El Sol desencadena la mayor llamarada solar del año, y la tercera mayor de todo el ciclo 24

Tras diez días de actividad solar, docenas de llamaradas M, y cinco grandes llamaradas en la magnitud X, la última de las cuales, una X2.3 era ya la mayor llamarada del año y la quinta mayor de todo el ciclo solar 24 el sol volvió a superarse la noche de este martes con una nueva llamarada solar X3.3, que pasa a ser ahora la mayor llamarada solar de 2013, y la tercera mayor en términos absolutos de todo el ciclo solar 24.

 La X3.3 causó una rara disrupción en nuestro campo magnético denominada «magnetic crochet».

Como en otras ocasiones en estos días, dicha gran llamarada solar desencadenó en minutos fuertes disrupciones de radio en la escala R3 de NOAA, en su mayor parte sobre el Océano Pacífico, Nueva Zelanda, Micronesia y el este de Australia.

Esta llamarada solar fue además de particular espectacularidad en varios sentidos, además de por su propia magnitud.

De un lado fue una llamarada altamente impulsiva que a pesar de su gran magnitud alcanzada (X3.4 según el centro ISES australiano) se desarrolló en su totalidad en poco más de 10 minutos, desde las 23:10 hasta las 23:23, hora peninsular española; partiendo de muy bajos valores de actividad solar, que la hacía imprevisible, y volviendo a dichos mismos valores de actividad solar preestablecidos a continuación.

De otro lado, y a pesar de lo poco habitual que ello resulta en este tipo de llamaradas solares altamente impulsivas, se confirmó la detección de una fuerte eyección de masa coronal asociada (CME) que en principio se daba prácticmente por descartada, y generó discrepancia de criterios entre distintos centros de la red internacional ISES, pero cuya velocidad ha podido ser finalmente confirmada en los 1380 km/segundo, que resulta ya una velocidad apreciable y a tomar en consideración. Lo que hace que de ser geoefectiva nos alcanzaría en menos de 30 horas a contar a partir de las 23:23 de anoche, extremo éste el de su geoefectividad que todavía está siendo estudiado y que dada la ubicación de su región activa de origen, la 1890 no puede ser descartada.

Pero, sin duda, la mayor de todas sus peculiaridades fue el desencadenamiento de un raro fenómeno en nuestra magnetosfera conocido en clima espacial como «magnetic crochet», consistente en una afectación u oscilación directa de nuestro campo magnético terrestre antes incluso de la posterior llegada de la CME, asociada a la propia inmensa llamarada solar y a la ionización que esta desencadena, y las corrientes eléctricas que por sí misma es capaz de desencadenar a 60 o 100 km de altura sobre nosotros. Tales fenómenos han sido históricamente registrados asociados a las mayores llamaradas solares desde el «magnetic crochet» del 1 de septiembre de 1859 con ocasión del evento carrington hasta nuestros días. Suele ser un indicativo de llamaradas solares de especial relevancia y magnitud.

Con todo, desde el Observatorio del Clima Espacial, han subrayado que este es un fenómeno carente de peligrosidad, y que debe ser motivo de normal seguimiento, y en ningún caso de ninguna preocupación.

«Se da la circunstancia de que esta llamarada X3.3 de anoche, 5 de noviembre de 2013, casi coincide con el décimo aniversario de la inmensa llamarada solar X28-X45 de 4 de noviembre de 2003, la mayor llamarada solar de la historia jamás registrada por el hombre, aquello otro sí que fue motivo de preocupación, esto de anoche, en cambio, no».

«En este caso se trata de un fenómeno espectacular por muy distintas razones, en especial por lo repentino e impredecible que resultó, que lo que deja de manifiesto es la necesidad de mantener un seguimiento constante de nuestro astro rey, que una vez más nos ha demuestrado como en cualquier momento puede romper su calma y desencadenar fenómenos realmente impresionantes y de gran belleza».

Por último, la región activa que la desencadenó, la 1890 también es una de las mayores registradas en todo el ciclo solar 24 y apenas acaba de iniciar su rotación por la cara orientada a la Tierra del sol y a lo largo de los próximos diez días ocupará posiciones de buena geoefectividad potencial, sus magnetismo resulta moderadamente inestable y alberga energía para nuevas llamaradas solares de gran magnitud, lo que hará que su seguimiento sea objeto de seguimiento por estudiosos de todo el  planeta.

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