Misionera fue condenada por prostituir niñas de 12 y 14 años

La misionera evitó un careo con su ex pareja y también terminó condenada.

La misionera evitó un careo con su ex pareja y también terminó condenada.

En el primer juicio por Trata de personas en Corrientes, sentenciaron a Juan Carlos Mondo a 12 años de prisión e Isabel Borges de Lima, de San Vicente, a 10 años.

El Tribunal Oral Federal en lo Criminal, presidido por el doctor Víctor Alonso, y con los vocales Lucrecia Rojas de Badaró y Fermín Amado Cerolini, condenó a Juan Carlos Mondo, a 12 años de prisión e inhabilitación absoluta perpetua por el tiempo de condena al considerarlo como coautor penalmente responsable del delito de trata de personas agravado por menores de edad. Isabel Borges de Lima, concubina del primer condenado, recibió 10 años de prisión e inhabilitación absoluta perpetua, por igual tiempo de la condena.En  2010, cuando el correntino y la mujer oriunda de San Vicente eran pareja, estaban al frente de un prostíbulo en Ituzaingó donde obligaban a prostituirse a niñas de 12 a 14 años. 

Niñez destruida

Tres niñas de entre 12 y 14, dos de nacionalidad paraguaya y una correntina, junto a otras chicas mayores, fueron rescatadas el 19 de abril de 2010, en medio de allanamientos simultáneos realizados en varios burdeles de Ituzaingó, entre ellos el de Mondo. La imputada narró que una paraguaya entregaba sus hijas menores a Mondo, para que este las explotara. “Nunca hablé con esta señora. Era él (Mondo) quien arregló con ella. Esta mujer traía a sus hijas y luego las retiraba por la mañana. Ahí Mondo le daba la plata”.Sobre la presencia de menores, Mondo dijo: “Isabel era quien recibió a esas menores”. Tras la evidentes versiones contrapuestas el tribunal propuso que se haga un careo. Pero Borges de Lima se negó argumentando que no estaba en condiciones emocionales.La acusada aseguró que Mondo llegó junto a otra mujer a su casa donde vivía con su madre en San Vicente y ofreció “llevarla” para que realizara trabajos domésticos, y que aceptó la propuesta, por ser de muy bajos recursos.  “Hasta ese momento no sabía que él trabajaba con mujeres. Y comencé trabajando ofreciendo la prostitución. No quería hacer eso, pero él me obligaba”. Hasta que quedó embarazada de Mondo. “A partir de ahí, él me dio una nueva función. Me dijo que solo tenía que atender en la barra, servir bebidas. También me dijo que si llegaba la policía, tenía que tocar el timbre para que las mujeres se escondieran”. La misionera contó que cuando se recuperaba del parto, su pareja la obligó a “atender” a un cliente.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas