Reflexión dominical del pastor Guillermo Decena

Ser cristiano es ser testigo de lo que Dios ha dicho y ha hecho en nosotros a través de su Hijo Jesús; es ser un embajador de las buenas noticias de salvación. Por eso, es necesario hablar, predicar, hablar lo mismo y confesar su nombre delante de los hombres. Hoy veremos “La presencia de Dios”.

 

 

Hay tres factores para que la presencia de Dios descienda sobre la tierra:

1.Confesar a Cristo. Lucas 12:8-9

“Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios».

Confesar a Cristo no es solo declarar un nombre, sino creer en Él. Es una acción que brota de un corazón arrepentido, que expresa con sus labios  la convicción de que Jesucristo es el Señor y salvador de su vida. Confesar a Cristo es un acto de fe, y hay quienes se avergüenzan de hacerlo, porque aman más la opinión de los hombres que la gloria de Dios, ignorando que de esa confesión dependen sus vidas.

Juan 12:43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Nombrar al Señor Jesús no es sencillamente enunciarlo, sino recibir vida, anunciar salvación. Hay una promesa en ese nombre, no solo para quien lo invoca, sino también para todos los suyos.
En el Nuevo Testamento la palabra confesar es jomologeo que se traduce como “declarar”, “profesar” “estar de acuerdo”, “hablar la misma cosa” (jomo mismo; lego hablar). Es como si públicamente afirmásemos nuestra adoración a Dios. De hecho, confesar el nombre de nuestro Señor Jesús es confirmar, admitir nuestra fe en Él. En un mundo donde se niega a Dios y se desprecia la adoración a su nombre, la confesión de fe toma una trascendencia enorme para nosotros como creyentes y testigos de lo que hemos visto, oído y vivido con Jesucristo, el Hijo de Dios. Hechos 4:20: Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Confesando su nombre estamos confirmando el triunfo de su muerte y su gloriosa resurrección. Ser cristiano, por tanto, es ser testigo de lo que Dios ha dicho y ha hecho en el Hijo; es ser un embajador de las buenas noticias de salvación. Por eso, es necesario hablar, predicar, hablar lo mismo y confesar su nombre delante de los hombres.

Romanos 10:12-13 «Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo».

2. Alabanza.  “Dios habita en la alabanza de su pueblo…” Salmo 22:3

El Poder de la Alabanza, alabar a Dios trae su presencia sobre la tierra! 2° Crónicas 20:1-20 y30
En 2ª Crónicas 20:1-4 dice que los hijos de Moab  y de Amón vinieron contra Josafat en guerra. Y acudieron algunos y le dijeron a Josafat, “Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria.” Entonces él tuvo temor. Y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehovah, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehova; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

En qué situación te encuentras hoy que piensas que tu enemigo te ataca?  Versículos 15-19 el Señor contesta a través del profeta y le dice, No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la batalla, sino de Dios.  La victoria esta en Cristo!
Dice el versículo 16, “Mañana descenderéis contra ellos. No habrá para que peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. O Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.” Y miren lo que hicieron después, “Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y si mismo todo Judá y los moradores de Jerusalén, se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.” Esto es lo que hicieron. El Rey puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada y que dijesen: “Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.” Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de  Amón, de Moab y del monte de Seir y se mataron los unos a los otros.
Gloria a Dios! Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado libertad.

 

3. Humillación.

2° Crónicas 7: 14 «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra».

Para el ser humano es difícil humillarse, porque humillarse significa: “estar dispuesto a”, “reconocer y accionar”, “rendirse”. Quizá a la mayoría de nosotros nos es difícil humillarnos, es decir, no es difícil reconocer que estamos mal delante de Dios, seguramente si te preguntaran como está tu relación con Dios, quizá por temor a quedar en vergüenza dirías: “Esta bien ”, pero vos sabes dentro tuyo que no es así. Humillarse significa reconocer mi estado delante de Dios, reconocer que en mis propias capacidades no puedo lograr grandes cosas como las lograría con Dios a mi lado, por eso hay que reconocer que dependemos de Dios y no de los recursos personales. El mismo Jesús dijo:  Juan 15:5 “separados de mí nada podéis hacer”.

Quiere decir que para que Dios actúe en nuestra vida lo primero que tenemos que hacer es reconocer que solo bajo su gracia y su poder podemos alcanzar las cosas que tanto anhelamos.

Para que Dios se haga presente todos los días de tu vida,  Habla de Cristo, alaba siempre a Dios y mantené una actitud de humildad y la presencia de Dios siempre estará con vos! Que tengas una semana bendecida!


Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado

Predicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de www.centrofamiliarcristanoweb.org

 

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