Se produjo en la Capital del Monte un hecho de vandalismo que mantiene en vilo a la comunidad católica y disparó hipótesis de todo tipo. La capilla Espíritu Santo amaneció el martes destruida, se robaron varios artículos pero lo que más llamó la atención fue la saña con la que destruyeron algunos símbolos. Además se llevaron imágenes y una cruz. El sacerdote Jorge Noguera consideró que se produjo un atentado contra la fe y apuntó a miembros de sectas, que abundan en el lugar.
“Es un hecho asombroso para nosotros que hayan violentado y destrozado de forma muy cruel una de las capillas de nuestra parroquia”, lamentó Noguera. Para el religioso no se trató simplemente de un robo, sino que el objetivo principal fue atacar directamente a la fe. “Esto lo hicieron con bronca”, dijo.
Explicó que si bien se llevaron algunos elementos que podrían tener valor económico, otras cosas valiosas las dejaron y el objetivo principal fue romper o robar símbolos muy significativos para la fe católica. “Fue un atentado contra las imágenes, se llevaron imágenes del vía crucis y de Jesús y María, además de la primera cruz que tuvo la capilla”, relató.
Teniendo en cuenta las características del hecho, el párroco no dudo en apuntar contra miembros de sectas instaladas en el lugar. Indicó que los cultores de esos ritos creen que llevándose los símbolos sagrados de la iglesia, consiguen apropiarse del poder que tienen, o que si los destruyen, le restan poder a la Iglesia.
