¿Es posible crear una píldora para tener supermemoria?

Hace tiempo que los neurocientíficos trabajan para identificar las moléculas que permitan sacarle el máximo partido a nuestro órgano pensante y, de paso, eviten los achaques propios del envejecimiento. 

Si consiguen reunirlas en una píldora, lo más probable es que esta pastilla contenga algunos gramos de un compuesto llamado P7C3 que, según revelaba un reviente estudio estadounidense publicado en la revista Cell, potencia la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, una región del cerebro ligada a la memoria y el aprendizaje. 

También es posible que una futura píldora para la supermemoria incorpore C3a, una molécula que ordena a las células madre que maduren para formar nuevas neuronas. No faltará tampoco en la receta un fármaco que ponga a funcionar a la molécula RBE1, que aumenta el rendimiento cognitivo a la vez que activas genes de la longevidad, ayuda a aprender más rápido, reduce los niveles de agresividad e impide el desarrollo del alzhéimer. A esto habría que añadir ácidos grasos omega-3, que no solo mejoran los resultados en pruebas de memoria y razonamiento, sino que también evitan que el cerebro encoja a medida que envejecemos, según acaban de demostrar científicos de la Universidad de Oregón (EE UU). 

Lo ideal sería que la nueva pastilla también emulara químicamente los beneficios del ejercicio físico, sobre todo después de que se haya comprobado que correr, montar en bicicleta y nadar son las actividades que aumentan la formación de neuronas (neurogénesis) y el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que las abastecen de azúcar y oxígeno (angiogénesis). El resultado es que los deportistas tienen el cerebro hasta un 2% más grande y lo más parecido a una “memoria de elefante” humana. Y gracias al estímulo del ejercicio sobre la corteza prefrontal, también toman mejores decisiones y planifican con más eficacia que el común de los mortales, según un reciente estudio japonés.

Solo queda añadir a nuestra fórmula una buena dosis de GABA (ácido gamma-aminobutírico), que ha demostrado ser crucial para formar nuevos recuerdos y archivar información de forma permanente, funcionando como un pegamento natural para la memoria, según desvelaba hace poco Inna Slutsky, neurocientífica de la Universidad de Tel Aviv (Israel), en la revista Neuron.

( Muy Interesante)

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