Misiones fue la primera Provincia en adherir al pronunciamiento de mayo de 1810

Monumento al Tamborcito de Tacuarí  y a los generales Belgrano y Cabañas.

Monumento al Tamborcito de Tacuarí y a los generales Belgrano y Cabañas.

Misiones fue la primera Provincia en adherir a través del gobernador Tomás de Rocamora, al pronunciamiento del 25 de mayo de 1810, y los guaraníes misioneros regaron con su sangre todo el continente “para construir esta Patria grande que comienza a resurgir”. Así recuerda la historia de entonces, la asociación Flor del Desierto, que pidió “un sincero homenaje a esos hijos de la tierra y de la Compañía de Jesús que llenaron de gloria  tantas páginas brillantes de nuestra verdadera historia”.

 

Pergamino recordatorio con firmas de las Autoridades presentes en la Conmemoración del 8 de Julio de 2010 en Candelaria, con motivo del Bicentenario de la Adhesión de los Misioneros a la Revolución de Mayo.

Pergamino recordatorio con firmas de las Autoridades presentes en la Conmemoración del 8 de Julio de 2010 en Candelaria, con motivo del Bicentenario de la Adhesión de los Misioneros a la Revolución de Mayo.

Misiones y la Revolución de Mayo

 

El reconocimiento real por parte de Carlos IV de la Provincia de Misiones con sus Treinta Pueblos, llevada a cabo por la Real Cédula de Aranjuez fechada el  17 de mayo de 1803 reconoció expresamente a nuestra Provincia una existencia individual sin dependencia de Buenos Aires o Asunción más allá de las vivas  pretensiones en tal sentido.

 

 Es encomendado al gobierno de estas inmensas extensiones nada más y nada menos que a Don Santiago de Liniers  por el Virrey Joaquín del Pino. Llevó a cabo importantes tareas de protección e investigaciones en los territorios a su cargo, hacía proteger la navegación del río Uruguay con una lancha traída del Río de la Plata, con dos cañoncitos cuyo artillero principal era el guaraní Blas Uré.

 

A todas luces Misiones no había vuelto a ocupar sus territorios al oriente del Uruguay (conocidos como Misiones Orientales) usurpados por los portugueses en 1801, lo que sería motivo de futuros combates en la siguiente década por parte de Andrés Guacurarí y Artigas y en la subsiguiente por parte de Fructuoso Rivera y el propio General Carlos Alvear en la guerra contra el Brasil. 

 

Como sabemos, la porción argentina de Misiones desde diciembre de 1809 era gobernada por Don Tomás de Rocamora, un español nicaragüense que había llegado al Río de la Plata con el virrey Vértiz y que había tenido importante actuación en lo que es hoy la Provincia de Entre Ríos. Es él quien adhiere jubiloso al pronunciamiento del 25 de mayo de 1810 desde su asiento en Yapeyú el 18 de junio del mismo año, es decir unos veinte días después del pronunciamiento que se había producido a casi mil kilómetros de distancia.

 

 

 Baja luego a las autoridades de los Cabildos para su ratificación y como sabemos esto se produce en el Cabildo Extraordinario del 8 de Julio de 1810 en Candelaria, donde concurren además de la propia Candelaria, Corpus, San Ignacio, Loreto, Santa Ana, y Jesús del Tavarangüé, Trinidad e Itapúa, hoy ubicadas en territorio paraguayo, quienes adhieren y están las Actas y sus integrantes perfectamente individualizados al día de hoy por el investigador misionero Profesor Jorge Francisco Machón, cuyo trabajo lo diera a conocer justamente cuando la Asociación Flor del Desierto conmemorara en la antigua capital de Misiones, el Bicentenario de la adhesión de los Misioneros a la Revolución de Mayo, el 8 de Julio de 2010.

 

La respuesta del español peninsular que gobernaba el Paraguay, el Coronel Bernardo Velazco, cruza el río Tebicuary, límite entonces con el territorio misionero y ataca ya en el mes de agosto a las poblaciones de la margen izquierda del Paraná, y pasa hasta Concepción (de la Sierra) llevando consigo a su vuelta a Asunción, 2.000 cabezas de ganado, pólvora y armamentos “por considerarlos de propiedad del Rey”.

