Consideran que la emancipación hacia una sociedad saludable pasa por un cambio de modelo agrario

El médico ecuatoriano y especialista en epidemiología crítica, Jaime Breilh se refirió al movimiento surgido en los ’70 y explicó que se trata de una epidemiología que busca penetrar la raíz de las cuestiones explorando la relación entre la agricultura y la salud, entre las actividades económicas productivas y las grandes políticas de desarrollo de la estructura de los países con respecto a la salud. “A mi modo de ver la verdadera emancipación hacia una sociedad saludable yo diría que pasa por un cambio de modelo agrario”, expresó.


Audio FM Universidad: Jaime Breih.

 

Breilh explicó que la epidemiología crítica es un movimiento y disciplina que aparece en los 70 en América Latina como respuesta a la necesidad urgente de cambiar las concepciones de salud. “Sobre todo el hecho de que muchas veces la gente piensa que la salud es un tema más personal e individual”, dijo.

 

“Nosotros hemos planteado que hay que reconocer que los defectos son los que se muestran en las personas pero que esos defectos tienen sus raíces en cómo vivimos, las condiciones vida y si es de una equidad o desigualdad profunda y eso se expresa en modos de vivir mal sanos que provocan una gran cantidad de problemas de salud”, señaló.

 

En ese sentido indicó que la epidemiología crítica intenta penetrar la raíz de las cuestiones explorando la relación entre la agricultura y la salud, entre las actividades económicas productivas y las grandes políticas de desarrollo de la estructura de los países con respecto a la salud. “Eso implica cambios en las metodologías que usamos y también en las simplificaciones de la acción”, agregó.

 

Para dar un ejemplo de cómo es posible un cambio de ese tipo explicó “una de mis líneas de investigación son los impactos de la agroindustria, entonces el uso masivo de paquetes químicos de itinerarios laborales peligrosos para la vida humana, generan una serie de problemas como intoxicación a largo plazo, problemas en el desarrollo genético de la familia, un conjunto de elementos que forman un perfil de ese modo de vivir y trabajar. Eso cuando una persona llega al consultorio, ya es un problema y el enfoque convencional es estudiar en personas, hacer una estadística y sacar conclusiones

 

Nuestra metodología es ir a la unidad de producción, mirar la lógica regional de la economía, de la cultura, de las políticas, de la relaciones etno-sociales y en esos contextos desprender ciertos modos de vivir y en ellos reconocer qué procesos son mal sanos y qué son saludables, qué nos destruye y qué nos protege y en ese contexto generar instrumentos que nos permitan enlazar los modos de vivir con el efecto en las personas”. Así, la metodología que aplica reconstruye el hilo conductor que va desde la lógica económico-social, los modos de vivir y finalmente los modos de enfermar y de morir.

 

De este modo la salud deja de ser un problema unisectorial y se convierte en un desafío intersectorial, pasando de ser solo un problema de expertos de la academia a integrarse con el saber popular.

 

El lugar de la epidemiología crítica en la actualidad

 

El especialista manifestó que el movimiento que empieza con más fuerza desde los 70, se diversifica en los 80 y enfrenta el modelo neoliberal en los 90, ahora enfrenta un reto complejo porque implica Universidades reflexivas, críticas, ligadas a los desafíos sociales de equidad, de construcciones de nuevas relaciones de género y de recuperación de todas las riquezas de los pueblos en pensamiento y saber ancestral.

 

“Pero ahora estamos entrando en una era de una tecnocracia que es muy pragmática y que quiere convertir a las Universidades nada más que en reductos de una tecnología ligada a los intereses de las megaempresas, con un sentido productivista. En un escenario así hay peligro que pierda eso una Universidad pensante y sintonizada con el pueblo” advirtió y agregó “e una dolorosa constante en toda la región porque estas grandes megaempresas que han lucrado durante décadas a partir de un modelo muy agresivo que en diferentes campos se hace a expensas de los ecosistemas, a expensas de la vida humana, de un urbanismo salvaje con inequidades profundas. En un modelo así estas universidades tienen que silenciar el pensamiento crítico y además tienen que comprar los elementos de la construcción intelectual y científica”.

 

 

 

Hacia un modelo de salud distinto

 

En cuanto a cómo desarrolla la disciplina en su campo indicó que manejan dos grandes líneas de innovación o de búsqueda que son: la salud colectiva –innovada de lo comúnmente llamado salud pública- y una apertura a una visión no alopática, no occidental de las terapias para las salud individual asistencial. “Tenemos un programa de acupuntura muy fuerte y de terapias integrativas. Entonces por estos dos rieles vamos hacia la propuesta de un modelo de salud distinto”.

 

Por último y en referencia a la salud desde las ciudades consideró “yo creo que en todos nuestros países hay una lucha por defender la pequeña y mediana producción agro-ecológica y a mi modo de ver la verdadera emancipación hacia una sociedad saludable yo diría que pasa por un cambio de modelo agrario. Ese sería quizás uno de los ejes de construir lo que en algunas constituciones dicen “el buen vivir”, pero eso queda como una retórica vacía si por otro lado estamos permitiendo que se expandan todos esos grandes condicionantes de un vivir que sigue la lógica de la muerte y no de la vida”.

 

 

 

(FM Universidad)

 

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