La inauguración del local propio hará realidad el sueño de que los Músicos Populares Misioneros puedan contar con un estudio de grabación, sala de ensayo y asesoramiento legal, entre otros beneficios. Según Joselo Schuap, uno de los mentores de este espacio, “no existen soluciones individuales para problemas comunes, y aquí las estamos buscando”.
El que los Músicos Populares Misioneros siempre hayan jugado de visitantes en su propia tierra, además de ser una paradoja tan grande como la calidad de su arte, no deja de ser una cruda postal de la realidad artístico/musical local. Contratos (cuando los hay) armados “a piacere” del contratante y no del contratado, bajos cachets, empresarios poco honorables, malas condiciones para desempeñar el arte, sonidos deplorables, poca prensa y viejas glorias olvidadas y dejadas a la merced de pensiones mínimas o el cuidado de algún familiar o amigo con buena memoria.
De acabar con todo eso se trata la labor del MPM, de dignificar a un arte que sana el alma, cura las penas y une a los amigos, y qué mejor manera de realizar esa labor que con cancha propia. “Creo que, seguramente por el hecho de ya estar todos un poco más maduros, se ha logrado que el MPM cumpla un año de vida. Nunca una asociación de músicos locales duró tanto. Hoy contamos con Personería Jurídica, muchos asociados que participan fluidamente y, gracias a los amigos de la UTA (Unión Tranviarios Automotor), un espacio físico propio donde llevar a cabo esta lucha diaria de mantener el nombre de los músicos misioneros en lo alto, peleando por nuestros derechos”.
El superar divisiones estériles que surgen alrededor de los géneros -y las generaciones- siempre ha sido uno de los mayores desafíos a la hora de lograr un grupo cohesionado en torno a un arte tan vasto y masivo como lo es la música. “Hoy dejamos de defender entelequias, como dice Jorge El Tano Fiorio, y pasamos a defender seres humanos, los que integran la asociación. Y hace rato que necesitábamos tener una casa propia y a partir de este viernes será una realidad, cuando inauguremos nuestro espacio. Allí montaremos una oficina para reunirnos y recibir a los socios y familiares de estos, una sala de ensayo y un estudio de grabación. Este último tendrá una pata en Buenos Aires, con las mezclas realizadas por Alberto “Camacho” Cagliero, sonidista de León Gieco, que ya nos ha mezclado “El Pollito del Chamamé”, de Candelaria (el primer producto netamente nacido y producido por el MPM) que ya tiene su disco terminado. También están en proceso de producción “Guitarras Porá”, el grupo de Rody Sanchez, y el disco de Patricia Silvero, que ya está por concretarse. Otro que ya nos hizo es el de Pamela Ayala y el mío, “El sueño del pibe”, en el que participa Arbolito y León Gieco”, relata Joselo, entre mate y mate y con ese brillo en los ojos que brinda el saberse a punto de concretar un viejo anhelo.
Un muro como fachada a la función social
Amén de la vorágine de las actividades desarrolladas muros adentro, la parte visible de este nuevo local –ubicado en calle Entre Ríos casi Buenos Aires- estará decorada por el reconocido muralista Carlos Nievas, el mismo que dejara su estampa en multitud de muros con una actitud social y solidaria. Nievas también fue el responsable de los trazos y filetes del viejo y noble “Dino”, el viejo Merced Benz ’61 que lo llevara por todo el país y que prontamente será el motor de la nueva versión de “De Ushuaia a La Quiaca”, una obra con la que Schuap y una troupe de artistas reeditarán el mítico viaje emprendido por León Gieco y Gustavo Santaolalla hace ya tres décadas y que se convirtiera en una de las mayores perlas del rock nacional.
Además, dentro de las actividades programadas con motivo de la inauguración, sobresale la muestra del fotógrafo Eduardo Fisicaro, que estará presente a través de su obra que homenajea a los músicos litoraleños.
En lo que respecta a la parte capacitación, la primera incursión estará dada por la presencia de Sergio Meza, sonidista y técnico de Arbolito, lo que se complementará con una inminente visita del reconocido Alberto «Camacho» Cagliero, que trabaja con León Gieco, y que también brindará una serie de charlas acerca de todo lo referido a la parte técnica de grabación. Esta actividad estará abierta a todos los interesados.
“En las oficinas funcionará un barcito para un cafecito, mate o un vinito con empanadas, habrá Wi-Fi gratuito y una pequeña biblioteca, además de funcionar una oficina de asesoramiento para realizar los trámites ante Sadaic y Aadi Capif, todas actividades que los música suelen aborrecer”, prosigue Schuap, que también hizo puntapié en el otro rol importante a desempeñar por el MPM, “pelear un lugar en los festivales, pero como grupo, no de manera individual. Esto es un grupo asociativo para el trabajo y hacemos fuerza para que el Estado entienda de una vez que cuando el músico presenta un disco o se arma un festival, hay una gran cantidad de gente que se moviliza y labura. Los músicos somos generadores de trabajo”.
Lanzamiento a puro choripán
“La idea es tomar posesión el miércoles 31, previa parrilla choripanera, y ese será el puntapié inicial”.
