El posadeño Jorge Ríos lidera una huelga contra un McDonald’s en Estados Unidos

El posadeño Jorge Víctor Ríos lidera una huelga contra un concesionario de la reconocida firma internacional de comidas McDonald’s, en Harrisburg, Pennsylvania, respaldado por trabajadores estadounidenses y líderes sindicales de ese país, a causa de una serie de abusos laborales ejercidos en contra de trabajadores latinoamericanos y asiáticos que participan de una experiencia laboral, que está avalada por el departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica. Ríos es profesor de inglés egresado del Instituto Montoya de Posadas y estudiante de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).

 

 

Ríos, junto a otros estudiantes de Argentina, Paraguay, Brasil, Perú, Chile, Malasia y China, pagaron  un promedio de 3.000 dólares cada uno para participar en el programa “Summer Work and Travel” bajo la visa J-1 del Departamento de Estado de Estados Unidos, catalogado como de “intercambio cultural”.

Esta experiencia -anunciada como una posibilidad de conocer la cultura norteamericana desde adentro y con un trabajo que le permitiría solventar su estadía- tentó a Jorge Ríos a inscribirse en el programa y viajar a Pennsylvania a mediados de diciembre de 2012. Ríos es profesor de inglés egresado del Instituto Montoya de Posadas y estudiante de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).

Tenía claro que esta experiencia le iba a servir para apuntalar tanto la profesión que ejerce como la que está cursando. Pero las ilusiones se desvanecieron a los pocos días de llegar: el empleador no cumplió con las 40 horas semanales de trabajo que figuran en el contrato (a razón de 7,25 dólares la hora) y le asignó una cantidad menor, variable, que redundó en la imposibilidad de mantenerse y que lo puso en una situación de vulnerabilidad y dependencia similares a las esclavitudes laborales modernas.

Después de varios reclamos y no sólo ante la falta de respuesta sino también frente a amenazas y presiones, comenzaron a organizarse y lograron el apoyo de sindicatos y organizaciones que defienden a trabajadores latinos, como la Alianza Nacional de Trabajadores Huéspedes (NGA, por sus siglas en inglés).

 

La situación en  primera persona

A continuación se transcribe el comunicado de prensa suscrito por los propios afectados, que fue redactado en inglés y español, y que entregaron a los medios de prensa que lo difundieron ampliamente en el estado de Pennsylvania.

 

“Dieciséis estudiantes de diferentes partes del mundo, incluyendo Argentina, fueron a huelga para exponer la grave explotación que están sufriendo como trabajadores huéspedes en restaurantes McDonald’s en Harrisburg, Pennsylvania. A esta acción se unieron trabajadores estadounidenses y líderes sindicales, exigiendo que el gigante de la comida rápida asuma la responsabilidad que le cabe por abusos laborales en sus restaurantes.

“El propietario de la franquicia del McDonald’s, Andy Cheung, utilizó el programa J-1 y a los trabajadores de América Latina y Asia como fuente de mano de obra barata, pagándoles por debajo del mínimo. Aunque los estudiantes habían firmado una oferta de trabajo que establecía un promedio de 40 horas de trabajo a la semana, a algunos se les asignó sólo cuatro horas de trabajo a la semana. Todos ellos trabajan por US$ 7,25 por hora, y además se vieron enfrentados a deducciones exorbitantes por la vivienda, lo que llevó sus ingresos a un nivel muy por debajo del salario mínimo.

“Estas maniobras dejó a los estudiantes en situaciones desesperantes, que el empleador utilizó en su ventaja. Los estudiantes son llamados a trabajar sólo 30 minutos antes de los horarios que les fijan, y cuando levantaron quejas, el empleador tomó represalias y les redujo aún más sus jornadas laborales. Otros estudiantes tuvieron el problema opuesto con la carga horaria: se ven obligados a trabajar turnos de hasta 25 horas seguidas, sin pago de horas extras.

“Cheung, además de ser el propietario de las franquicias de los McDonald’s donde los estudiantes trabajan, es también el propietario de los sótanos donde aloja a los estudiantes pero les cobra US$ 300 mensuales a cada uno. En esos espacios reducidos llegó a apilar a ocho estudiantes en un solo sótano. Cheung y representantes de la empresa de reclutamiento Geovisions realizaron visitas sorpresa a los apartamentos para intimidar a los estudiantes que han planteado quejas, por esta situación de abuso.

“Cuando los estudiantes expresaron su preocupación, el empleador respondió con amenazas con el fin de suprimir las quejas. Fue entonces cuando los estudiantes comenzaron a organizarse, reunidos en el medio de las gélidas noches del crudo invierno de Pennsylvania para decidir cómo exponer los abusos.

