Noche de ópera, lluvia y aplausos en el Teatro Lírico

La presentación de la ópera I Pagliacci en el Centro del Conocimiento desató un tendal de aplausos. La tragedia del payaso conmovió a la concurrencia que abarrotó al teatro Lírico.

Siendo las 23.08 la ópera italiana I Pagliacci, que iniciara a las 21. 30, comenzó a recibir las ovaciones. Éstas terminaron a las 23.13. Fueron cinco minutos de aplausos y gritos  muy intensos, premio a una actuación en la que reinó la inspiración de las musas. Cuando hay tanto premio, éste no es gratuito. El alma del espectador se lleva a la almohada un montón de imágenes placenteras que hacen agradable el sueño.

 

Fue tan estruendoso el agradecimiento del público, sobre todo para el intenso profesionalismo que muestran músicos y coreutas de los elencos de la Orquesta y Coro del Centro del Conocimiento, que hace pensar que esto que lleva poco más de cinco años, recién empieza y el crecimiento y consolidación provocará muchos más deleites.

 

A sala repleta, en un día difícil como es el domingo, con frio y lluvia, nada atenazó a los espectadores en sus hogares y no dejaron butaca sin ocupar para ver esta coproducción  italoargentina, que también hace carne esa intensión de ramificar la ópera y la danza en toda la geografía argentina, como es el Plan Federal de Ópera y Danzas, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación. En el Nea posibilito la coproducción entre Nación, Corrientes y Misiones.

 

Con los artistas circenses entrando a espaldas del público, tras el prólogo que narra el payaso Tonio, se desata la historia de una compañía de actores circenses llega al pueblo, encabezada por Canio, el payaso y amo del elenco. Tonio está enamorado de la esposa de Canio, Nedda, y no es correspondido; jurando venganza delata un romance, llevando a Cannio a presenciar un encuentro furtivo entre ella y Silvio. Lo que presenciaron y disfrutaron anoche más de 450 personas con esta “commedia dell’arte” fue una gran función de ópera dentro de la ópera. Un drama donde la infidelidad y la traición están a la hora del día.

 

Excelente el elenco local, dirigido por Matías Almirón y Nicolás Albornoz, dos jóvenes valores de la Orquesta y Coro del Centro del Conocimiento, llevando adelante la dirección musical y vocal bajo supervisión del director general Emilio Rocholl. Dejaron sobre el escenario un nivel de intensidad y ensamble con las figuras que llegaron de afuera, que fue notable. Se entendieron a la perfección con los tenores Juan Carlos Vasallo (Canio) y Juan Carlos Luque (Beppe), la soprano Marina Biassotti (Nedda) y el barítono Mauro Espósito (Tonio).

 

Una perlita, quien encaró el papel de Silvio, fue Ernesto Bauer, aquel joven que se hiciera conocido instantáneamente en todo el país, cuando entró al funeral de Néstor Kirchner e improvisó el Ave María, conmocionando a los presentes y la presidenta Cristina Fernández.

 

Más allá de hechos meramente anecdóticos, fue una noche estupenda de ópera italiana en una sala donde no cupo un alfiler.

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