Soberbia orquesta con un gran solista


La Orquesta Sinfónica Nacional, con Xavier Inchausti como primer violín, provocó el deleite de un Teatro Lírico colmado. Participó una delegación de la comunidad mbya guaraní Chafariz.

 

Ante un teatro colmado, se cristalizó un mojón grande para la música misionera, para la historia que se escribe entre los grandes elencos de un país, que sale a girar por las jurisdicciones que lo componen y muestra la calidad que es capaz de generar el estado en el arte musical. La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), más de 60 músicos de un elenco con 65 años de vivencias, se apoderó del escenario del Teatro Lírico del Centro del Conocimiento, ocupando centímetro a centímetro de su extensión, en la noche del jueves y actuó por primera vez, llevándose ovaciones al por mayor a lo que resta del periplo. Hoy tocará en el centenario Teatro Vera de Corrientes, y mañana estará pisando suelo chaqueño.

 

Cuesta echar a rodar semejante elenco, son más de cien personas, directores, sonidistas, en todo el equipo que rodea a los más de 60 músicos, las que salieron el miércoles desde Buenos Aires y retornarán el lunes a sus hogares.

 

Pero una postal maravillosa fue la que dejó la participación, entre el público, de habitantes de esta tierra que vienen desde tiempos inmemoriales. Integrantes de la comunidad guaraní Chafariz, situada entre San Vicente y El Soberbio, estuvieron ocupando parte de las butacas. Etnias, teniendo en cuenta, además, que Misiones es un crisol de orígenes europeos, junto a la música que se ha generado en esos lares, en un teatro tan bello, la cultura, así, vivió un momento muy alto. Que había comenzado a la tardecita, cuando arribaron al teatro: a las 19.30 el director de la OSN, Pedro Calderón y el coordinador general de la OSN, Ciro Ciliberto, entregaron un violín al cacique y los invitaron al ensayo previo. Fue un episodio conmocionante observar al trombonista Carlos Ovejero (un músico muy cercano a los elencos de coro y orquesta del Centro del Conocimiento) realizarles una demostración del instrumento. Similar exposición hizo una de las arpistas de las OSN.

 

Genial violinista


Puntualmente comenzó el recital. Fue cuando entró a escena otro hito histórico, la presencia del maestro Pedro César Calderón, y sus 80 años. Saludó al público y sus movimientos de batuta fueron creando las condiciones para iniciar el repertorio, con la conocida pieza de Gioachino Rossini, la obertura de El barbero de Sevilla. Las ovaciones se hicieron presentes en el final de esa obra. Pero con la presencia del músico solista iban a aumentar en decibeles.

 

 

Xavier Inchausti, y su estatura musical, la que ha hecho que lo convoque como solista en el Mozarteum Argentino, la Musikverein Pressbaum Orchester y Wiener Tonkunst Vereinigung Orchester (Viena), la Filarmónica de Sarajevo y Berliner Symphoniker Orchester, Moscow Symphony, sumaron un deleite mayor a lo que ya ofrecían 60 músicos sin su presencia. Cuando terminó de ejecutar como violín solista, las obras de Camille Saint-Säens (Introducción y Rondó  caprichoso, Op. 28), de Fritz Kreisler (Preludio y Allegro) y de Pablo de Sarasate (Fantasía Carmen, Op. 25). Llego el respiro ante tanto goce, y tras el intérvalo la OSN entregó obras del mexicano José Pablo Moncayo, con Huapango; del brasileño Heitor Villa-Lobos, Bachiana N° 4 y del argentino Alberto Ginastera, Dos danzas de la Suite del ballet Estancia, dejando parte de su paleta musical latinoamericana en el aire.

 

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