Bullying: algunos conceptos e indicadores para evitarlo y tratarlo

Según la ordenanza 3191/2013, se crea un programa de prevención del Bullying en las escuelas, dentro del ámbito de la ciudad capital. En este sentido, se brindan aproximaciones sobre conceptos e indicadores. Se entiende por Bullying al proceso de intimidación impulsado por un grupo de compañeros hacia otro, en el ámbito educativo. Este acoso escolar denomina un conjunto de conductas de maltrato, normalmente intencionado y perjudicial de uno o varios alumnos sobre otro/s, generalmente más débiles en algún sentido (en número, en edad, en fuerza física o en resistencia psicológica), a los que convierten en sus víctimas habituales, los cuales no pueden defenderse por sí mismos de manera eficaz.

 

Vale aclarar que si bien estas acciones predominan en el ámbito escolar, también pueden desarrollarse en el barrio, en actividades deportivas o recreativas que se practiquen.

La directora de Prevención de Adicciones, licenciada en psicología Corina Dousset, explica que “lo más importante es que no se naturalicen esas acciones, que si los chicos, padres, docentes ven una situación de acoso, en la que un compañero o varios están molestando a otro, que no piensen que es algo que ya va a pasar, que no lo naturalicen”.

En este marco, se recomienda intervenir. Si un compañero presencia estos hechos debe informar a los profesores y tener en cuenta que no está traicionando ni delatando a nadie, sino que se trata de proteger a su par.

En el caso de los docentes, se aconseja que comuniquen lo observado a los padres de ambas partes, del chico agredido y del/os compañero/s agresor/es. Además, aprovechando el ámbito educativo, sería bueno reforzar mensajes en las aulas, a través de diferentes dinámicas, sobre los valores, la solidaridad, el respeto y diferentes derechos que fortalezcan la aceptación de la diversidad.

“A veces, hay hechos que pueden parecer insignificantes para algunos pero terminan siendo muy impactantes para otros. Es necesario estar alertas a las manifestaciones y comportamientos de los chicos, detectar a tiempo situaciones de las llamadas acoso escolar para revertirlas. Sino, muchas veces pasa que alguien se acostumbra a maltratar y el maltratado también se acostumbra a ello, instalando así en la psique social conductas que pudieron evitarse”, comenta Dousset.

Entre los factores de riesgo, se pueden mencionar los siguientes: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites en el comportamiento social, la exposición continuada a la violencia reflejada en los medios de comunicación, la integración en bandas que hacen uso de la violencia como forma de comportamiento habitual, la facilidad para disponer de armas, la justificación de la violencia en la sociedad o en el ámbito social al que pertenezca la persona.

Entre los indicadores del bullying, se observa el fracaso en el rendimiento académico, ausentismo escolar, aislamiento en el aula y en los recreos, autoexclusión en grupos de trabajo, marcas en el cuerpo, miedo al responder palabras del docente, entre otros. A su vez, en su casa también el niño acosado modifica su conducta manifestándolo en cambios de humor, en la pérdida de concentración o voluntad para hacer las tareas y en practicar lo que antes le gustaba, aislamiento en la comunicación con los padres.

Se recuerda que ante cualquier sospecha de actitudes que puedan corresponderse a las mencionadas, se debe intervenir. Cada actor podrá hacerlo desde su lugar, hablando con los padres y con dinámicas en el aula si se trata de un docente detector; y en el caso de los papás, que se comuniquen con el establecimiento educativo para analizar cómo abordar el caso de manera conjunta.

 

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