Por contrabando, condenan al aduanero a cuatro años

El agente Gustavo Moroni, que trabajaba en el puente Posadas- Encarnación, recibió la pena por el delito de contrabando agravado, la misma le cabe a Claudio Acosta, su cómplice. 

El agente aduanero Gustavo Moroni, recibió una pena de cuatro años por el delito de contrabando agravado, la misma pena le cabe a Claudio Acosta, su cómplice. Al mediodía de ayer, el Tribunal Oral Federal de Posadas condenó a el aduanero Gustavo Moroni y Claudio Acosta a cuatro años de prisión por ser coautores del delito de contrabando agravado.  El fallo fue apelado por los defensores de los imputados, sin embargo si la sentencia queda firme ambos quedarán tras las rejas.El 15 de abril de 2009, a las 2:45 de la madrugada llegó a la aduana del puente internacional San Roque González de Santa Cruz, procedente de Encarnación (Paraguay) y con intenciones de ingresar a Posadas, un vehículo Renault Kangoo cargado con contrabando de cigarrillos, aparatos electrónicos y cuchillos.  El rodado, guiado por Acosta,  cruzó por el carril a cargo por Moroni quien simuló haber controlado el utilitario y lo dejó pasar, aún sabiendo que llevaba productos de procedencia ilegal.La fiscalía demostró que telefónicamente Acosta le avisó minutos antes a Moroni: “estoy llegando”. Se estableció que el funcionario no solo planificó la maniobra con el chofer de la Kangoo, sino también con otros cómplices civiles quienes nunca fueron identificados. Con mucha tranquilidad, en aquel entonces Acosta transitó hasta la zona de las vías (hoy ya desaparecidas) en diagonal a la actual Placita del Puente, donde lo interceptaron gendarmes que sí detectaron el contrabando.En el juicio trascendió que Acosta, entre el 2008 y hasta esa madrugada que fue detectado, cruzó hacia Posadas en más de treinta oportunidades siempre en el horario comprendido entre las 1 y las 5. Se cree que en esos pasos anteriores, también pudo haber tenido vinculación Moroni, quien según las pericias telefónicas se comunicaba con Acosta, a través de la línea de su esposa.

“No lo controlen o me parten al medio”

En el mismo momento en que Acosta fue detenido, llegó al lugar llamativamente Moroni quien, según testigos, suplicó juntando sus manos y flexionando sus dedos a un gendarme: “por favor no lo controlen, sino me parten al medio”. El aduanero adujo en este debate que inspeccionó el vehículo y que le pidió a su conductor que estacionara en la dársena, pero este haciendo caso omiso de dio a la fuga. La fiscalía contrarrestó la cortada consultado “¿si el vehículo se dio a la fuga, por qué no accionó el timbre?, ¿porqué usted tomó su auto particular para perseguir supuestamente al señor Acosta cuando en realidad esa no es su función?”.

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