 

Los reclamos de los estudiantes y las faltas del empleador

“La lucha de estos estudiantes trabajadores huéspedes (categoría con la que están dentro de los Estados Unidos) muestra el fracaso de McDonald’s para establecer siquiera los estándares laborales más básicos para los trabajadores en sus 14 mil locales solamente en los EEUU. McDonald’s establece normas para los dueños de sus franquicias en los aspectos más triviales de presentación de la comida pero al mismo tiempo deja de lado las normas y la legalidad para proteger a los trabajadores que generan US$ 27,6 mil millones en ganancias anuales para la corporación. En cambio, McDonald’s trata de ocultarse detrás de franquiciados como Andy Cheung, diciendo que no se responsabiliza de las decisiones de empleo en restaurantes individuales.

“También muestra el fracaso en curso del Departamento de Estado de EEUU para vigilar adecuadamente el programa de estudiantes trabajadores huéspedes J-1, que sigue plagada de abusos por parte de empleadores como McDonald’s (entre otros).

“Los estudiantes y sus aliados exigen que McDonald’s asuma la responsabilidad de la prevención de la explotación y el abuso laboral contra los trabajadores, ya sean extranjeros o estadounidenses.

 

Detalles del Programa J-1 “Summer Work Travel”

 

“El programa de estudiantes trabajadores huéspedes J-1 “Summer Work Travel” del Departamento de Estado de los EEUU exige que los estudiantes ganen al menos el salario mínimo, sean estacionales y temporales, y que no desplacen a los trabajadores estadounidenses. También obliga a los empleadores a proporcionar a los estudiantes una vivienda asequible, transporte seguro y cómodo y para ir y volver del trabajo (en este caso, los estudiantes caminan varios kilómetros por banquinas cubiertas de nieve, durante el día y durante la noche, para ir y volver a sus trabajos), y oportunidades de intercambio cultural significativas.

“El J-1 programa de trabajadores para estudiantes huéspedes está plagado de graves abusos laborales y salarios por debajo del mínimo, tal como le sucede a los cientos de trabajadores J-1 que expusieron su situación de “cautiverio” en la planta de chocolate de Hershey, en agosto de 2011. El caso de McDonald’s no es la excepción.

La situación actual plantea nuevos interrogantes acerca de la capacidad del Departamento de Estado frente a la política del programa de hacer cumplir sus propias reglas. Cuando los estudiantes presentaron sus denuncias al Departamento de Estado, los funcionarios sólo advirtieron al reclutador laboral de McDonald’s, que ya había tomado represalias contra los estudiantes por sus quejas.

“Con la ayuda de la NGA, un grupo grande de estudiantes presentó una nueva queja ante el Departamento de Estado, y exige una investigación exhaustiva y la protección del empleo y el permiso migratorio, en riesgo por las represalias ante la queja.

 

 

McDonald’s y la reforma inmigratoria

“Esta exposición del último caso de abuso laboral grave en contra de los trabajadores huéspedes se presenta cuando el Congreso norteamericano está considerando una expansión masiva de programas de trabajadores huéspedes como parte de la reforma nacional de inmigración.

“La explotación de los trabajadores huéspedes estudiantiles en McDonald’s -como el tráfico de mano de obra de Guestworkersat, un importante astillero de Louisiana, el trabajo forzoso de los trabajadores estudiantes huéspedes en la planta de chocolate de Hershey y la mano de obra cautiva de los trabajadores huéspedes en un Wal-Mart, demuestran cómo estos estudiantes son vulnerables frente al abuso empleador.

“Cuando los estudiantes se quieren quejar, los empleadores utilizan amenazas de represalias y deportación para silenciarlos. Cuando lo hacen, de todas maneras, los trabajadores pierden: quedan atrapados en la explotación, los salarios y las condiciones de desventajas. Los trabajadores estadounidenses también se ven afectados, ya que quedan en desventaja frente a los trabajadores inmigrantes, a quienes los empleadores como los de los casos citados prefieren, porque los pueden explotar laboralmente.

La consideración final de los estudiantes que participaron de la marcha y reclamos de este miércoles: “cualquier programa para trabajadores huéspedes en el futuro tiene que proteger los derechos civiles y laborales, tanto de EEUU como de los trabajadores inmigrantes, incluido el derecho a organizarse y a trabajar de manera legal, con condiciones igualitarias. Estas protecciones deben incluirse en las leyes y deben ser la piedra angular de cualquier reforma migratoria”, sostienen.

 

 

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