Escritores misioneros presentaron sus obras en el escenario mayor de la Feria internacional del Libro

En el marco de la realización de la 39º Feria Internacional del Libro “Del autor al lector”, en el predio de la Rural de Capital Federal, se realizó  el “día de Misiones” el jueves 2, con la presentación de diez obras de los escritores misioneros Sebastián Borkoski, Pablo Cieslik, Aníbal de Grecia, Aldo Rubén Gil Navarro, Juan Ricardo Kelm, María Alejandra Larumbe, Gladys Esther López de Tur, Rodolfo Ramos, Evelyn Inés Rucker y Aníbal Silvero.

 

 Los escritores fueron elegidos por un comité de lectura porque fueron las que mejor sintetizan la actividad editorial de la provincia de Misiones en cuanto a nivel de edición, contenido, originalidad, estilo e identidad.

 Los títulos de las obras, todas exhibidas en el stand de la provincia, fuero las siguientes: “Cetrero nocturno y otros cuentos”, de Borkoski; “Volviendo a casa”, de Cieslik;  “Poemas para sobrevivir”, de Grecia; “La sorprendente Oberá”, de Gil Navarro; “El Bucanero. Cuentos selectos”, de Kelm; “Veteranos. Lucha por el reconocimiento popular”, de Larumbe; “Gestión escolar para la praxis”, de López de Tur; “¿Sexosofía o educación de la sexualidad?”, de Ramos y otros; “Pitzi”, de Rucker; y “Poemas selectos”, de Silvero.

El ministro de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Luis Jacobo fue el que inició el panel donde expresó la “amplia oferta en diversidad que ofrece Misiones para la lectura”. Asimismo se mostró contento por la variedad de géneros literarios presentes como así también por el rango de edades de los autores que van desde los 26 a los 87. “En  homenaje a lo diverso, es el valor que la sociedad busca y persigue, les doy la bienvenida a la presentación de la letra misionera.

“Con gestión escolar para la praxis, planteo la reflexión en la gestión escolar para buscar la intervención de la escuela en fortalecer lo que está bien y desarrollar herramientas para mejorar las debilidades”, expresó López de Tur cuando le dieron paso para que presente su obra que, afirmó, “estamos convencidos de la potencialidad que tiene la pedagogía como elemento para intervenir, mejorar y hacer un modelo donde, en el centro de las acciones, esté la persona”.

Por su parte, Borkoski explicó que su obra se compone de diez cuentos de suspenso con finales sorpresivos: “Son relatos que aluden a lo trágico, fantástico y la idea de tener a la fantasía, como la tragedia, que hagan ruido y desordenen la vida ordinaria real de todos nosotros”. Asimismo ejemplificó con uno de sus cuentos donde sus personajes son un pájaro y un sereno que, se conocen de manera dulce, pero terminan de manera dolorosa.

Kelm fue el siguiente en la presentación. Habló de la vocación dormida de la escritura que sentía que tenía, “el sentarse con las letras para hacer catarsis de lo que nos pasa”, y afirmó que cada uno de los cuentos de “El bucanero” fueron escritos en momentos diferentes por lo que se notará diferencias en el estilo, los temas que marcan la evolución que a “sufrido” en este tiempo: “Todos terminan con un final sorprendente”.

Tras los aplausos de la anterior exposición, Gil Navarro ingresó con picardía y bromeó del tiempo que brindaron a cada escritor para sintetizar sus escritos. “Me propuse contar la historia de la evolución que ha tenido Oberá, con los inmigrantes que vinieron aquí por la ferocidad de la tierra y el embrujo de la yerba mate”, afirmó ante el atento auditorio que lo escuchó. Amplió diciendo que “la ciudad ha quemado etapas colonizadoras porque, con la llegada de la inmigración, trajeron ese acervo y nos dieron la posibilidad de tener un arte natural que intento explicar en este libro”. 

Evelyn Rucker señaló que la inmigración, la selva “mágica” y exuberante, en confluencia con las historias europeas, están llenas de realismo mágico: “Creo que es parte de nuestra manera de ser y las historias tan románticas que siempre nos llaman la atención son parte de lo que somos en la actualidad: con esos dolores, desencuentros, momentos felices, nuestras vivencias”. Afirmó que la escritura es un analgésico de la realidad y que se siente bien en ese mundo que se puede construir al que invitó al lector a que puedan encontrar también allí un refugio.

“Para aquel que conoció el sabor de una chipa, saboreó un tereré con cocú, caminó por la selva con el sonido de un tatu escapando del asecho de depredadores, observó la huella del yaguareté en el rocio, que escuchó una canción de Ramón Ayala sonando en algún lugar, el que tiró su alma por la garganta del diablo; la persona que conoció estos elementos no se olvida jamás de Misiones”, aseguró Cieslik con su obra “Volviendo a casa” que cerró las presentaciones de los literatos.

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