Estudiosos de la Universidad de Michigan fabricaron con ayuda del aparato, una tráquea artificial que logró que el niño deje de padecer un problema respiratorio.
La famosa impresora 3D que había causado tanta polémica porque con ella se podrían armar modelos de armas, demostró que es una herramienta más que tiene el ser humano a su alcance, y que dependiendo su uso tendrá buenas o malas consecuencias. En este caso, gracias a ella se salvó la vida de un bebé que padecía problemas para respirar.
Kaiba Gionfriddo, un bebé de 19 meses, sufría una traqueobroncomalacia, un trastorno poco frecuente en un pulmón que generaba una obstrucción de la vía respiratoria. Cuando el niño apenas había cumplido sus 3 meses de vida, comenzaron las dificultades, y los médicos tenían que renimarlo y conectarlo a respiración asistida.
Pero todo cambió con la llegada de la impresora 3D. A un grupo de expertos de la Universidad de Michigan se le ocurrió crear implantes flexibles personalizados para sujetar los tejidos del bronquio en cuestión.
Según explicó Sctoot Hollister, el ingeniero biomédico que encabezó el trabajo, el implante fue construido con un plástico especial que se degrada y es absorbido por el cuerpo del bebé cuando se genera tejido sano que lo reemplaza. El pequeño Kaiba no recayó en nuevas crisis respiratorias.
( El diario 24.com)
