Se cumplen 13 años de la muerte de René Favaloro

Un día como hoy, hace trece años, el país se conmocionó cuando el cardiólogo creador del by-pass se quitó la vida agobiado por las deudas de su fundación

Trece años atrás, la noticia del suicidio de René Favaloro conmocionaba al país y lo sumía en un duelo nacional. Hastiado de esperar ayuda para su fundación cardiológica e indignado con la dirigencia política, se disparó un balazo en el pecho con un revólver Magnum calibre 357, en su domicilio de Barrio Parque.

Junto a su cuerpo sin vida, encontraron un escrito en el cual se leía, entre otras opiniones: “Es indudable que ser honesto en nuestra sociedad corrupta tiene un precio. A la larga o a la corta te la hacen pagar”.

En una entrevista realizada a algunos de sus amigos en 2010, relataban que Favaloro fue, además del precursor en la cirugía cardiovascular con la técnica quirúrgica del by-pass aortocoronario, una persona plenamente comprometida con lo social.

«Un hombre puede cambiar la cardiología de un país y del mundo, lo que no puede hacer es modificar las estructuras corruptas de una sociedad», reflexionó en ese momento su biógrafo, Carlos Penelas.

El escritor conoció a Favaloro en 1978, cuando el médico lo citó para elogiarle un libro. Tras una tarde de conversación, se convirtió en su hombre de confianza, en el jefe de relaciones públicas de la Fundación y en su entrañable amigo. «Compartíamos nuestro gusto por la música, por Zitarroza y por Atahualpa Yupanqui. Con él se podía hablar de cualquier tema, de fútbol, de mujeres, de historia, de política. Yo le hablaba de Sarmiento y el de San Martín», recordó.

Penelas dijo que al médico le angustiaba no conseguir una salud para todos y que la comercialización de la medicina y la desnutrición eran temas que no lo dejaban dormir. «Luchaba contra el populismo y la dictadura, contra el facilismo y la falta de responsabilidad», indicó.

El también vocero del prestigioso cardiólogo indicó que el médico tomó la drástica decisión aquel 29 de julio del 2000 «acosado por los problemas del país, las obras sociales, el Pami y ciertos frentes internos de la Fundación».

Para su biógrafo, Favaloro estaría tan desencantado con la realidad actual como hace diez años. «Ninguno de sus reclamos se solucionó, siguen el hambre, la corrupción y los problemas en la salud. La idea de un principio humanitario para la Fundacion, entiendo que tampoco se cumple», sentenció.

 

Desde la Fundación. Por su parte, el actual director de la Fundación Favaloro, Eduardo Raimondi lo recordó como «un hombre fuerte y a la vez terriblemente humilde, con conjunción de inteligencia, dureza y amor difícil de encontrar en una persona».

Según aseguró, la mayoría de los problemas financieros que acosaban a Favaloro fueron resueltos. «El pensamiento romántico sigue estando, pero con una logica empresarial que permite sustentar a la entidad» indicó a lanacion.com el directivo: «Casi todas las deudas se saldaron y la situación se normalizó», dijo y especificó que la mayoría los fondos provienen de las obras sociales, mientras que una pequeña parte surge de donaciones y que «en estos diez años nunca hubo un subsidio del gobierno».

En tanto, aseguró que el espíritu humanitario que Favaloro quiso imprimirle a la Fundación, sigue vigente. «Es el eje de nuestra atención, atender a personas de bajos recursos que no pueden cubrir los costos de las cirugías», afirmó.

«No creo que Favaloro hubiera cambiado su visión del país, sigue sin haber presupuesto para salud y educación. Pero pienso que sí estaría contento con lo que pasó con su obra y con lo que pudimos hacer con la Fundación a pesar de la crisis del país en 2001», concluyó Raimondi.

 

Vocación. «Debo confesar que la medicina fue vocación en mí desde siempre. Mi madre refiere que ya a los cuatro o cinco años manifestaba deseos de ser médico», admitió en 1980.

René Gerónimo Favaloro nació en La Plata, el 14 de julio de 1923. Estudió en el Colegio Nacional y, al concluir en 1941, ingresó en Medicina en la Universidad de la localidad bonaerense.

También en La Plata, en el Hospital Policlínico, realizó el internado y pasó horas atendiendo a pacientes de la zona. Graduado en 1948, pensó que seguiría allí su carrera. Pero su reticencia a firmar que aceptaba la doctrina del gobierno peronista lo hizo desistir.

En 1950 partió para Jacinto Aráuz, un pueblo de La Pampa, donde ganaría una riquísima experiencia como médico rural.

En 1962 viajó a Estados Unidos, donde vivió diez años y se especializó en cirugía torácica. Fue entonces cuando desarrolló el trabajo fundamental de su carrera profesional: la cirugía directa de revascularización miocárdica, conocida como by- pass aortocoronario.

Tras regresar al país, fue profesor de Cirugía Cardíaca en la del Salvador, y en 1983 consultor de Cirugía en la UBA, que años después lo designaría profesor honorario.

En 1975 empezó la Fundación Favaloro para fomentar la docencia y la investigación. En 1992, lanzó allí el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, que en apenas ocho meses llevaba hechas 1000 operaciones, incluyendo algunos trasplantes de corazón.

Tras su muerte, en la Fundación, los médicos y enfermeras lo recordaron como un hombre exigente que instaba a investigar y a capacitarse. Favaloro hizo miles de operaciones, escribió 350 trabajos científicos y se metió intensamente en los problemas de la sociedad, aunque muchas veces causara revuelo y reacciones.

 

(lanacion.com)

 

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