cosechero», con vocación antológica, es la novedad mayor en esta etapa del compositor e intérprete misionero, de 76 años, que regrabó algunas canciones que recogieron una tradición cultural y la convirtieron en una estética.

 

 

«El mensú», «El cosechero», «Canto al Río Uruguay» son algunas de esas obras que moldearon un paisaje regional, registradas en este disco con la compañía -bien a la altura de la convocatoria- de los hermanos Juan y Marcos Nuñez (bandoneón y guitarra), Facundo Guevara (percusión) y Juan Pablo Navarro (contrabajo).

 

 

«Hay una especie de descubrimiento con mi obra. O tal vez todos me están cargando», bromea Ayala, en diálogo con Télam, sobre la múltiple ramificación de su música.

 

 

«Es, quizá, el momento más feliz de mi vida. No sólo en la parte musical, sino en lo personal. Uno simplemente intenta aportar al pueblo y reflejar en la música la experiencia vivencial», agregó, ya en tono de reflexión.

 

 

Cantor, compositor, guitarrista, poeta y pintor, Ayala nació el 10 de marzo de 1937 en Garupá, Misiones.

 

Creador intuitivo, maceró una métrica particular -el gualambao, con un compás de 12 por 8-, además de cultivar el rasguido doble y la galopa.

 

 

De sus más de 300 obras, doce conformaron «Cosechero». «La discográfica quería grabar una suerte de ramillete de distintas obras, con una voz distinta, más ágil, más alta, y así lo hicimos», explicó.

 

 

El disco será presentado el viernes 22 de noviembre en el  Anfiteatro Manuel Ramírez de Posadas, Misiones, como parte del 44to. Festival del Litoral. Allí mismo, el miércoles 20, se estrenará en Misiones el documental «Ramón Ayala», dirigido por el fotógrafo y artista plástico Marcos López y ganador de premio del público en la última edición del Bafici.

 

 

“Ramón es exagerando, siempre está declamando el instante de la fragilidad de la existencia, es místico, podría ser como un Walt Whitman pero en la selva guaraní, una especie de monje y filósofo”, lo describió López.

 

 

Caótica y desordenada, mezcla ficción y realidad sin frontera clara, «Ramón Ayala» se viene proyectando «casi clandestinamente», según revela el músico, que espera poder dar el salto a las salas oficiales y comerciales.

 

 

«Un día me llamó desde el Machu Pichu alguien medio esotérico (por Marcos López) y me propuso filmar. A los diez días empezamos a proyectar cosas, fuimos a Paraguay, a San Javier -la tierra de Horacio Quiroga-, a todos lados, y quedó muchísimo material que quizá pueda ser usado más adelante», apuntó Ayala.

 

El momento de Ayala también incluye algunos proyectos editoriales entre los que reluce el libro «Juan de los caminos», un texto que, en clave de verso y forma de décima, se inspira en obras fundamentales de la literatura gauchesca como el «Martín Fierro» o

«Don Segundo Sombra».

 

«El libro empieza en un pueblito, `El Soberbio`, en Misiones, y recorre la poesía guaranítica. Refleja lo desconocido y lo oculto. Con el rigor de la estructura pero a la vez con la regla de volar», adelanta sobre el libro, de próxima edición.

 

«Soy un sacerdote de la provincia», apunta Ayala, de vuelta en el registro jocoso.

 

 

«La música del Litoral está en alza -asegura enseguida-. Está metiéndose de a poco por la calidad de sus obras. Un proceso que debe hacerse con conocimiento. Porque el talento sin conocimiento es un pálido instrumento».

 

 

Y concluyó: «Hay músicos que están asomando, aunque no todos tienen el mismo ímpetu, esfuerzo y responsabilidad. Pero si bien el Litoral nunca tuvo un enorme espacio en la música, se trata de una realidad que se está revirtiendo. Y ese proceso ya se siente».

 

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