La mujer actual prioriza su desarrollo profesional y su independencia económica antes que ser madre

Es la conclusión a la que llegó una investigación del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) después de 40 entrevistas personalizadas semi-estructuradas  y 420 encuestas entre profesionales de AMBA (de 25 a 45 años, con nivel terciario y/o cuaternario). “Postergan la maternidad. Tienen mascotas, no resigna los viajes ni los consumos. Priorizan la independencia económica, la carrera profesional, y prevalecen la libertad absoluta por sobre otras cosas”, indicaron.

El Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) realizó una investigación de campo (40 Entrevistas personalizadas semi-estructuradas  y 420 Encuestas) entre profesionales de AMBA (de 25 a 45 años, con nivel terciario y/o cuaternario) y se alcanzó la conclusión de que hay una notable baja de nacimientos dentro de este grupo etáreo dada la mayor importancia que especialmente la mujer otorga a su desarrollo de carrera y a su independencia económica. Se detecta que tanto ellas como los hombres privilegian su propio bienestar económico y su libertad, renunciando o postergando al deseo de tener un hijo a pesar de tener pareja estable.

 

La representación social de la mujer no queda ya asociada a la de “madre” como en la Modernidad. Ahora, las imágenes que surgen a partir de la figura de la mujer son: independiente, libre, autosuficiente, sexy. Se trata de una mujer dueña de si misma, que pretende un desarrollo de carrera y prioriza por su propio bienestar económico.

Si bien no en todos los casos hay una renuncia consciente a la maternidad, las mujeres depositan en los avances tecnológicos de las ciencias médicas la posibilidad de extender su ciclo de fertilidad, permitiéndose en el presente poner toda su energía en su profesión, en mantener un cuerpo atractivo y joven, en diagramar viajes de placer y en sus mascotas.

 

En cuanto al rol del hombre, se detecta que buscan parejas que puedan ser pares a la hora del desarrollo económico.

El motivo de unión de las parejas actuales es fundamentalmente la necesidad de afecto y contención. Además, aspiran compartir un sector de sus ingresos para obtener cierto bienestar en la sociedad de consumo. El compromiso con la pareja es “de tiempo presente” y la unión perdura mientras se aseguren un bienestar mutuo. De esta manera, la decisión de tener un hijo pasa a un plano de futuro ideal y  es reconocido como “el único compromiso para toda la vida”. De este modo, la figura de “hijo” pareciera estar sobrevaluada en relación a otros tiempos. El imaginario social actual es que el hijo consumiría el 100% de los ingresos y del tiempo.  Es decir,  con su llegada, hombres y mujeres actuales sienten que perderían la libertad, independencia y su bienestar económico.

Algunos encuestados plantean “no estar preparados” ni emocional ni económicamente para procrear. Por tanto, tener un hijo en estos tiempos demuestra ser una elección. Sin embargo, no se trata de una decisión sencilla. Las tendencias demuestran que en su mayoría, las parejas actuales renuncian o postergan la formación de una familia por priorizar sus propios desarrollos de carrera y los beneficios personales que obtienen por medio de diferentes bienes de consumo.

 

2.         Principales Resultados

 

Cambios en los proyectos de pareja y familia:

 

•          El  58,4% de los jóvenes profesionales no piensa tener hijos en un futuro próximo. De estos, un 40,9% afirma que su decisión es permanente, en tanto que para el restante 59,1% es una cuestión temporal.

•          El 73,9% consideró que una pareja no debe tener hijos para ser considerada una familia.

•          Todos los encuestados tienen pareja estable. Sin embargo, el 52,8% pensó en su familia de origen cuando se les pidió la primera asociación  con la palabra “familia”. Sólo el 27,8% consideró a su pareja como familia.

•          El 48,9% de los hombres y el 56,1% de las mujeres plantean como prioridad la conformación de una pareja. Sigue en segundo orden el desarrollo profesional con un total del 47,5% de la muestra total. Al dividirla por género, el  48,1% corresponde al género masculino y el 47,1% para el femenino.

 

Economía:

•          La economía no es totalmente compartida con la pareja. El 59% comparte parte de sus ingresos y el 41% comparte todo (no hay “mío” ni“tuyo”). El proyecto de pareja es paralelo e independiente del proyecto individual.

•          El 73,5% de los entrevistados manifiesta que un hijo representa mucho gasto. En segundo término, con el 71,6%, creen que se verían afectados su desarrollo profesional, y el 54,9%, la convivencia.

•          El 78,9 de los encuestados salió de vacaciones durante este año, lo que prueba la importancia que le da este grupo etario al placer y al disfrute. No siempre lo han hecho con su pareja.

•          El 44,9% dedica sus tiempos libres a viajar.

 

Afectos:

•          El 89,3% priorizó el afecto, el amor y la comprensión en relación a la pareja estable. El 62,9% el compañerismo, y el 55% que les permita el crecimiento a cada uno de sus miembros (profesional, intelectual). La sexualidad no ha tenido un porcentaje elevado, y solo el 17,4% consideró muy importante tener hijos en común.

•          Cada miembro de la pareja conserva sus propios amigos. El 65,7% declara utilizar su tiempo libre para estar con amigos (que no comparten con la pareja.).

•          El 46,3% de los encuestados tiene mascotas. Al hablar de ellas, las representan como cubriendo necesidades afectivas. Tal vez haya una tendencia poblacional en este tipo de parejas a sustituir parte del amor al  hijo por el de una mascota.

 

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