Desde la Provincia propusieron un esquema de créditos que permita a las cooperativas apropiarse del negocio exportador. Trabajan en una nueva grilla de costos.
Dirigentes del sector rural se reunieron ayer con funcionarios del ministerio del Agro de la Provincia, incluido el titular de esa cartera, Néstor Ortega y varios intendentes a quienes plantearon su preocupación por el bajo nivel de cumplimiento de los precios oficiales durante la última cosecha.
Acordaron trabajar en dos ejes centrales, por un lado elaborar una grilla de costos realista que sirva de base para definir los precios para la próxima campaña y, por otro, buscar mecanismos que garanticen el cumplimiento de los valores acordados. Se proponen confomar una “mesa tealera” que sirva de marco para buscar soluciones para el sector.
Señalaron que a lo largo de la última campaña se pagaron entre 25 y 40 centavos por kilo de brote verde de té, cuando el valor oficial acordado en el seno de la Comisión Provincial del Té (Coproté) fue 55 centavos.
El descontento de los productores apunta al sector industrial que, según entienden, se queda con la parte del león. La dirigente de Apam, Roxana Argüello, aseguró que la actividad es rentable, pero el problema es que esa renta está mal distribuida. Indicó que las exportaciones de té generaron ingresos por más de 100 millones de dólares, 70 de los cuales quedaron en manos de la industria.
Anticipó que el próximo 16 de julio se volverán a reunir en dos comisiones, una para avanzar en el estudio de costos y otra para desarrollar mecanismos que garanticen el cumplimiento de los precios. Desde la Provincia incentivan a los productores a apropiarse del negocio de la exportación a través de cooperativas, lo que posibilitaría un mejor reparto de los ingresos.
“El problema es que las cooperativas muchas veces no tienen resto para aguantar varios meses y se ven obligados a vender a una empresa grande que es la que termina haciendo el negocio”, explicó Argüello
Para fortalecer al sector cooperativo, desde la Provincia propusieron esquemas de crédito flexible, similares a los que se otorgan en el sector yerbatero, y que permiten a las entidades pagar a los productores al momento de la entrega de la materia prima y abonar los créditos recién al momento de la exportación del producto elaborado.
Además los productores volvieron a plantear la posibilidad de poner en marcha un esquema similar al FET en el que se cobre un impuesto sobre las exportaciones y se use el dinero recaudado para pagar una compensación de precios a los productores.
