Sergio Boscariol, funcionario de Agricultura de la Nación y el ministro del Agro condenó duramente el trabajo infantil, mientras que el ministro del Agro Misionero, Néstor Ortega, ensayó una justificación de dicha práctica, entendiéndola como una “cuestión cultural”.
“Trabajamos fuertemente para abordar la problemática del trabajo infantil. Creemos que el chico tiene que estar estudiando y tiene que formarse para seguir colaborando con su familia productora. Firmamos convenios de corresponsabilidad gremial con Salta, Jujuy y Chaco que entre otras cosas prevén la eliminación del trabajo infantil”, señaló Boscariol.
Ortega optó en cambio por la búsqueda de un “punto medio” que permita usar a menores para determinadas tareas, atendiendo que no descuiden la escuela. “No se le puede pedir a un chico que haga un esfuerzo más allá de lo que su talla y su peso lo permitan, o que vaya a trabajar con agroquímicos, pero dentro del trabajo familiar, la gurisada termina haciendo muchas tareas que le hacen ahorrar tiempo a la familia. Me parece que hay que encontrar un término medio para que sin ser explotados, estén ligados a la actividad, porque si no va a llegar a los 18 o 20 años si saber lo que familia va dejar en sus manos”, señaló.
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