Kevin Lehmann, vocero del Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires abrió las V Jornadas Nacionales de Asistencia a la Víctima que se desarrollan en el Hotel Maitei de Posadas. Habló del desajuste temporal entre el Poder Judicial y el suministro de Justicia.
Entabló los desafíos de los desajustes sistémicos entre las expectativas sociales versus los recursos jurisdiccionales cuando por ejemplo en un juzgado de Familia de La Matanza se contabilizaron en 11 meses 3164 causas de las cuales 1911 requerían de medidas de protección contra la violencia familiar, dando cuenta que es realmente imposible que se imparta Justicia cuando humanamente no puede responderse de la forma adecuada sin hacer las entrevistas ni tomar los recaudos necesarios para una justa decisión.
Hizo un párrafo aparte para dar cuenta de las fallas en lo que respecta al Poder Judicial en cuanto a la toma de decisiones, la imposibilidad de controlar o definir las leyes- potestad del Poder Legislativo – y la realidad que se plantea cuando no da justicia absoluta y que ello deviene en defraudación.
Niños versus Menores
Al entablar el tema del debate que se da en la actualidad sobre la necesidad de bajar o no la edad de imputabilidad a 14 años, hizo una descripción de cómo el sistema judicial interviene en los casos donde son los menores los que cometen delitos. Allí sostuvo que cuando se tratan estos temas la mitad de la sociedad está en contra de medidas duras y la otra a favor.
A su criterio en el Poder Judicial y la sociedad se debe tener en claro que cuando hay un menor cometiendo un delito se identifican claramente dos víctimas, el que comete el delito y quien es afectado por el hecho. Así con 5 millones de causas que ingresan por año en el Poder Judicial de las cuales 2 millones son penales, sostuvo que no hay forma de que las mismas se resuelvan sin mora y con los estándares de calidad esperados.
“La ley que impide que los menores no cometan delitos es la de presupuesto y no la que fija la edad de imputabilidad” dijo y explicó cómo hasta desde el lenguaje se hace una diferencia cuando se habla de niños o de menores. Son así, los menores los peligrosos, los que se drogan, los que delinquen y los que matan, mientras que los niños son “nuestros hijos o los amigos de nuestros hijos”.
A su criterio se despersonaliza cuando se sigue trabajando con la teoría de que “los menores no son niños” y en eso recalo en los desajustes sociales donde también hay fuerte colaboración de los medios de comunicación. Lehmann indicó que en materia de medios se trabaja en dejar de estigmatizar a los jóvenes o adolescentes que están imputados en hechos delictivos como también en erradicar los discursos simplificadores acerca de las causas. En este sentido ejemplificó que cuando se habla de las causas se dice que es culpa del consumo de paco, de la falta de educación o de la exclusión social, haciendo un recorte que invalida cualquier otro tipo e análisis.
Como desafíos planteó la necesidad de que la Magistratura participe en la construcción de las soluciones, que se convierta a la perspectiva de género en una política transversal e intrínseca del Poder Judicial, hacer públicas las decisiones jurisdiccionales para ajustar las expectativas ciudadanas, además de instalar espacios de intercambio y comunicación con los periodistas, entre otras cuestiones.