El médico neumonólogo Carlos Loizaga se refirió a la enfermedad conocida como bronquiolitis característica en niños menores a los dos años y advirtió que es muy importante estar atentos a las señales y síntomas de alerta, muy similares a los de un resfrío. Además indicó que se trata de una afección frecuentemente de carácter epidémico debido a la facilidad del contagio.
El especialista explicó que la bronquiolitis es una afección estacional que se da fundamentalmente en invierno e inclusive a comienzos de la primavera. Según explicó se trata de una inflamación causada por virus en los pequeños conductos por donde pasa el aire y que se da muchas veces en forma epidémica porque es fácilmente contagiable al igual que un resfrío. “Empieza como un resfrío: nariz tapada, congestión, a veces un poco de fiebre y el chico al principio anda bien pero después empieza a toser y a respirar más agitadamente, y especialmente si hubo contagio cercano se pueden atar cabos y hacer la consulta inmediatamente”, dijo.
Indicó que la enfermedad se transmite a través de la mucosidad o la saliva de la persona infectada y que se propaga rápidamente a nivel familiar, en las guarderías, en las salas de los hospitales y centros sanitarios. “Todos esos lugares son propensos a que se propague”, dijo y agregó “para el que está con un chico así es muy importante el lavado de manos continuo, no llevarlo a la guardería, no llegar a un servicio de emergencias porque sí o por consulta de otro problema menor ya que puede contraer una bronquiolitis en el hospital. El lavado de manos es la clave y no tiene que haber ningún fumador en la casa, ni cambios de temperatura y debe haber buena ventilación”.
Asimismo especificó que la afección generalmente se da en niños menores de dos años y fundamentalmente en la etapa de los primeros seis meses en donde el chico no tiene inmunidad propia sino la transmitida por la madre al amamantarlo. “Por eso los chicos que no fueron amamantados tienen probabilidades de tener cuadros más severos”, manifestó.
Loizaga advirtió que es importante tener en cuenta los signos de alerta: “cuando un chico no quiere comer, vomita, tiene somnolencia, manos azules, respira rápida y agitadamente y uno ve que se le marcan las costillas o la mamá escucha un chillido en el pecho. Es un chico que ya está respirando con dificultad y ya son signos de que es un chico que se puede estar complicando o con una evolución más difícil del cuadro”.
También destacó que el 70 u 80% de los cuadros tienen una evolución que se trata a nivel domiciliario, con medidas de sostén como una buena hidratación, nebulizaciones, kinesioterapia y a veces con broncodilatador. “No hay ningún tratamiento específico contra el virus pero es autolimitada en chicos que están bien nutridos, bien alimentados. Por eso hay que estar alerta con chicos que nacieron prematuros o que tiene algún problema del tipo fibrosis quística, que haya tenido algún soplo cardíaco, que no haya sido amamantado normalmente por lo que puede presentar alguna predisposición. Esos son chicos que sí pueden presentar una evolución más complicada y puede requerir internación”, precisó.
Según dijo hay varios virus causantes y como la vía del niño es muy pequeña, inmediatamente se inflama y provoca un tapón mucoso que obstruye la vía aérea provocando dificultad respiratoria como un cuadro asmático adulto.
En cuanto al asma explicó que hay chicos que después de haber tenido una bronquiolitis empiezan con cuadros asmatiformes. “En realidad el asma es una enfermedad con ciertos parámetros y se caracteriza por la frecuencia de cuadros de broncoespasmo. Más o menos a los cuatro o cinco años un médico puede decir si un niño puede ser o no asmático”, señaló.
“Aunque decimos antes de los dos años, la bronquiolitis generalmente aparece antes del año y después que pasa un año o año y medio el chico por ahí hace cuadro asmatiforme y puede desarrollar asma. Es una de las causas desencadenantes pero no es la única”, advirtió finalmente.
(FM Show)
