Recuerdos de la visita del avión más sofisticado en Cataratas

Tour de lujo, hace 14 años y después el Concorde aterrizaba en Iguazú. Cada pasajero pagó 52.500 dólares por un tour sudamericano a las Cataratas del Iguazú. Nunca se pagó tanto por un pasaje a Misiones. El Concorde volaba al doble de la velocidad del sonido y su servicio fue a todo lujo. Bajó en Iguazú a las 14.15 y esa noche después del paseo de sus pasajeros por la maravilla natural, se fue a Ezeiza.

 

En el mundo aeronáutico de Misiones fue uno de los mejores y grandes acontecimientos. En el Aeroclub Posadas se guardaba un mural de ese aterrizaje con una foto de Malfer.

Las crónicas en papel de ese entonces, decían:
«Después de veinte años, el sofisticado avión supersónico Concorde vuelve hoy a la Argentina. Es un vuelo chárter organizado por la agencia turística Abercrombie & Kent, de Estados Unidos, que alquiló el Concorde a Air France para un exclusivo tour sudamericano. Cada pasaje cuesta 52.500 dólares, según la publicidad difundida en Internet por la agencia turística.
En la empresa Air France, calculan que el Concorde aterrizará hoy a las 14.15 en el aeropuerto de Iguazú. La escala será apenas por unas horas, para que los turistas vean las Cataratas. 

Hoy mismo, a la noche, el avión supersónico llegará a Ezeiza. Aunque los representantes locales de la agencia no quisieron dar mayores detalles, Air France confirmó a Clarín el itinerario del viaje. Se inició en Nueva York el viernes. 
El Concorde ya está en Río de Janeiro y tocará Iguazú, Buenos Aires, Ushuaia, Santiago de Chile, Isla de Pascua, Lima y San José de Costa Rica, regresando a Nueva York el miércoles.
La empresa Abercrombie & Kent es una agencia especializada en turismo de lujo y aventura, con base en Oak Brook -cerca de Chicago- y oficinas en 27 países. Habitualmente ofrece safaris en Africa, cruceros a la Antártida y destinos exóticos en Australia, Oriente, Europa y América.

Tradicionalmente, el servicio a bordo del Concorde, del que sólo hay 14 aparatos, debido a su alto costo de mantenimiento, es superior a la primera clase más lujosa. Las azafatas usan vestidos diseñados por Nina Ricci, la vajilla es de porcelana de Limoges y los cubiertos están firmados por orfebres prestigiosos. No faltan los mejores quesos y champañas franceses. La comida es representativa de distintas regiones de Francia, pero hay también menúes al gusto norteamericano.

Horacio Szwarzer, vocero de Air France, recordó que el Concorde estuvo por primera vez en Buenos Aires en 1971 haciendo un vuelo de demostración. Pero la gente lo recuerda más por el vuelo de 1978, cuando trajo al equipo de Francia para el Mundial de Fútbol». (Fuente periodista Horacio Cambeiro)

 

 

 

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