Hoy Roberto Legnoverde es gerente de Friar Misiones. En 1982, dentro de la Compañía de Servicios del Regimiento 6 de Infantería del Ejercito, participó de la Guerra de Malvinas, hasta la caída del 14 de junio.
Recuerda que nunca consideraron la posibilidad de entrar en una guerra convencional. Cuando arribaron a las islas, el pensamiento era que se tomaban y se desarrollaría una negociación diplomática, pero comenzaron los combates y todo cambió.
Legnoverde considera que si había un momento para negociar con los ingleses por la soberanía de Malvinas fue en esa época. «Ahora es muy difícil. Luego de la guerra los kelpers fueron considerados como ciudadanos de primera clase inglesa, recibieron muchos beneficios, que antes no tenían, por eso ahora se consideran más ingleses que nunca».
Recuerda que desde el gobierno no se sintieron muy acompañados en las primeras épocas. Recién hace pocos años la situación cambió, «desde Duhalde presidente y desde este gobierno Nacional actual realmente se comenzó a tener en cuenta a los ex combatientes».
Sobre el después de la guerra contó que «no esperé que me den, yo salí a buscar, porque soy así. Hay quienes esperaron ayuda y están en su derecho».
Explicó que se reincorporó a su trabajo y desde el año 1985 se radicó en Misiones donde lleva adelante su empresa de distribución de carnes. «Lo que viví en la guerra traté de usarlo para no caerme. Usé esa fuerza como un estandarte para levantarme. Pasé muchos años en Misiones desapercibido con el tema de la guerra y ni mis amigos sabían que había estado allí».
Por último dijo que muchos de sus compañeros del Ejército se autoflagelaban con la guerra y terminaron haciéndose daño, “pero yo prioricé continuar con la vida y dar todo de mi para mi familia”.
“La lucha por la soberanía de Malvinas debería ser de todos, porque las Malvinas son argentinas”
