Movimientos de invierno

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

El frenesí de la campaña electoral misionera se enfrió tras el 30 de junio. La contienda nacional que se avecina no despierta grandes pasiones y las expectativas son distintas para los partidos que compiten por las tres bancas en juego. Pero así como en Buenos Aires parece dirimirse la madre de todas las batallas, en Misiones hay una coincidencia. Es sólo el oficialismo el que muestra sus cartas, mientras que la oposición n navega en ambigüedades y generalizaciones que bien deben ser certificados ante un escribano público. En la Provincia la Renovación exhibe gustosa lo hecho en los últimos diez años y apunta a la necesidad de contar con buenos gestores en la figura de Alex Ziegler y Silvia Risko, que se ganaron la búsqueda de la reelección merced a un intenso trabajo legislativo y un protagonismo que fue aumentando con el paso de los años en las comisiones del Congreso.

 

 

El oficialismo busca su continuidad y trabaja en conseguir los votos suficientes para la tercera banca en juego, en el desafío más duro de la contienda.

 

 

La oposición se divide en sus colores, pero está unida bajo un mismo concepto: “Estar en contra de», latiguillo que el ambiguo Sergio Massa tuvo que certificar ante un escribano público para dar fe de su honestidad. Todos los opositores esconden en esa fórmula su escasa cantidad de propuestas, o peor aún sus alianzas de dudosa continuidad más allá de octubre.

 

 

El propio Massa, puesto en la gran esperanza antikirchnerista, a fuerza de reclamos tuvo que admitir su alianza estratégica con Mauricio Macri y las fuerzas Pro en Buenos Aires. Aunque saltaba a la vista en la conformación de las listas, Massa y sus operadores lo obviaban para evitar la incomodidad de explicar que se presentan como la renovación, pero al mismo tiempo aliados a lo más duro de la derecha argentina.

 

 

“El PRO no integra el Frente Renovador, pero bueno, están tan entusiasmados en participar de nuestra fiestita de cumpleaños que son como los chicos, que sienten que quedaron afuera”, dijo el intendente de Almirante Brown y segundo candidato a diputado del Frente Renovador, Darío Giustozzi. Fiestita de cumpleaños, le dice una competencia electoral en la que están en juego mucho más que globos de colores.

 

 

Massa se presenta como el conciliador que no quiere más “conflictos” y busca más “consensos”, el mismo discurso de Macri o Francisco De Narváez. Lo que no dice es que el conflicto se genera cuando se tocan intereses poderosos y conservadores. Buscar consensos con ellos es simplemente ceder en detrimento de quienes están lejos de ese poder.

 

 

El kirchnerismo construye y se construye a partir del conflicto. Ese conflicto alimentó su base electoral para triunfos rutilantes como el de 2011, cuando se habían ganado derechos y recuperado fortalezas para el Estado.

 

 

Lejos de dogmatismos limitantes, el kirchnerismo se nutre en la diversidad de decisiones cuando hacen falta. No es estatista, pero recuperó la potestad del Estado para regir en la economía. El acuerdo con Chevron para explorar Vaca Muerta en sociedad con YPF es una muestra de la dosis de pragmatismo a la que recurre cuando hay necesidad. El déficit energético se agranda a cada paso y urge recuperar reservas petroleras y gasíferas. A la oposición el acuerdo le sirvió como plataforma para disparar sus dardos, los mismos que hace poco lanzaban cuando no había grandes inversiones energéticas. Pero lo cierto es que el déficit energético comenzó en 1999 y no lo hubo antes porque Argentina no tenía industrias, el empleo estaba devastado y el consumo estaba por el piso, producto de una década perdida en manos del neoliberalismo. Con una industria en marcha, trabajadores que pueden comprarse un auto, poner un aire acondicionado o, más básico inclusive, conectarse a la energía eléctrica como los vecinos de la colonia Piray en Bernardo de Irigoyen, la necesidad de energía se agiganta.  Obviamente que la llegada de Chevron no es la solución. Argentina necesita un abanico de opciones que van desde el gasoducto del NEA a represas varias. La cerrada negativa de los ecologistas a la construcción de represas como la de Garabí, choca con esa necesidad. Y a la cerrazón no le contrastan una opción.

 

 

El Frente Renovador, el misionero, el original, en cambio, al igual que el espacio que conduce la presidenta Cristina Fernández, no esconden  su pertenencia ni sus intenciones. La Renovación se define claramente como aliada natural del kirchnerismo como motor del modelo “nacional y popular”. No lo oculta, no lo elude.

 

 

Lo que no quita que dentro de esa pertenencia, marca diferencias, como la creación del bloque propio en el Congreso, con el objetivo de fortalecer la postura misionera a la hora de plantear temas que interesen localmente.

