Se trata de Sebastian Dávalos de 8 años, que permanece internado desde año y medio en el hospital Garraham de Buenos Aires, y conectado a un corazón artificial desde hace 10 meses, debido a que sufre de una mio cardiopatía dilatada. En su mensaje espontáneo pidió que “si alguna persona que sea donante, si puede, cuando tenga oportunidad de donar un corazón, que lo done a alguno de los tres que estamos acá”. Cabe recordar que Sebastian y otros dos niños están al tope de la lista de prioridades del Incucai para ser transplantados. Lea la nota completa.