 

 Las preocupaciones de Rocamora no eran infundadas como así tampoco sus pedidos de auxilio a Buenos Aires, lo que motivaría la Expedición del  General Manuel Belgrano al Paraguay.

 

 Como resultado del tratado de paz conocido como de Cabañas-Belgrano, Misiones perdería de hecho el departamento de Santiago y el departamento Candelaria que quedaría “en custodia” del Paraguay, lo que recuperarían solamente en forma parcial la margen izquierda,  las fuerzas integradas por el comandante Miño y el Fray José Acevedo pertenecientes a las tropas de Andrés Guacurarí  en septiembre del año 1815 y en el marco del artiguismo ascendente en toda la región del litoral.

 

Los guaraníes misioneros que tantas veces habían contribuido a las luchas en beneficio de la corona española en tantos combates como en la Colonia del Sacramento (hoy República Oriental del Uruguay), en el Río de la Plata, en Santa Fe, en Corrientes, en Asunción, en el mismo ejército de Belgrano serán sistemáticamente convocados al servicio de la Patria naciente y así concurren ante su paisano el general San Martín, conducidos por el Capitán Antonio Morales y el apostoleño Matías Abucú a pedido de aquél, encontrándose en los Cuarteles del Retiro aquel histórico 6 de mayo de 1813, para hacer con el Libertador toda la Campaña, y aún después con Simón Bolívar y finalmente con el mariscal Antonio José de Sucre,  para el 9 de diciembre de 1824 en los Campos de Ayacucho donde enterrarán definitivamente el poder imperial español en América.

 

Continuaría nuestra Provincia desangrándose aún después de Ayacucho, porque su riqueza organizativa, política, de sus yerbales y bosques ubérrimos, de sus cultivos de trigo, lino, algodón, mandioca, de sus capacidades como hombres libres solicitadas desde los confines de la Patria  en auxilio permanente como desinteresado, hizo renacer en sus vecinos un desproporcionado celo y sed de riquezas y territorios que no cejaron hasta verla llevada a sus mínimas expresiones hacia finales de 1832, magnificadas en la durísimas peripecias del Gobernador Félix de Aguirre.

 

Para Flor del Desierto es motivo de un trabajo especial y que en gran medida ya se está realizando a través de investigaciones a cargo de su vicepresidente, el ingeniero Alejandro Larguía Avellaneda, las que están prontas a ser puestas al servicio de los lectores interesados en nuestra verdadera historia regional y misionera.

                                                                                                                                                                      

Como síntesis final, Misiones, provincia preexistente a la Nación  misma, siempre contribuyó decisivamente con el cuerpo social al que vinculó su destino como parte del todo.  Así lo entendieron sus principales autoridades cuando formábamos parte aún del Virreinato del Perú, y en nuestro territorio se librara el monumental combate conocido como la Batalla de Mbororé, que motivaron festejos en el propio ámbito real de la corona española.

 

 Así fueron reconocidos por Manuel Belgrano, por José Gervasio Artigas y por José de San Martín, por mencionar solamente a los más significativos.

 

Fuimos la primera Provincia en adherir a través del Gobernador Tomás de Rocamora al pronunciamiento de mayo de 1810 y nuestros guaraníes misioneros regaron con su sangre todo el continente para construir esta Patria grande que comienza a resurgir.  Hagámosle un sincero homenaje a esos hijos de la tierra y de la Compañía de Jesús que llenaron de gloria   tantas páginas brillantes de nuestra verdadera historia.

En la foto de esta nota, el monumento al Tamborcito de Tacuarí -Pedro Ríos, Concepcionero de Yaguareté Corá muerto en combate, y a los Generales Manuel Belgrano y Cabañas, en las márgenes del río Tacuarí y el Paraná, enCarmen del Paraná, cerquita de Posadas. Homenaje por la expedición auxiliadora de Belgrano al Paraguay. En la gráfica el presidente Sureda en su reciente visita al lugar (Fuente: Juan Manuel Sureda, presidente de Flor del Desierto)

 

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