 

 

No hay que ser ingenuos. Se consigue mucho más cuando el otro necesita de un voto y quizás no tanto cuando se sabe seguro del acompañamiento. Mal le ha ido a Misiones diciendo a todo se decía que sí a los gobiernos centrales, cuando la afiliación partidaria importaba más que los intereses propios. Así se cedieron recursos de la coparticipación en 1988, se firmaron sucesivos pactos fiscales, siempre perjudiciales para las provincias y se han callado reclamos en temas sensibles, que no hicieron más que extender la postergación misionera.

 

 

Y esto alcanza incluso al kirchnerismo, del que no se pueden negar respaldos importantes, pero al que también se le puede achacar las sucesivas postergaciones del gasoducto del NEA, la concentración en los problemas de Buenos Aires en detrimento de soluciones similares en el interior, como el tren y hasta postergadas obras de infraestructura como las autopistas.

 

 

El si automático da por sentado el respaldo y eso debilita eventuales reclamos. Mostrar una pertenencia misionerista le dará mucho más fortaleza a los planteos de la Renovación en el Congreso. Además, hay temas sensibles que hacen a la economía provincial que no entienden otras provincias y no defienden con intensidad otros legisladores, como el precio de la yerba mate o las retenciones agrarias que afectan a economías regionales.

 

 

Los representantes del Frente para la Victoria en plena campaña, aprovecharon para cuestionar a sus primos locales por “quitarle apoyos” al Gobierno.

 

 

Una mirada más minuciosa revelaría que poco han conseguido para Misiones los legisladores del FpV en comparación con los que responden a la Renovación.

 

 

Una diferencia sensible con el oficialismo local es que promocionan candidatos en Buenos Aires, cuando deben ser elegidos por Misiones. Insólitamente, Juan Manuel Irrazábal y Julia Perié trasladaron sus disputas internas al Congreso, donde presentaron en paralelo a sus candidatos. Dicen que Dios atiende en Buenos Aires y los diputados justicialistas parecen confirmarlo. En oficinas de la Cámara baja fueron presentados en “sociedad” los candidatos misioneros.

 

 

«Vamos por la recuperación del PJ», arenga Irrazábal. «¿Los que conducen el justicialismo desde hace años son los que van a recuperarlo?», contraataca Perié. Ambos disputan la bandera más K en Misiones, pero no colaboran con la gestión provincial, como ocurrió con el reclamo del Fondo Especial del Tabaco, con recursos congelados mientras la temperatura en el sector productivo iba en aumento. Ninguno de los legisladores K o sus representantes en Misiones dio la alerta. El Gobierno tuvo que soportar el costo político del atraso en los pagos, mientras que los aliados k aprovecharon el enojo para sumar votos.

 

 

“Hay algunos ahí en la parte del Ministerio de Agricultura que creen que el FET es una dádiva o que nos lo tienen que dar como una gauchada”, cuestionó el gobernador Maurice Closs, quien en reiteradas oportunidades cuestionó públicamente al ministro de Agricultura Norberto Yahuar por no liberar los fondos. En cambio, los candidatos K agradecieron al titular de la cartera agraria y su equipo “por ocuparse de nuestros tabacaleros”, cuando el dinero llegó casi dos meses después de ser gestionado.

 

 

Del otro lado, a contramano de la campaña por las legislativas provinciales, el radicalismo hace la suya apostando a un solo eslogan: “trabar todo intento de re-re” y quitarle poder al Gobierno en el Congreso. El primer tema, harto repetido, hasta ahora no aparece en la agenda del oficialismo y prácticamente fue descartado por la presidenta Cristina Fernández en varias oportunidades. Sin embargo, es casi la única preocupación de los candidatos de la oposición. Poco se escucha en cambio de propuestas por la positiva. Ya van a aparecer, repiten, esperando que el tiempo aporte una idea.

 

 

En la vereda de enfrente también se posiciona Ramón Puerta, optimista incansable, espera imponerse en las PASO para convertirse en el referente opositor y cosechar el eventual descontento para seguir en el Congreso y de paso, posicionarse de cara a 2015. “Si me va bien en este proceso electoral, voy a ser candidato a gobernador en 2015”, anunció en una entrevista con Misiones On Line, seguro de su vigencia como opositor.

 

 

El resultado electoral de alguna manera le vino bien a la Renovación. Despertó de su letargo a quienes estaban dormidos y movió las estructuras para recuperar el contacto mano a mano con la sociedad. Nuevamente el Gobernador se puso la campaña al  hombro y recorre palmo a palmo la provincia con actos sencillos que tienen por objetivo volver a los cimientos, cuando con Carlos Rovira daban los primeros pasos y lograron enamorar a miles de misioneros. Con esa premisa, Closs encabezó sendos actos en una colonia de Bernardo de Irigoyen y en Andresito, en encuentros prácticamente improvisados y en un directo mano a mano con los pobladores.

 

 

Lo mismo sucede con otros espacios renovadores, que dejaron de lado los grandes actos para cambiarlos por visitas barriales en las que se exponen a un ida y vuelta con los vecinos, en los que escuchan entre mate y mate, planteos no siempre elogiosos. Un refrescante baño de humildad. 

 

@JuanCArguello

 

 

 

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